El papa Francisco recibió en el Vaticano al provincial de la Compañía de Jesús en México, el padre Luis Gerardo Moro Madrid (de 52 años), quien le entregó el documento “Compromiso por la paz”, que surge del movimiento Diálogos por la Paz.
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), la Conferencia de Religiosos de México (CIRM) y los jesuitas, promovieron reuniones a nivel nacional, convocaron a más de 20,000 participantes y, con sus aportaciones, un grupo de 50 expertos redactó el texto.
El provincial, que estudió teología en la Universidad Gregoriana de Roma, le hizo al papa un resumen del contenido del texto y le dijo que el candidato y las dos candidatas a la presidencia de la República habían ya firmado el documento.
En el encuentro, el jesuita, doctor en educación por la Universidad de Deusto, España, informó al papa del trabajo que realiza la Compañía de Jesús en México, y le habló de los esfuerzos encaminados a promover la paz, así como de la defensa de los derechos humanos, la asistencia a los migrantes, el acompañamiento a los pueblos indígenas, y las acciones que se realizan en el campo social, pastoral y educativo.
La Provincia de la Compañía de Jesús en México tiene 300 jesuitas distribuidos en 56 obras y comunidades en diversas regiones del país. Entre ellas, siete universidades, todas de excelencia y con gran influencia en el ámbito académico.
En el mundo, los jesuitas son 16,000, la orden masculina más numerosa de la Iglesia. Se organizan en 69 provincias y su sede central está en Roma.
Hablaron del asesinato de los padres Javier Campos y Joaquín Mora, en la Sierra Tarahumara, el 20 de junio de 2022. Además, el provincial le hizo entrega de una pintura con la imagen de estos sacerdotes jesuitas.
El papa está enterado del trabajo que los miembros de esta orden realizan en México, y cuando visitó el país se reunió con ellos. En el encuentro hizo preguntas y mostró interés en la labor de los jesuitas mexicanos.
Como jesuita, encabezó la provincia de la Compañía de Jesús en Argentina, y conoce bien el trabajo que sus hermanos realizan en todo el mundo.
Los jesuitas llegaron a México en 1572, apenas 16 años después de la muerte de su fundador, San Ignacio de Loyola. Así las cosas, su presencia en el país tiene ya 450 años. El provincial se comprometió ante el papa a seguir desempeñando su trabajo en todos los frentes en los que ahora están.
Y, de manera particular, dar impulso a la promoción de la paz, los derechos humanos, la justicia, el diálogo y la reconciliación. Le dijo al papa que los jesuitas mexicanos siguen el “esperanzador magisterio” que él encabeza.
A propósito del encuentro, vale recordar que Ignacio dijo: “si nuestra Iglesia no está marcada por el cuidado de los pobres, los oprimidos y los hambrientos, somos culpables de herejía”.
Opinión por Rubén Moreira Valdez
