En menos de 20 días “levantarán la canasta” a los actuales presidentes municipales. Se les acabó su periodo y deberán entregar el poder. Prácticamente todos se irán con más gloria que pena, más allá de los señalamientos por sus pésimas administraciones. Los hombres se van, las instituciones se quedan, decían los políticos de la vieja guardia, pero ayer como hoy, no basta con que las instituciones se queden. El desastre que dejan no puede continuar como “algo normal” en la administración pública. Ciudadanos dicen basta ya del caótico panorama en cada cambio de gobierno. Los empresarios, generadores de fuentes de empleo, se quejan de que no les pagan, de que dejan deudas millonarias y que tras los relevos gubernamentales nadie quiere reconocer los pasivos. La presidenta del Consejo Coordinador Empresarial del Estado de México, Laura González Hernández, ha dicho que tienen identificados a los alcaldes deudores, pero que no quiere revelar quienes son para no politizar este asunto. Nada mejor para ellos que mantenerlos en el anonimato, aunque claro que se sabe quiénes son los más bandidos. Si la iniciativa privada no se atreve a ventilar a los vividores, éstos continuarán siendo una plaga en la entidad.
A RENGLÓN SEGUIDO
PARA los dueños del PRD en el Estado de México resultó más sincero comulgar ante sus pocos militantes aquello de que “más vale solos que mal acompañados”. Con esto, Omar Ortega Álvarez, calificado por algunos como cacique del perredismo mexiquense, ya se ve en la funda de la candidatura en 2023, aunque su reto primero será frenar el resquebrajamiento del partido… A PROPÓSITO de nula cohesión, los priístas comandados por Alejandra del Moral Vela, desde luego los del círculo cercano a la cúpula que controla al partido, están conscientes de que se requiere fortalecer la unidad partidista, pues por debajo de la mesa aceptan que la organización política camina sin rumbo, y ahora que abiertamente se diluye la posibilidad de ir en amasiato con el PAN, reconocen un panorama incierto en las próximas elecciones… COMO “pantomima” califican algunos sindicalizados de Naucalpan la actuación de su dirigente municipal, Tomas Palomares Parra, quien ha asumido una posición de “gallón” ante el desastre de la alcaldesa Patricia Durán Reveles, pero sin resultados porque nomás no pagan sueldos a los empleados, o sea, es un representante sin espolones.
