En julio del 2019 el entonces secretario de acuerdos del juzgado primero militar en la Ciudad de México, rechazó hacer público los datos que mostraran si tenía un posible conflicto de interés en su labor de impartición de justicia. El funcionario era el coronel de justicia militar –recién ascendido entonces a ese grado—Zipacná Jesús Torres Ojeda, quien después de dejar a medias su declaración patrimonial y de intereses, a los pocos meses fue nombrado juez militar.
El nombre de Zipacná Torres Ojeda ha sido noticia por estos días después de que el congreso del estado de Guerrero avaló por 43 votos de 46, su nombramiento como nuevo fiscal general en la entidad. Con apenas algún registro en la opinión pública sobre su papel como vicefiscal y número dos de la teniente coronel Sandra Luz Valdovinos ex titular de la fiscalía general del estado, quien se negó a abandonar el cargo después de que la gobernadora Evelyn Salgado la destituyera hace unas semanas tras el asesinado del estudiante normalista de Ayotzinapa Yanki Khotan Gómez Peralta, el coronel fue designado para hacerse cargo de una dependencia caracterizada por la negligencia ministerial, complicidades criminales y nido de corruptelas a todos niveles.
Torres Ojeda es un militar formado como zapador que estudió derecho, ya titulado como abogado se reclasificó en el servicio de justicia militar. Comenzó como secretario de acuerdos en 2011 en el juzgado primero militar, en 2013 pasó comisionado a la dirección general de administración de la Sedena, donde fue jefe de la sección encargada de las importaciones y exportaciones de material y equipo de la dependencia. En 2017 regresó al servicio de justicia militar al mismo juzgado como secretario de acuerdos y después como juez. Antes de irse como vicefiscal a Guerrero, de donde es oriundo, era subdirector de defensores de oficio, cargo con el que participó en un curso del área jurídica del Departamento de Defensa estadounidense sobre “Aspectos Legales de las Operaciones de Paz y Estabilidad”. Su expediente militar registra que tiene maestría en derecho por la Universidad Iberoamericana, y llama la atención que no tenga ninguna experiencia en procuración de justicia o áreas vinculadas a la investigación de delitos de fuero común, algo que resultaría requisito básico ante el cargo que asumió el pasado miércoles 3 de abril.
En Guerrero las áreas de inteligencia militar tienen garantizado la continuidad en el flujo de información de áreas civiles del gobierno del estado con el nombramiento de Torres Ojeda y del general Gabriel Zamudio López, designado el pasado lunes 25 de marzo como nuevo titular de seguridad pública del estado. Esto no implica que la situación de caos y anarquía generada por el vacío de poder político y el control criminal de la mayoría de los ayuntamientos, se revertirá a mediano o largo plazo. Fuentes militares señalan que en Guerrero la situación seguirá agravándose porque el sistema de complicidades que rodea al senador Félix Salgado Macedonio y a su hija que despacha como gobernadora, sigue intacto y avalado por el presidente de la Repùblica que ha hecho caso omiso a las alertas de lo que pasa en el estado.
@velediaz424