/ lunes 19 de febrero de 2024

EL ESPECTADOR | Brugada y los damnificados de Morena

Después de dos grandes agravios provenientes del denominado grupo radical del Movimiento Regeneración Nacional ―el golpe a la candidatura de Omar García Harfuch y al puesto de Ernestina Godoy como Fiscal―, la candidata presidencial Claudia Sheinbaum Pardo dio un manotazo sobre la mesa para que, por lo menos en la Ciudad de México, se equilibraran las distintas fuerzas al interior de la llamada Cuarta Transformación.

Lo anterior queda muy claro con la definición de las candidaturas para las alcaldías capitalinas y la mayoría de las diputaciones federales representativas de la zona centro, espacios en los que quedaron acotados aquellos “duros” que impulsaron a Clara Brugada como abanderada para la Jefatura de Gobierno. Ahí los espacios se repartieron entre los afines a Sheinbaum Pardo, al grupo de René Bejarano y hasta al senador Ricardo Monreal.

De entrada, a Brugada Molina le impidieron nombrar a alguno de sus cercanos para relevarla en Iztapalapa y, más grave aún, le impusieron al grupo bejaranista. La abanderada para esa plaza, que Morena no se podría dar el lujo de perder si quiere hacerse de la ciudad, será Aleida Alavez, propuesta también hace 12 años como candidata por la corriente perredista Izquierda Democrática Nacional (IDN), que lideraba el “maestro Bejarano”.

Adicionalmente, la candidata al distrito electoral 4 de la Ciudad de México, que comprende al sector sur de Iztapalapa, será Dolores Padierna (esposa de René Bejarano), quien apenas hace unos meses se había pronunciado por la postulación de García Harfuch como el personaje idóneo para enfrentar al panista Santiago Taboada en las urnas.

La alcaldía Cuauhtémoc, en el corazón de la Ciudad, será misión del senador y exdelegado de esa plaza, Ricardo Monreal. Su hija Catalina Monreal Pérez será la candidata para tratar de recuperar esa plaza que, en el papel, le arrebató su expupila Sandra Cuevas en la elección del 2021.

Cuentan que los nombramientos tardaron en anunciarse porque los jaloneos entre los seguidores de López Obrador fueron intensos. Ningún grupo (porque sí los hay, aunque insistan en negar su existencia, y que les moleste que les llamen tribus) quería ceder. Un claro ejemplo de lo ocurrido es que, mientras se escribía esta columna, en el Congreso local un grupo de diputados guindas reventaron la sesión y salieron del recinto parlamentario para renunciar al partido.

El legislador Emilio Serrano dejó las filas de la 4T por la designación de la también diputada local Lourdes Paz como candidata a la alcaldía Iztacalco; esa salida se anticipaba desde hace varias semanas, pues Serrano Jiménez también había buscado el nombramiento en condiciones que, señaló, no eran de piso parejo. Luego entonces, ante la imposibilidad del líder morenista en la capital, Sebastián Ramírez, y de la senadora Citlalli Hernández, de llevar a cabo las negociaciones para las candidaturas que les fueron encomendadas, varios de los cuadros más añejos dentro del partido quedaron lastimados, por lo que se anticipa que no llegarán tan unidos como prometían al proceso del próximo 2 de junio.


Después de dos grandes agravios provenientes del denominado grupo radical del Movimiento Regeneración Nacional ―el golpe a la candidatura de Omar García Harfuch y al puesto de Ernestina Godoy como Fiscal―, la candidata presidencial Claudia Sheinbaum Pardo dio un manotazo sobre la mesa para que, por lo menos en la Ciudad de México, se equilibraran las distintas fuerzas al interior de la llamada Cuarta Transformación.

Lo anterior queda muy claro con la definición de las candidaturas para las alcaldías capitalinas y la mayoría de las diputaciones federales representativas de la zona centro, espacios en los que quedaron acotados aquellos “duros” que impulsaron a Clara Brugada como abanderada para la Jefatura de Gobierno. Ahí los espacios se repartieron entre los afines a Sheinbaum Pardo, al grupo de René Bejarano y hasta al senador Ricardo Monreal.

De entrada, a Brugada Molina le impidieron nombrar a alguno de sus cercanos para relevarla en Iztapalapa y, más grave aún, le impusieron al grupo bejaranista. La abanderada para esa plaza, que Morena no se podría dar el lujo de perder si quiere hacerse de la ciudad, será Aleida Alavez, propuesta también hace 12 años como candidata por la corriente perredista Izquierda Democrática Nacional (IDN), que lideraba el “maestro Bejarano”.

Adicionalmente, la candidata al distrito electoral 4 de la Ciudad de México, que comprende al sector sur de Iztapalapa, será Dolores Padierna (esposa de René Bejarano), quien apenas hace unos meses se había pronunciado por la postulación de García Harfuch como el personaje idóneo para enfrentar al panista Santiago Taboada en las urnas.

La alcaldía Cuauhtémoc, en el corazón de la Ciudad, será misión del senador y exdelegado de esa plaza, Ricardo Monreal. Su hija Catalina Monreal Pérez será la candidata para tratar de recuperar esa plaza que, en el papel, le arrebató su expupila Sandra Cuevas en la elección del 2021.

Cuentan que los nombramientos tardaron en anunciarse porque los jaloneos entre los seguidores de López Obrador fueron intensos. Ningún grupo (porque sí los hay, aunque insistan en negar su existencia, y que les moleste que les llamen tribus) quería ceder. Un claro ejemplo de lo ocurrido es que, mientras se escribía esta columna, en el Congreso local un grupo de diputados guindas reventaron la sesión y salieron del recinto parlamentario para renunciar al partido.

El legislador Emilio Serrano dejó las filas de la 4T por la designación de la también diputada local Lourdes Paz como candidata a la alcaldía Iztacalco; esa salida se anticipaba desde hace varias semanas, pues Serrano Jiménez también había buscado el nombramiento en condiciones que, señaló, no eran de piso parejo. Luego entonces, ante la imposibilidad del líder morenista en la capital, Sebastián Ramírez, y de la senadora Citlalli Hernández, de llevar a cabo las negociaciones para las candidaturas que les fueron encomendadas, varios de los cuadros más añejos dentro del partido quedaron lastimados, por lo que se anticipa que no llegarán tan unidos como prometían al proceso del próximo 2 de junio.