/ miércoles 4 de noviembre de 2020

La herbolaria sirve para malestar de riñones, insomnio, dolores musculares y hasta para la diabetes

Muchas hierbas ya no se encuentran con facilidad, porque lo que antes era sierra, hoy en día son fraccionamientos

México.- Para el malestar de riñones, insomnio, dolores musculares y hasta para la diabetes, María Helena Castillo, locataria externa del Mercado Miguel Hidalgo, prepara los remedios perfectos para combatir cualquiera de estas dolencias. Apoyada -por supuesto-, del conocimiento de la herbolaria y del legado ancestral que su familia le ha otorgado a ella y a su negocio por más de 75 años.

Desde hace 35 años, fue aprendiz de su padre el señor Castillo quien le enseñó infinidad de tratamientos medicinales y tradicionales, a partir del uso y conocimiento popular de las hierbas y plantas.

Hoy Helena, prepara gran cantidad de combinaciones herbales, para ayudar a su clientela a sobrellevar sus padecimientos y que con ellas de a poco, recuperen el bienestar de su salud.

Todo comenzó con su abuelo Celso Castillo, quien en su formación en la medicina herbal, viajaría por toda la República Mexicana para conocer las plantas, sus beneficios, utilidades y aplicaciones medicinales. Conocimientos que con el tiempo le proporcionarían la experiencia adecuada para hacer uso de la terapéutica herbolaria, para así ayudar a cientos de personas enfermas.

“Mi abuelo fue hierbero ambulante, él aprendió mucho en sus recorridos sobre el uso de las hierbas y plantas, sus preparaciones, su aspecto físico, sus diferencias y beneficios. Después de realizar un largo recorrido por diversas entidades, se instaló en lo que antes era la explanada del Mercado Hidalgo, para después ser ubicado en este local para vender sus ungüentos y hierbas para infusiones medicinales”, indicó.

Foto especial

Posteriormente el padre de Helena, aprendería sobre las especies vegetales utilizadas para la botánica medicinal y ahí es cuando ella a su corta edad, comenzaría a absorber la inquietud por los conocimientos de la herbolaria ancestral.

“Mi papá me ponía muchas pruebas. Entre ellas diferenciar plantas y hierbas por su aspecto físico, su aroma y hasta composición. Después me enseñó los beneficios de cada una de ellas, para qué servían y qué malestar combaten”.

“Es toda una cátedra y ciencia la herbolaria. Con el tiempo mi padre perdió algunos conocimientos, como todo. Con el pasar de los años hay combinaciones y preparaciones que todavía prevalecen, algunas otras ya no se realizan por la escasez de ciertas plantas y muchas de ellas, porque ya están en peligro de extinción”.

Cola de caballo, ajenjo, raíz de piedra, melisa, paciflora, tomillo, gordolobo y llantén, son algunas de las hierbas que aún se mantienen vivas en la medicina botánica que prepara esta culta hierbera.

Otras como el peyote e incluso la piel de víbora se dejaron de utilizar, pues al estar protegidas por la Semarnat, su uso, desde ya hace varios años ya no es factible.

Foto especial

“Muchas hierbas ya no se encuentran con facilidad, el crecimiento de la urbe también ha influido en ello, pues lo que antes era sierra ahora son fraccionamientos. Ya es muy difícil conseguir algunas plantas y por ende se dejan de hacer ciertas combinaciones para tratar diferentes enfermedades”.

Hoy su clientela la visita para solicitar preparaciones para combatir malestares como infecciones urinarias, glucosa alta, trastornos renales, estados reumáticos y febriles, estreñimiento, afecciones hepáticas, artritis, edemas, falta de sueño y retención de líquidos.

“Lo que normalmente se vende son las hierbas utilizadas para los padecimientos renales, como raíz seca de Hortencia, raíz de malvavisco, ajenjo y diente de león. También vienen por sus té para conciliar el sueño y para malestares estomacales”.

Actualmente la preparación más solicitada por quienes visitan este negocio, son las infusiones para combatir las enfermedades respiratorias, donde las bolsitas de hierbas que contiene regaliz, tomillo, drosera, malva, gordolobo y llantén, ya están dispuestas en las cajoneras de su local.

Mismos compradores que por muchos años han visitado este icónico espacio. Es clientela de toda la vida y que ahora en medio de la pandemia por Covid -19, le ha ayudado a subsistir a Helena y su familia.

Foto especial

El entorno que rodea a esta hierbera tradicional habla de la historia del trabajo de su familia. Los frascos que contienen hierbas y plantas que servirán para la mejora de la salud de otros, exhiben los recuerdos de su labor. Imágenes de santos y advocaciones marianas en los frascos que contienen la medicina natural otorgada por la tierra, le han sido regaladas en agradecimiento por la ayuda brindada.

Cada planta o hierba que llega al local de Helena, es puesta a secar en cajas de madera que ella y su familia han elaborado. Es necesario que pasen unas cuantas semanas antes de ser utilizadas. Cada planta es buscada en zonas específicas de la entidad y otras son traídas desde los cerros de otros Estados.

“Me llegan en pequeños costales y después las dispongo en las cajas, las cuales ya están marcadas para saber de qué planta se trata. Cuando están secas se llenan los frascos para tenerlas a la mano. También en el transcurso del día elaboro las combinaciones para ya sólo entregar la bolsita con las infusiones”.

El tratamiento más económico que se vende en esta hierbería, es para la bronquitis, tos y alergias respiratorias, con un costo de 25 pesos la bolsita, el tratamiento de precio más alto es para los padecimientos, de 55 pesos en total, pues es difícil conseguir cada planta y hierba, según indica Helena.

Este año a pesar de mantener precios fijos y bien surtido su negocio, se ha enfrentado también a la creciente crisis económica ocasionada por la presencia del coronavirus. Su temor más grande, volver a cerrar con el aumento de contagios por Covid -19.

Foto especial

“Tenemos muchos años de experiencia, que no olvide la gente que somos de los locatarios más longevos del Centro Histórico. Aquí tenemos remedios para todo. No quiero cerrar, da miedo, además soy parte de la población vulnerable, esto ha sido muy difícil para todos. Antes de la pandemia acudía mucha gente nueva, ahora sólo nos mantenemos de nuestra clientela de siempre.”, expresó.

Pero ciertamente a pesar de la pandemia, esta hierbería familiar mantiene su esencia. El empeño de los Castillo se nota en cada recipiente de vidrio, en cada cajón apilado, en el aroma de las hierbas que inundan este local repleto de ancestralidad.

La señora Helena y su familia son un referente de la medicina botánica tradicional. Su conocimiento generacional está encaminado al rescate y uso de plantas medicinales, que sin duda, también forman parte del ámbito de la salud popular y pública.

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México.- Para el malestar de riñones, insomnio, dolores musculares y hasta para la diabetes, María Helena Castillo, locataria externa del Mercado Miguel Hidalgo, prepara los remedios perfectos para combatir cualquiera de estas dolencias. Apoyada -por supuesto-, del conocimiento de la herbolaria y del legado ancestral que su familia le ha otorgado a ella y a su negocio por más de 75 años.

Desde hace 35 años, fue aprendiz de su padre el señor Castillo quien le enseñó infinidad de tratamientos medicinales y tradicionales, a partir del uso y conocimiento popular de las hierbas y plantas.

Hoy Helena, prepara gran cantidad de combinaciones herbales, para ayudar a su clientela a sobrellevar sus padecimientos y que con ellas de a poco, recuperen el bienestar de su salud.

Todo comenzó con su abuelo Celso Castillo, quien en su formación en la medicina herbal, viajaría por toda la República Mexicana para conocer las plantas, sus beneficios, utilidades y aplicaciones medicinales. Conocimientos que con el tiempo le proporcionarían la experiencia adecuada para hacer uso de la terapéutica herbolaria, para así ayudar a cientos de personas enfermas.

“Mi abuelo fue hierbero ambulante, él aprendió mucho en sus recorridos sobre el uso de las hierbas y plantas, sus preparaciones, su aspecto físico, sus diferencias y beneficios. Después de realizar un largo recorrido por diversas entidades, se instaló en lo que antes era la explanada del Mercado Hidalgo, para después ser ubicado en este local para vender sus ungüentos y hierbas para infusiones medicinales”, indicó.

Foto especial

Posteriormente el padre de Helena, aprendería sobre las especies vegetales utilizadas para la botánica medicinal y ahí es cuando ella a su corta edad, comenzaría a absorber la inquietud por los conocimientos de la herbolaria ancestral.

“Mi papá me ponía muchas pruebas. Entre ellas diferenciar plantas y hierbas por su aspecto físico, su aroma y hasta composición. Después me enseñó los beneficios de cada una de ellas, para qué servían y qué malestar combaten”.

“Es toda una cátedra y ciencia la herbolaria. Con el tiempo mi padre perdió algunos conocimientos, como todo. Con el pasar de los años hay combinaciones y preparaciones que todavía prevalecen, algunas otras ya no se realizan por la escasez de ciertas plantas y muchas de ellas, porque ya están en peligro de extinción”.

Cola de caballo, ajenjo, raíz de piedra, melisa, paciflora, tomillo, gordolobo y llantén, son algunas de las hierbas que aún se mantienen vivas en la medicina botánica que prepara esta culta hierbera.

Otras como el peyote e incluso la piel de víbora se dejaron de utilizar, pues al estar protegidas por la Semarnat, su uso, desde ya hace varios años ya no es factible.

Foto especial

“Muchas hierbas ya no se encuentran con facilidad, el crecimiento de la urbe también ha influido en ello, pues lo que antes era sierra ahora son fraccionamientos. Ya es muy difícil conseguir algunas plantas y por ende se dejan de hacer ciertas combinaciones para tratar diferentes enfermedades”.

Hoy su clientela la visita para solicitar preparaciones para combatir malestares como infecciones urinarias, glucosa alta, trastornos renales, estados reumáticos y febriles, estreñimiento, afecciones hepáticas, artritis, edemas, falta de sueño y retención de líquidos.

“Lo que normalmente se vende son las hierbas utilizadas para los padecimientos renales, como raíz seca de Hortencia, raíz de malvavisco, ajenjo y diente de león. También vienen por sus té para conciliar el sueño y para malestares estomacales”.

Actualmente la preparación más solicitada por quienes visitan este negocio, son las infusiones para combatir las enfermedades respiratorias, donde las bolsitas de hierbas que contiene regaliz, tomillo, drosera, malva, gordolobo y llantén, ya están dispuestas en las cajoneras de su local.

Mismos compradores que por muchos años han visitado este icónico espacio. Es clientela de toda la vida y que ahora en medio de la pandemia por Covid -19, le ha ayudado a subsistir a Helena y su familia.

Foto especial

El entorno que rodea a esta hierbera tradicional habla de la historia del trabajo de su familia. Los frascos que contienen hierbas y plantas que servirán para la mejora de la salud de otros, exhiben los recuerdos de su labor. Imágenes de santos y advocaciones marianas en los frascos que contienen la medicina natural otorgada por la tierra, le han sido regaladas en agradecimiento por la ayuda brindada.

Cada planta o hierba que llega al local de Helena, es puesta a secar en cajas de madera que ella y su familia han elaborado. Es necesario que pasen unas cuantas semanas antes de ser utilizadas. Cada planta es buscada en zonas específicas de la entidad y otras son traídas desde los cerros de otros Estados.

“Me llegan en pequeños costales y después las dispongo en las cajas, las cuales ya están marcadas para saber de qué planta se trata. Cuando están secas se llenan los frascos para tenerlas a la mano. También en el transcurso del día elaboro las combinaciones para ya sólo entregar la bolsita con las infusiones”.

El tratamiento más económico que se vende en esta hierbería, es para la bronquitis, tos y alergias respiratorias, con un costo de 25 pesos la bolsita, el tratamiento de precio más alto es para los padecimientos, de 55 pesos en total, pues es difícil conseguir cada planta y hierba, según indica Helena.

Este año a pesar de mantener precios fijos y bien surtido su negocio, se ha enfrentado también a la creciente crisis económica ocasionada por la presencia del coronavirus. Su temor más grande, volver a cerrar con el aumento de contagios por Covid -19.

Foto especial

“Tenemos muchos años de experiencia, que no olvide la gente que somos de los locatarios más longevos del Centro Histórico. Aquí tenemos remedios para todo. No quiero cerrar, da miedo, además soy parte de la población vulnerable, esto ha sido muy difícil para todos. Antes de la pandemia acudía mucha gente nueva, ahora sólo nos mantenemos de nuestra clientela de siempre.”, expresó.

Pero ciertamente a pesar de la pandemia, esta hierbería familiar mantiene su esencia. El empeño de los Castillo se nota en cada recipiente de vidrio, en cada cajón apilado, en el aroma de las hierbas que inundan este local repleto de ancestralidad.

La señora Helena y su familia son un referente de la medicina botánica tradicional. Su conocimiento generacional está encaminado al rescate y uso de plantas medicinales, que sin duda, también forman parte del ámbito de la salud popular y pública.

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