“Regresábamos muy contentos después de ver y darle gracias a la virgencita de Guadalupe. Manejamos cada quien nuestra moto. Con cansancio, pero muy contentos. Todo se acabó en cuestión de segundos, pues, de repente una camioneta se nos vino encima y nos arrolló a todos. Sentimos que el mundo se nos vino encima. Mis compañeros y yo salidos disparados al ser atropellados”.
Aun sin dar crédito a lo que vivía, uno de los lesionados narra con palabras entrecortadas y titiritando por el intenso frío que calaba hasta los huesos. El peregrino agrega: “no es posible que nos haya pasado estos. Nosotros regresábamos ya a nuestra comunidad de San Sebastián en Puebla para descansar; sin embargo, todo se acabó para algunos de nosotros. Ahí, hay un compañero que falleció. Ahí está, mire… Ya no se mueve”.
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Mientras narra lo sucedido, Andrés se queja de sus piernas y su abdomen, pues dice que le duele. Para entonces, ya un paramédicos lo empieza a revisar. Ahí, en la autopista México-Puebla a la altura de La Virgen en la Alcaldía Iztapalapa se observa un escenario dantesco, donde varios peregrinos se adolecen por las lesiones y fracturas que hay sufrido tras ser arrollados por una camioneta que era tripulada por un hombre que aparentemente estaba bajo los efectos de las bebidas embriagantes.
Los peregrinos atropellados sufren por las lesiones, los paramédicos les brindan los primeros auxilios, otros ya canalizados, son subidos a las camillas y las ambulancias para ser trasladados a los hospitales.
Otros no dejan de quejarse por las graves heridas. Otros siguen ahí sentados sobre el asfalto de la autopista México-Puebla. A lo lejos se escucha la voz de otro de los lesionados que dice: “no puede ser. Ya íbamos para nuestras casas. Virgencita por qué… porqué permitiste que ese conductor nos atropellara. No es justo”, gritaba, al tiempo que no cesaba de quejarse.
En ese mismo lugar se observaban las motocicletas tiradas y algunas destruidas. Otras completas y todas estaban adornadas y con imágenes de la virgen de Guadalupe.
Otros peregrinos se sumaron a las labores de auxilio de los atropellados, en tanto que policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México se dieron a la tarea de agilizar la circulación que, para ese entonces era muy intensa.
Muchos peregrinos más caminaban también de regreso hacia sus comunidades natales, pues también ya habían acudido a darle gracias a la Virgen de Guadalupe; sin embargo, en los carriles en sentido a la Ciudad de México, aún cientos de peregrinos caminaban para llegar a los pies de la morenita del Tepeyac para darle gracias por los favores recibidos.
ACUDEN MP Y PERITOS
Al lugar de este accidente fatal, acudieron peritos en criminalística, fotografía y medicina forense de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, quienes se dieron a la tarea de realizar la inspección ocular, recoger toda evidencia y trasladar el cadáver del peregrino que falleció ahí tras ser arrollados por una camioneta que era conducida por un hombre que estaba en aparente estado de ebriedad.
El imputado se encuentra a disposición del Ministerio Público y en las próximas horas se determinará su situación jurídica.
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