/ martes 29 de septiembre de 2020

El Covid-19 cerró juzgados en el Edomex, ella no pierde esperanza de recuperar a su hija

La familia del marido la asusta diciendo que tienen un familiar militar que incluso la vigila

Ella entró a trabajar a un negocio de comida rápida, ahí conoció a quien creyó sería el amor de su vida; pronto la realidad le dio una bofetada cuando la familia de él se metió y terminaron quitándole a su hija, luego el Covid-19 cerró juzgados y aunque un juez ya le otorgó la custodia temporal de su bebé, no ha podido abrazarla desde hace tres meses.

El relato de Juana Yuliza Mena, es estrujante. Deambula por oficinas con un legajo de papeles y fotos, tanto de su ex esposo Juan Carlos Loeza como de su bebé Astrid ”N”, a quien pudo ver un momento el 8 de junio y luego nada.

Yuliza dijo a La Prensa, que entro a trabajar a un negocio de hamburguesas en 2017, quería ayudar en el hogar de sus padres y ese fue el trabajo ideal porque podía trabajar unas horas.

Era 2017, y en una visita de supervisión conoció al que creyó era el amor de su vida, de quien se embarazó y terminaron por casarse, así lo relató a La Prensa, mientras tiene entre sus manos la foto de su hija, a quien no ha podido besar y abrazar hace meses.

Recuerda que primero vivieron en Tepozotlán, Estado de México; por año y medio estuvieron juntos, tiempo en que fueron bendecidos con una hermosa hija.

Pero vinieron las diferencias, y a los tres meses ella regresa con su familia, debido a conflictos con una cuñada.

En un par de intentos de estar juntos regresan, pero las cosas no salen bien; incluso en 2019 ella regresó a trabajar a una empresa de hamburguesas para tener una vivienda solo de ellos.

Luego, ambos dejan ese trabajo y con el finiquito rentan una casita en San Juan, Zumpango, Estado de México, después a otra casa, es 2020, hasta que una mañana que ella salía al trabajo él le pide prestadas sus llaves, porque había perdido las propias.

A las 11:00 horas le manda un mensaje que iría a otro lado con su papá.

Juana Yuliza aún cree que todo está bien, pero llega la noche y él no vuelve, ella llega a la casa y descubre que se ha llevado ropa de él y de la bebé así como documentos.

Una semana después, el 26 de febrero de 2020 su marido le pide acudir a un parque de la colonia Alfonzo XIII, allá por Mixcoac, para ver a su hija, pero a la cita que fue a las 20:00 horas, llegó mamá, hermana, prima y esposo con la niña.

Le dicen que le han quitado a la niña por no tener un lugar establecido para cuidarla y para que no pase hambre, pese al trabajo que esta madre ha hecho por salir adelante con su familia.

Lugo de muchos ruegos le regresan a su hija el 5 de marzo, aunque va enferma. Baja de pesos y no come, sólo llora, un reporte médico da cuenta del estado en que llegó.

Para el 11 de marzo que permite al papá visitar a la hija éste se la lleva

El 29 de marzo le llevan de nuevo a su hija, pero para verla la condicionan a firmar un papel donde cede la custodia de la menor, además que la amenazan con un familiar militar, que dicen, merodea el lugar, que la tiene vigilada y puede hacerle algo, aunque ella nunca ha visto al personaje.

La última vez que vio a su hija fue el 8 de junio, debía firmar o la acusarían de maltrato a la menor, según le indicaron.

Entonces llegó la pandemia de Covid-19 cerraron los juzgados y el proceso para recuperar a su hija se detuvo, ha buscado al padre, pero al parecer no tiene el mismo teléfono celular y aunque al final un juez le ha dado la custodia temporal, en tanto termina el divorcio, ella llora porque no ha podido ver ni recuperar a su hija.

Ahora su única petición es justicia, porque a pesar de tener un documento que le abre la puerta para ser feliz con su hija, el padre de la menor y ella parece como si se los hubiera tragado la tierra.


Ella entró a trabajar a un negocio de comida rápida, ahí conoció a quien creyó sería el amor de su vida; pronto la realidad le dio una bofetada cuando la familia de él se metió y terminaron quitándole a su hija, luego el Covid-19 cerró juzgados y aunque un juez ya le otorgó la custodia temporal de su bebé, no ha podido abrazarla desde hace tres meses.

El relato de Juana Yuliza Mena, es estrujante. Deambula por oficinas con un legajo de papeles y fotos, tanto de su ex esposo Juan Carlos Loeza como de su bebé Astrid ”N”, a quien pudo ver un momento el 8 de junio y luego nada.

Yuliza dijo a La Prensa, que entro a trabajar a un negocio de hamburguesas en 2017, quería ayudar en el hogar de sus padres y ese fue el trabajo ideal porque podía trabajar unas horas.

Era 2017, y en una visita de supervisión conoció al que creyó era el amor de su vida, de quien se embarazó y terminaron por casarse, así lo relató a La Prensa, mientras tiene entre sus manos la foto de su hija, a quien no ha podido besar y abrazar hace meses.

Recuerda que primero vivieron en Tepozotlán, Estado de México; por año y medio estuvieron juntos, tiempo en que fueron bendecidos con una hermosa hija.

Pero vinieron las diferencias, y a los tres meses ella regresa con su familia, debido a conflictos con una cuñada.

En un par de intentos de estar juntos regresan, pero las cosas no salen bien; incluso en 2019 ella regresó a trabajar a una empresa de hamburguesas para tener una vivienda solo de ellos.

Luego, ambos dejan ese trabajo y con el finiquito rentan una casita en San Juan, Zumpango, Estado de México, después a otra casa, es 2020, hasta que una mañana que ella salía al trabajo él le pide prestadas sus llaves, porque había perdido las propias.

A las 11:00 horas le manda un mensaje que iría a otro lado con su papá.

Juana Yuliza aún cree que todo está bien, pero llega la noche y él no vuelve, ella llega a la casa y descubre que se ha llevado ropa de él y de la bebé así como documentos.

Una semana después, el 26 de febrero de 2020 su marido le pide acudir a un parque de la colonia Alfonzo XIII, allá por Mixcoac, para ver a su hija, pero a la cita que fue a las 20:00 horas, llegó mamá, hermana, prima y esposo con la niña.

Le dicen que le han quitado a la niña por no tener un lugar establecido para cuidarla y para que no pase hambre, pese al trabajo que esta madre ha hecho por salir adelante con su familia.

Lugo de muchos ruegos le regresan a su hija el 5 de marzo, aunque va enferma. Baja de pesos y no come, sólo llora, un reporte médico da cuenta del estado en que llegó.

Para el 11 de marzo que permite al papá visitar a la hija éste se la lleva

El 29 de marzo le llevan de nuevo a su hija, pero para verla la condicionan a firmar un papel donde cede la custodia de la menor, además que la amenazan con un familiar militar, que dicen, merodea el lugar, que la tiene vigilada y puede hacerle algo, aunque ella nunca ha visto al personaje.

La última vez que vio a su hija fue el 8 de junio, debía firmar o la acusarían de maltrato a la menor, según le indicaron.

Entonces llegó la pandemia de Covid-19 cerraron los juzgados y el proceso para recuperar a su hija se detuvo, ha buscado al padre, pero al parecer no tiene el mismo teléfono celular y aunque al final un juez le ha dado la custodia temporal, en tanto termina el divorcio, ella llora porque no ha podido ver ni recuperar a su hija.

Ahora su única petición es justicia, porque a pesar de tener un documento que le abre la puerta para ser feliz con su hija, el padre de la menor y ella parece como si se los hubiera tragado la tierra.


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