Una impactante y cruenta escena, ocasionó un motociclista que mató y despedazó a una abuelita tras embestirla en el perímetro de la colonia Tlacotal Ramos Millán, en la alcaldía Iztacalco. Metros adelante, él también murió al chocar contra un taxi.
El joven piloto de tan solo 19 años de edad, aceleró a fondo sobre avenida Presidente Plutarco Elías Calles, con dirección hacia el Oriente, y justo a la altura de la calle Sur 117, se encontró de frente con la mujer de aproximadamente 80 años, quien cruzaba la vía rápida abajo de un puente peatonal.
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Tras el impacto, la viejita salió volando unos 30 metros, terminando tendida boca arriba, sobre el carril confinado del Metrobús. A unos metros y del lado opuesto, quedó una mano y una pierna, mientras que los intestinos se apreciaban revolcados y esparcidos en la trayectoria del cuerpo.
El delgado piloto intentó controlar el volante de la pesada motocicleta, aparentemente cilindrada 600, pero se topó con un Chevrolet tipo Aveo rotulado como taxi de la CDMX y sin poder frenar, logró destrozar el costado derecho de la cajuela por completo y mandarlo a girar sobre su propio eje.
Algunos testigos comentaron que tal vez su intentó por evadir la responsabilidad le costó la vida, pues pareciera que, en vez de frenar, aumentó la velocidad. Finalmente, "Cada quien da su versión", como dijo Adán, de unos 14 años de edad, a su madre, mientras juntos observaban el hecho detrás del acordonamiento.
El automóvil quedó detenido en sentido contrario, a unos metros del pequeño cuerpo del jovencito vestido con un pantalón y una sudadera negra, a quien de nada le sirvió el casco de protección. Ambos fueron a dar a los carriles confinados.
Al parecer, el motociclista caído, quien había pasado a saludar a su abuela materna, iba corriendo y sintiendo la adrenalina con un amigo cercano, quien viajaba en otra motocicleta, desde varios kilómetros atrás. "Iban como locos y haciendo caballitos", comentó un automovilista que aseguró habérselos encontrado antes del accidente.
Los elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la CDMX, atendieron el reporte generado minutos después de las 11:00 horas de este domingo. Al ver indicios regados por todos lados, entre restos humanos y partes del auto y de la motocicleta involucrados, cerraron la circulación por completo y el servicio del Metrobús se suspendió.
La familia de joven, fue llegando poco a poco hasta hacerse unas 30 personas. Todos se abrazaban entre sí, lamentando lo ocurrido. Solo ellos permanecían en grupo dentro del acordonamiento sobre el camellón, algunos en actitud desafiante. Un individuo que lo cruzó para ver de cerca fue corrido de manera violenta.
En contraste, tres hombres y dos mujeres cercanos a la adulta mayor, misma que vendía tamales afuera de su domicilio, ubicado en calles cercanas, esperaban indicaciones. Callados y con la mirada dispersa, tal vez sin entender que había ocurrido exactamente. Se percibían tristes y solos, a pesar de estar en conjunto.
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"¿A qué velocidad debe haber ido para haber causado todo este desmadre?", dijo un joven repartidor de comida, quien, sin quitarse el casco, se detuvo a ver si no se trataba de algún conocido.
Integrantes del área pericial y Forense de la Fiscalía capitalina procedieron a recabar los indicios y a realizar el levantamiento de ambos cadáveres. Mientras que hombres y mujeres de la familia del joven fallecido, no despegaban la vista de la motocicleta despedazada, como culpándola de lo ocurrido.
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