/ miércoles 17 de febrero de 2021

¡Hasta la vista taxis amarillos en Nueva York!

El icónico transporte público de NY es cada vez más escaso tras un año de pandemia

Eran omnipresentes en las calles de Nueva York, tan emblemáticos de la Gran Manzana como el edificio Empire State o las gorras de béisbol de los Yankees. Pero tras un año de pandemia, los taxis amarillos son cada vez más escasos y su futuro parece incierto.

Una mañana gélida de febrero, en un estacionamiento cercano al aeropuerto de La Guardia, unos 50 taxis amarillos hacen fila en busca de un cliente.

Antes de la pandemia, "había cientos de taxis amarillos en este estacionamiento, hacíamos la fila afuera y esperábamos 20 minutos. Ahora somos 50, y esperamos dos horas", dice Joey Olivo, un veterano de las calles neoyorquinas con 30 años de taxi en su haber.

Con el teletrabajo generalizado de quienes acudían cada día a los barrios de negocios, el cierre de las escuelas y la paralización del turismo, la cantidad de viajes se ha derrumbado.

"Es duro: mis ingresos cayeron un 80%; ganaba quizás 1.000 dólares por semana, ahora estoy en 200-300 dólares", cuenta Olivo.

Sin su mujer enfermera, que continúa "ganándose bien la vida", "me hubiera puesto una soga al cuello", asegura este sesentón de Brooklyn, jovial pese a todo tras su mascarilla.

"Caída libre"

La mayoría de los choferes de taxi de Nueva York, sobre todo inmigrantes de primera generación, no tienen su suerte ni su buen humor frente a la evaporación de su fuente de trabajo.

La llegada de la competencia de Uber, Lyft y otras aplicaciones ya había mermado drásticamente sus ganancias, que podían superar los 7.000 dólares mensuales si trabajaban largas horas, siete días por semana.

Pero con la pandemia, "es la caída libre", resume Richard Chow, un birmano de 62 años.

Chow no es uno de los más desesperados porque compró su permiso de taxi -denominado "medallón" en Nueva York- en 2006, por 410.000 dólares.

En los años siguientes, el precio de los medallones se disparó, inflado por una nebulosa de banqueros, inversores y abogados. En 2009, su hermano menor, Kenny Chow, pagó 750.000 dólares por el suyo. En 2014, los medallones alcanzaban el millón de dólares.

El éxito de Uber y sus rivales hizo explotar esta burbuja. Y condenó a la quiebra o a la deuda eterna a miles de choferes que habían comprado medallones a precio de oro.

Kenny Chow se suicidó en 2018, al igual que al menos otros siete choferes ese año, lo cual puso en relieve su dramática situación.

Fue en este contexto que llegó la pandemia y sus "efectos devastadores", explica Bhairavi Desai, directora de la Taxi Workers Alliance, sindicato de los choferes neoyorquinos.

"Antes de la pandemia, los viajes estaban en baja de 50%. Desde la pandemia, estamos cercanos al 90%", dice.

"Los barrios de la ciudad más desiertos son los barrios de Manhattan que los choferes más precisan para sus ingresos, y los aeropuertos", sostiene.

Foto cortesía | PXHERE

Ícono cultural

Los taxis amarillos se han tornado raros. Aunque aún hay 13.000 medallones atribuidos, solo 5.000 taxis circulan actualmente, según el sindicato.

Otros 7.000 no salen de su garage, ya que hacerlos salir ya no es rentable, explica William Pierre, un taxista haitiano.

Pierre sigue trabajando, aunque sus ingresos diarios oscilan apenas entre los 100 y los 150 dólares, y de eso debe entregar la mitad a la empresa a la cual alquila el taxi.

"No quiero quedarme en casa, quiero estar afuera y alimentar a mi familia", dice.

¿Es posible que los taxis amarillos desaparezcan un día?

Olivo y Pierre piensan que los negocios terminarán por mejorar, aunque concuerdan en que nunca más será como antes.

Bhairavi Desai teme que los taxis "desaparezcan progresivamente" si la alcaldía no acepta perdonar las deudas de los choferes. Su sindicato multiplica las protestas y decenas de taxis bloquearon brevemente el puente de Brooklyn el miércoles.

"En todo el mundo (...) sabes que estás en Nueva York cuando ves un taxi amarillo", dice. "Es un ícono cultural (...), un servicio 24/24 que es parte integral del tejido económico, social y cultural de esta magnífica ciudad".

El alcalde demócrata de Nueva York, Bill de Blasio, promete que ayudará a los taxis si las arcas de la ciudad, vaciadas por la pandemia, son alimentadas por el gobierno federal.

"Buscamos cómo ayudar a los conductores, pero precisamos (...) un plan de ayuda", declaró el miércoles. Si el plan se concreta "abrirá la puerta a una solución".

Cortan el puente de Brooklyn para pedir auxilio

El pasado 10 de febrero, la agencia EFE informó que decenas de taxistas cortaron el tráfico del puente de Brooklyn en una acción de protesta para exigir a los legisladores de EE.UU. ayuda económica, puesto que el sector se ha visto fuertemente afectado por la pandemia.

“La industria del taxi, que ya sufrió el impacto de la competencia de los vehículos de alquiler con conductor (VTC), ha registrado un descenso del 80 % en su clientela desde el pasado mes de marzo, cuando la ciudad de Nueva York se paralizó casi por completo para tratar de reducir la expansión del virus”, informó.

En su protesta, varios taxis parados ocuparon los tres carriles del puente en dirección hacia Brooklyn hacia el mediodía, causando un importante atasco.

Ante la mirada del resto de conductores, que se bajaron de los vehículos para averiguar la causa del repentino parón, los taxistas desplegaron un cartel rojo con las letras SOS, y otros en los que se leía "Den de comer a vuestro pueblo. Déjenos vivir".

Organizado por el Sindicato de Trabajadores del Taxi de Nueva York, que representa a unos 21.000 profesionales, en la manifestación se exigió al congreso de EE.UU. que se les perdone la deuda acumulada del pago de sus licencias.

"Hemos bloqueado el puente de Brooklyn porque sólo las acciones directas van a conseguir lo que necesitamos: que nos perdonen la deuda de las licencias ahora", explicó en la red social Twitter la organización.

El valor de un "medallón" -el término con el que se conocen en la ciudad los permisos de los taxis oficiales- ha descendido desde su máximo de 1 millón de dólares en 2014 hasta los 120.000 de la actualidad, lo que ha llevado a que entre 3.000 y 5.000 taxistas que pidieron préstamos para comprar las licencias se enfrenten a grandes deudas.

Tras cerrar el puente de Brooklyn, los taxistas protestaron frente a las oficinas del senador neoyorquino Chuck Schumer, quien después aseguró que apoyaría la iniciativa de perdonar la deuda a los taxistas neoyorquinos.

No olvides seguirnos en Google Noticias para mantenerte informado

Eran omnipresentes en las calles de Nueva York, tan emblemáticos de la Gran Manzana como el edificio Empire State o las gorras de béisbol de los Yankees. Pero tras un año de pandemia, los taxis amarillos son cada vez más escasos y su futuro parece incierto.

Una mañana gélida de febrero, en un estacionamiento cercano al aeropuerto de La Guardia, unos 50 taxis amarillos hacen fila en busca de un cliente.

Antes de la pandemia, "había cientos de taxis amarillos en este estacionamiento, hacíamos la fila afuera y esperábamos 20 minutos. Ahora somos 50, y esperamos dos horas", dice Joey Olivo, un veterano de las calles neoyorquinas con 30 años de taxi en su haber.

Con el teletrabajo generalizado de quienes acudían cada día a los barrios de negocios, el cierre de las escuelas y la paralización del turismo, la cantidad de viajes se ha derrumbado.

"Es duro: mis ingresos cayeron un 80%; ganaba quizás 1.000 dólares por semana, ahora estoy en 200-300 dólares", cuenta Olivo.

Sin su mujer enfermera, que continúa "ganándose bien la vida", "me hubiera puesto una soga al cuello", asegura este sesentón de Brooklyn, jovial pese a todo tras su mascarilla.

"Caída libre"

La mayoría de los choferes de taxi de Nueva York, sobre todo inmigrantes de primera generación, no tienen su suerte ni su buen humor frente a la evaporación de su fuente de trabajo.

La llegada de la competencia de Uber, Lyft y otras aplicaciones ya había mermado drásticamente sus ganancias, que podían superar los 7.000 dólares mensuales si trabajaban largas horas, siete días por semana.

Pero con la pandemia, "es la caída libre", resume Richard Chow, un birmano de 62 años.

Chow no es uno de los más desesperados porque compró su permiso de taxi -denominado "medallón" en Nueva York- en 2006, por 410.000 dólares.

En los años siguientes, el precio de los medallones se disparó, inflado por una nebulosa de banqueros, inversores y abogados. En 2009, su hermano menor, Kenny Chow, pagó 750.000 dólares por el suyo. En 2014, los medallones alcanzaban el millón de dólares.

El éxito de Uber y sus rivales hizo explotar esta burbuja. Y condenó a la quiebra o a la deuda eterna a miles de choferes que habían comprado medallones a precio de oro.

Kenny Chow se suicidó en 2018, al igual que al menos otros siete choferes ese año, lo cual puso en relieve su dramática situación.

Fue en este contexto que llegó la pandemia y sus "efectos devastadores", explica Bhairavi Desai, directora de la Taxi Workers Alliance, sindicato de los choferes neoyorquinos.

"Antes de la pandemia, los viajes estaban en baja de 50%. Desde la pandemia, estamos cercanos al 90%", dice.

"Los barrios de la ciudad más desiertos son los barrios de Manhattan que los choferes más precisan para sus ingresos, y los aeropuertos", sostiene.

Foto cortesía | PXHERE

Ícono cultural

Los taxis amarillos se han tornado raros. Aunque aún hay 13.000 medallones atribuidos, solo 5.000 taxis circulan actualmente, según el sindicato.

Otros 7.000 no salen de su garage, ya que hacerlos salir ya no es rentable, explica William Pierre, un taxista haitiano.

Pierre sigue trabajando, aunque sus ingresos diarios oscilan apenas entre los 100 y los 150 dólares, y de eso debe entregar la mitad a la empresa a la cual alquila el taxi.

"No quiero quedarme en casa, quiero estar afuera y alimentar a mi familia", dice.

¿Es posible que los taxis amarillos desaparezcan un día?

Olivo y Pierre piensan que los negocios terminarán por mejorar, aunque concuerdan en que nunca más será como antes.

Bhairavi Desai teme que los taxis "desaparezcan progresivamente" si la alcaldía no acepta perdonar las deudas de los choferes. Su sindicato multiplica las protestas y decenas de taxis bloquearon brevemente el puente de Brooklyn el miércoles.

"En todo el mundo (...) sabes que estás en Nueva York cuando ves un taxi amarillo", dice. "Es un ícono cultural (...), un servicio 24/24 que es parte integral del tejido económico, social y cultural de esta magnífica ciudad".

El alcalde demócrata de Nueva York, Bill de Blasio, promete que ayudará a los taxis si las arcas de la ciudad, vaciadas por la pandemia, son alimentadas por el gobierno federal.

"Buscamos cómo ayudar a los conductores, pero precisamos (...) un plan de ayuda", declaró el miércoles. Si el plan se concreta "abrirá la puerta a una solución".

Cortan el puente de Brooklyn para pedir auxilio

El pasado 10 de febrero, la agencia EFE informó que decenas de taxistas cortaron el tráfico del puente de Brooklyn en una acción de protesta para exigir a los legisladores de EE.UU. ayuda económica, puesto que el sector se ha visto fuertemente afectado por la pandemia.

“La industria del taxi, que ya sufrió el impacto de la competencia de los vehículos de alquiler con conductor (VTC), ha registrado un descenso del 80 % en su clientela desde el pasado mes de marzo, cuando la ciudad de Nueva York se paralizó casi por completo para tratar de reducir la expansión del virus”, informó.

En su protesta, varios taxis parados ocuparon los tres carriles del puente en dirección hacia Brooklyn hacia el mediodía, causando un importante atasco.

Ante la mirada del resto de conductores, que se bajaron de los vehículos para averiguar la causa del repentino parón, los taxistas desplegaron un cartel rojo con las letras SOS, y otros en los que se leía "Den de comer a vuestro pueblo. Déjenos vivir".

Organizado por el Sindicato de Trabajadores del Taxi de Nueva York, que representa a unos 21.000 profesionales, en la manifestación se exigió al congreso de EE.UU. que se les perdone la deuda acumulada del pago de sus licencias.

"Hemos bloqueado el puente de Brooklyn porque sólo las acciones directas van a conseguir lo que necesitamos: que nos perdonen la deuda de las licencias ahora", explicó en la red social Twitter la organización.

El valor de un "medallón" -el término con el que se conocen en la ciudad los permisos de los taxis oficiales- ha descendido desde su máximo de 1 millón de dólares en 2014 hasta los 120.000 de la actualidad, lo que ha llevado a que entre 3.000 y 5.000 taxistas que pidieron préstamos para comprar las licencias se enfrenten a grandes deudas.

Tras cerrar el puente de Brooklyn, los taxistas protestaron frente a las oficinas del senador neoyorquino Chuck Schumer, quien después aseguró que apoyaría la iniciativa de perdonar la deuda a los taxistas neoyorquinos.

No olvides seguirnos en Google Noticias para mantenerte informado

Policiaca

Plomean a tres personas en plaza pública de Xochimilco; dos murieron en el sitio

De acuerdo a información preliminar, las víctimas fueron rafagueadas por un grupo de sujetos a bordo de motocicletas

Policiaca

Denuncia fan homofobia y violencia de la PBI y seguridad Lobo en concierto de Madonna

A través de redes sociales un fan de la reina del pop documentó parte de la agresión de la que fue objeto dentro y fuera del Palacio de los Deportes

Policiaca

Choque múltiple deja un motociclista muerto en Av. Constituyentes

Un camión de carga se quedó sin frenos, por lo queimpactó al menos a siete vehículos