Tras el anuncio de la histórica caída del Producto Interno Bruto y del impacto en la actividad industrial, a lo que se suma la pérdida de miles de empleos en el sector formal y la desesperación de otras miles de personas que trabajan en el sector informal y que no han podido obtener recursos para vivir, la iglesia católica convoca a todos los mexicanos a caminar juntos.
A los gobernantes, para que a partir de la escucha y del trabajo en equipo en beneficio de los demás, encuentren soluciones que apoyen a la planta productiva y a los generadores de empleo.
Y a la sociedad en general, la Iglesia le sigue pidiendo apoyo para quienes menos tienen; impulsemos a aquellos que tienen la posibilidad de brindar oportunidades laborales, motivemos el espíritu emprendedor y trabajemos unidos para salir victoriosos de esta etapa crítica.
Desde la Basílica de Guadalupe se oró por los enfermos, especialmente los de Covid-19, para que experimenten el consuelo maternal de la Virgen Morena; por los médicos, enfermeras y demás personal que atienden a los contagiados en los hospitales y por los fallecidos del Coronavirus para que Dios en su infinita misericordia los tenga en su reino y por sus familias para que la Morenita del Tepeyec los reconforte en su dolor.
En la misa dominical, el Arzobispo Carlos Aguiar Retes dijo que en el contexto actual producido por la Pandemia por el Covid-19 hace más urgente nuestro actuar cristiano, y hacerlo de manera organizada y en equipo.
En su homilía manifestó que desde los inicios de la Iglesia se ha considerado este milagro de alimentar a la muchedumbre que buscó a Jesús, e incluso el dato de recoger, habiendo ya comido, doce canastos de sobrantes, profetiza que esta será la manera de Dios para satisfacer el hambre y la sed espiritual de quienes se acerquen a Jesús Eucaristía.
El cardenal pidió enseñar sobre las realidades del Reino de Dios, sanar las dolencias espirituales y atender a quienes sufren una enfermedad o atraviesan por una experiencia dolorosa y de sufrimiento, será la mejor manera de ser discípulo de Cristo.
En su editorial titulado “ante la crisis económica”, publicado en la Revista Católica Desde la Fe, recuerda que México se encuentra aún lidiando con la pandemia de COVID-19, y mientras busca la manera de superar la crisis, se precipita sobre el país y el mundo otra igual o peor que la sanitaria: la crisis económica.
Han pasado cuatro meses desde que se inició el cierre de muchas actividades a causa del confinamiento, y aunque poco a poco se han reactivado algunos sectores, hay otros que aún están lejos de poder abrir sus puertas.
La arquidiócesis de México lamentó que miles de empleados están siendo afectados en sus prestaciones y en su salario habitual.
No es algo que afecte sólo a una empresa, a una ciudad o a un país. Es un fenómeno mundial. Asimismo, recordó que hace unas semanas, la Conferencia del Episcopado Mexicano publicó un documento titulado: “Abrazar a nuestro pueblo en su dolor”, y en uno de sus apartados, les recordaba a todos aquellos que han sido gravemente afectados en su economía, que no están solos.
“Urge que todos los sectores competentes, gobierno, empresarios y sociedad, generemos condiciones que modifiquen el escenario desolador que estamos viviendo”, señalaban los obispos de México.
La Iglesia no es inmune a esta crisis; por el contrario, las actividades parroquiales aún permanecen suspendidas en algunas diócesis, y en las que se han abierto los templos, la reactivación ha sido muy lenta, pues se ha tenido que actuar responsablemente ante la alerta sanitaria; sin embargo, miles de empleos dependen también de estas actividades.
También agradeció a los fieles que nos han apoyado y a quienes han colaborado para que, hoy con más fuerza que nunca, se mantengan las actividades caritativas de la Iglesia, como la entrega de despensas, los comedores comunitarios, los albergues y los centros de atención a víctimas y a migrantes.
