/ miércoles 1 de julio de 2020

Con el nuevo aeropuerto también se construye estudio paleontológico y arqueológico

Se desarrolla un proyecto multidisciplinario a partir del hallazgo de restos de mamuts

La construcción del nuevo aeropuerto internacional de Santa Lucía, cuya fecha de inauguración está programada para el 21 de marzo de 2022, conforme a lo anunciado por el gobierno federal, se desarrolla junto con otro proyecto -surgido de manera fortuita-, tras las maniobras de excavación para la terminal aérea, y que involucra a expertos en materia de paleontología y arqueología.

El hallazgo de cientos de restos óseos de al menos 60 mamuts y de otros mamíferos, incluidos huesos humanos en la zona, abrió otro frente de construcción, pero completamente distinto a los trazos de los ingenieros militares que están a cargo de las obras de lo que será el aeropuerto Felipe Ángeles.

De acuerdo con Pedro Francisco Sánchez Nava, coordinador nacional de Arqueología, y Felisa Aguilar Arellano, presidenta del consejo de Paleontología, ambas instancias del Instituto Nacional de Antropología e Historia, la riqueza ancestral encontrada en la Base Aérea de Santa Lucía es basta y susceptible de profundos estudios.

Por tal motivo, los dos especialistas justificaron un proyecto de investigación, con la participación de expertos multidisciplinarios para analizar los yacimientos de los fósiles localizados durante las obras de construcción de la terminal aérea.

A partir del hallazgo de los restos óseos de mamuts, se puso en marcha una etapa de coordinación adicional entre el grupo de militares que lleva a cabo las obras del nuevo aeropuerto internacional y los especialistas del INAH en las ciencias que estudian los seres orgánicos que habitaron la Tierra, así como los expertos en la interpretación de civilizaciones antiguas.

Con esto, el gobierno federal no solo tiene el proyecto de la terminal aérea, sino que –de manera paralela- surgió un plan de gran investigación histórica, donde interviene la Secretaría de Cultura, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

No obstante, según las fuerzas castrenses, esto no interferirá en los programas de construcción y las obras caminarán conforme a los tiempos estimados para llevar a cabo la inauguración del nuevo aeropuerto internacional de Santa Lucía.

Del mismo modo, las investigaciones de paleontólogos y arqueólogos seguirán su curso. De hecho, todos los restos encontrados en la zona se encuentran resguardados en terrenos de la base aérea, lugar hasta donde se dan cita los expertos del INAH.

PROYECTO PALEONTOLÓGICO

“La prehistoria y paleoambiente del noroeste de la Cuenca de México” es un proyecto que acelerará las investigaciones a partir de este mes en los terrenos donde se construye el nuevo aeropuerto internacional Felipe Ángeles, en la Base Aérea de Santa Lucía, y que también comprenderá al municipio de Tultepec, ubicado en San Antonio Xahuento, ambos en Estado de México y separados por una distancia en línea recta de unos 14 kilómetros.

En este último municipio también se han encontrado restos óseos de mamuts y toda una estructura organizacional de las civilizaciones que habitaron la zona hace unos 10 o 15 mil años.

El proyecto será coordinado por los paleontólogos Joaquín Arroyo Cabrales, profesor Investigador del Laboratorio de Arqueo zoología de la Subdirección de Laboratorios y Apoyo Académico del INAH, y Eduardo Corona Martínez, también profesor Investigador del Centro INAH Morelos.

Los dos expertos son vocales del Consejo de Paleontología.

A la coordinación también se sumarán los arqueólogos Rubén Manzanilla López, de la Dirección de Salvamento Arqueológico del INAH, y Luis Córdoba Barradas, responsable y titular de los proyectos de rescate de osamentas de mamut de Tultepec.

De acuerdo con Pedro Francisco Sánchez Nava y Felisa Aguilar Arellano la finalidad de este estudio multidisciplinario es conocer 20 mil años de historia de la vida en el noroeste de la Cuenca de México.

La idea es obtener detalles de todo lo relacionado a la vida en lo que eran las orillas del lago Xaltocan, uno de los cinco lagos de dicha región, junto con Texcoco, Zumpango, Chalco y Xochimilco, y las posibles interacciones de la fauna del Pleistoceno Tardío, hace por lo menos 10 o 15 mil años, con las primeras poblaciones humanas en esa región lacustre que hoy, a través de las obras de infraestructura, desvela una extraordinaria riqueza para la ciencia.

RECONSTRUCCION COMPLETA

El biólogo y paleontólogo Joaquín Arroyo Cabrales, así como su colega Eduardo Corona Martínez, afirmaron que la investigación de las poblaciones de mamuts en el noroeste de la Cuenca de México, tanto de Santa Lucía como de Tultepec, implicarán análisis desde varias áreas del estudio paleoambiental, con el fin de llegar a una reconstrucción completa de cómo fue la zona en el Pleistoceno Tardío.

Indicaron que es muy probable que los vestigios daten de entre 10 mil y 20 mil años, fechas arrojadas generalmente por los materiales fósiles hallados en la Cuenca de México; sin embargo, dijeron que hay que esperar a hacer los fechamientos en laboratorio para tener su antigüedad con precisión, así como los estudios morfológicos y taxonómicos para corroborar las especies representadas.

Luego de visitar el Museo del Mamut en Tultepec y la zona de excavación donde aún se rescatan osamentas de al menos 15 de estos ejemplares, Arroyo Cabrales, quien acudió a dichos recinto junto con tres científicos más, resaltó que en unos días más comenzará la investigación científica.

Manifestó que derivado de la relevancia mundial generada por los hallazgos en Tultepec y posteriormente en Santa Lucía, se acordó reunir a un grupo de al menos 12 especialistas en diversos campos de todo el país por parte del INAH, con el objetivo de realizar la investigación científica a fondo en torno a todo lo que rodea a las osamentas de mamuts encontradas en ambos lugares.

Se trata, agregó, de ir mucho más allá del simple rescate. Explicó que las visitas de reconocimiento del lugar sirvieron para evaluar las dificultades a las que “nos enfrentaremos cada uno de los investigadores en sus respectivos campos, a efecto de recuperar el mayor número de elementos posibles y hacer posible una reconstrucción paleo ambiental muy completa de la región”.

TRABAJO GRADUAL POR LA PANDEMIA

Joaquín Arroyo Cabrales, quien participará en la coordinación junto con otros 3 científicos del estudio multidisciplinario denominado “La prehistoria y paleoambiente del noroeste de la Cuenca de México”, reveló que debido a la emergencia sanitaria por la pandemia, los especialistas se verán obligados a realizar un trabajo gradual.

Aseveró que los expertos visitarán Tultepec o Santa Lucía, según sea el caso, en grupos de tres o cuatro científicos cada semana o cada 15 días, para visitar directamente los lugares de los hallazgos y recoger muestras para analizar.

Explicó que la investigación implica conocer cómo era el sitio en aquellos tiempos con base en un estudio detallado de los sedimentos de las capas estratigráficas y restos encontrados para entender cómo vivieron, qué comían y con qué otros animales convivían.

Hizo énfasis en que más allá del material óseo recuperado, se requiere de todo un conjunto de elementos para poder obtener la gran riqueza del conocimiento de cómo era esa área en todos los sentidos de manera integral hace 10 o 15 mil años, de ahí la importancia de precisar los fechamientos, tipo de animales de la época, así como su alimentación.

“Lo que haremos prácticamente será leer lo que nos dicen los diferentes huesos encontrados y los sedimentos de las diferentes capas estratigráficas. Para ello vendrán diversos especialistas para analizar hasta caracoles encontrados, los cuales son muy diagnósticos de ambiente, así como de polen, u otros animales que pudieran haber convivido en esa época, de esto se trata este proyecto”, dijo.

Participarán cuatro coordinadores y al menos diez investigadores expertos en campos como polen, geología, vulcanología, isotopos estables, material molecular y ácidos grasos, entre otros, quienes examinarán las diferentes muestras encontradas con base en su especialidad.

Admitió que esta puede ser una investigación que podría durar varios años, sobre todo por el tipo de análisis y de muestras que se deben tomar y de la interpretación, e integración conjunta y detallada que deberá hacerse de las mismas.

A partir del 15 julio, las visitas de investigadores se realizarán con mayor frecuencia tanto a la zona de hallazgos de Tultepec como de Santa Lucía.

INSISTEN EN CONSTRUIR UN MUSEO

Pedro Francisco Sánchez Nava afirmó que la historia del lago Xaltocan y de la región de Santa Lucía es fascinante, al grado de proponer que el casco la antigua hacienda de Santa Lucía se convierta en un museo de sitio, integrado al aeropuerto internacional Felipe Ángeles.

Este inmueble, de acuerdo con información de la Sedena, tiene sus antecedentes más tempranos en 1576, con una fundación atribuida al jesuita Pedro Sánchez. Ya para fines del siglo XVIII, con la expulsión de dicha orden religiosa de la Nueva España, el predio pasó a manos de Pedro Romero de Terreros, primer Conde de Regla.

En la época independiente fue propiedad del gobierno mexiquense, el cual, a su vez, la cedió a la federación para establecer allí la Base Aérea Militar N° 1, inaugurada en 1952, para absorber y ampliar la función del campo de aviación militar de Balbuena.

“La propuesta es que el casco de la hacienda, el cual fue bien conservado por la Sedena, con modificaciones reversibles y cuidadosas, se convierta en un espacio de divulgación, donde podamos mostrar a quienes arriben al aeropuerto, no solo mamuts, sino también vestigios de la ocupación teotihuacana, del paso de los mexicas, de la historia jesuita durante la evangelización y, en general, del devenir de la región y de la construcción de nuestro país”, dijo Sánchez Nava.

La construcción del nuevo aeropuerto internacional de Santa Lucía, cuya fecha de inauguración está programada para el 21 de marzo de 2022, conforme a lo anunciado por el gobierno federal, se desarrolla junto con otro proyecto -surgido de manera fortuita-, tras las maniobras de excavación para la terminal aérea, y que involucra a expertos en materia de paleontología y arqueología.

El hallazgo de cientos de restos óseos de al menos 60 mamuts y de otros mamíferos, incluidos huesos humanos en la zona, abrió otro frente de construcción, pero completamente distinto a los trazos de los ingenieros militares que están a cargo de las obras de lo que será el aeropuerto Felipe Ángeles.

De acuerdo con Pedro Francisco Sánchez Nava, coordinador nacional de Arqueología, y Felisa Aguilar Arellano, presidenta del consejo de Paleontología, ambas instancias del Instituto Nacional de Antropología e Historia, la riqueza ancestral encontrada en la Base Aérea de Santa Lucía es basta y susceptible de profundos estudios.

Por tal motivo, los dos especialistas justificaron un proyecto de investigación, con la participación de expertos multidisciplinarios para analizar los yacimientos de los fósiles localizados durante las obras de construcción de la terminal aérea.

A partir del hallazgo de los restos óseos de mamuts, se puso en marcha una etapa de coordinación adicional entre el grupo de militares que lleva a cabo las obras del nuevo aeropuerto internacional y los especialistas del INAH en las ciencias que estudian los seres orgánicos que habitaron la Tierra, así como los expertos en la interpretación de civilizaciones antiguas.

Con esto, el gobierno federal no solo tiene el proyecto de la terminal aérea, sino que –de manera paralela- surgió un plan de gran investigación histórica, donde interviene la Secretaría de Cultura, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

No obstante, según las fuerzas castrenses, esto no interferirá en los programas de construcción y las obras caminarán conforme a los tiempos estimados para llevar a cabo la inauguración del nuevo aeropuerto internacional de Santa Lucía.

Del mismo modo, las investigaciones de paleontólogos y arqueólogos seguirán su curso. De hecho, todos los restos encontrados en la zona se encuentran resguardados en terrenos de la base aérea, lugar hasta donde se dan cita los expertos del INAH.

PROYECTO PALEONTOLÓGICO

“La prehistoria y paleoambiente del noroeste de la Cuenca de México” es un proyecto que acelerará las investigaciones a partir de este mes en los terrenos donde se construye el nuevo aeropuerto internacional Felipe Ángeles, en la Base Aérea de Santa Lucía, y que también comprenderá al municipio de Tultepec, ubicado en San Antonio Xahuento, ambos en Estado de México y separados por una distancia en línea recta de unos 14 kilómetros.

En este último municipio también se han encontrado restos óseos de mamuts y toda una estructura organizacional de las civilizaciones que habitaron la zona hace unos 10 o 15 mil años.

El proyecto será coordinado por los paleontólogos Joaquín Arroyo Cabrales, profesor Investigador del Laboratorio de Arqueo zoología de la Subdirección de Laboratorios y Apoyo Académico del INAH, y Eduardo Corona Martínez, también profesor Investigador del Centro INAH Morelos.

Los dos expertos son vocales del Consejo de Paleontología.

A la coordinación también se sumarán los arqueólogos Rubén Manzanilla López, de la Dirección de Salvamento Arqueológico del INAH, y Luis Córdoba Barradas, responsable y titular de los proyectos de rescate de osamentas de mamut de Tultepec.

De acuerdo con Pedro Francisco Sánchez Nava y Felisa Aguilar Arellano la finalidad de este estudio multidisciplinario es conocer 20 mil años de historia de la vida en el noroeste de la Cuenca de México.

La idea es obtener detalles de todo lo relacionado a la vida en lo que eran las orillas del lago Xaltocan, uno de los cinco lagos de dicha región, junto con Texcoco, Zumpango, Chalco y Xochimilco, y las posibles interacciones de la fauna del Pleistoceno Tardío, hace por lo menos 10 o 15 mil años, con las primeras poblaciones humanas en esa región lacustre que hoy, a través de las obras de infraestructura, desvela una extraordinaria riqueza para la ciencia.

RECONSTRUCCION COMPLETA

El biólogo y paleontólogo Joaquín Arroyo Cabrales, así como su colega Eduardo Corona Martínez, afirmaron que la investigación de las poblaciones de mamuts en el noroeste de la Cuenca de México, tanto de Santa Lucía como de Tultepec, implicarán análisis desde varias áreas del estudio paleoambiental, con el fin de llegar a una reconstrucción completa de cómo fue la zona en el Pleistoceno Tardío.

Indicaron que es muy probable que los vestigios daten de entre 10 mil y 20 mil años, fechas arrojadas generalmente por los materiales fósiles hallados en la Cuenca de México; sin embargo, dijeron que hay que esperar a hacer los fechamientos en laboratorio para tener su antigüedad con precisión, así como los estudios morfológicos y taxonómicos para corroborar las especies representadas.

Luego de visitar el Museo del Mamut en Tultepec y la zona de excavación donde aún se rescatan osamentas de al menos 15 de estos ejemplares, Arroyo Cabrales, quien acudió a dichos recinto junto con tres científicos más, resaltó que en unos días más comenzará la investigación científica.

Manifestó que derivado de la relevancia mundial generada por los hallazgos en Tultepec y posteriormente en Santa Lucía, se acordó reunir a un grupo de al menos 12 especialistas en diversos campos de todo el país por parte del INAH, con el objetivo de realizar la investigación científica a fondo en torno a todo lo que rodea a las osamentas de mamuts encontradas en ambos lugares.

Se trata, agregó, de ir mucho más allá del simple rescate. Explicó que las visitas de reconocimiento del lugar sirvieron para evaluar las dificultades a las que “nos enfrentaremos cada uno de los investigadores en sus respectivos campos, a efecto de recuperar el mayor número de elementos posibles y hacer posible una reconstrucción paleo ambiental muy completa de la región”.

TRABAJO GRADUAL POR LA PANDEMIA

Joaquín Arroyo Cabrales, quien participará en la coordinación junto con otros 3 científicos del estudio multidisciplinario denominado “La prehistoria y paleoambiente del noroeste de la Cuenca de México”, reveló que debido a la emergencia sanitaria por la pandemia, los especialistas se verán obligados a realizar un trabajo gradual.

Aseveró que los expertos visitarán Tultepec o Santa Lucía, según sea el caso, en grupos de tres o cuatro científicos cada semana o cada 15 días, para visitar directamente los lugares de los hallazgos y recoger muestras para analizar.

Explicó que la investigación implica conocer cómo era el sitio en aquellos tiempos con base en un estudio detallado de los sedimentos de las capas estratigráficas y restos encontrados para entender cómo vivieron, qué comían y con qué otros animales convivían.

Hizo énfasis en que más allá del material óseo recuperado, se requiere de todo un conjunto de elementos para poder obtener la gran riqueza del conocimiento de cómo era esa área en todos los sentidos de manera integral hace 10 o 15 mil años, de ahí la importancia de precisar los fechamientos, tipo de animales de la época, así como su alimentación.

“Lo que haremos prácticamente será leer lo que nos dicen los diferentes huesos encontrados y los sedimentos de las diferentes capas estratigráficas. Para ello vendrán diversos especialistas para analizar hasta caracoles encontrados, los cuales son muy diagnósticos de ambiente, así como de polen, u otros animales que pudieran haber convivido en esa época, de esto se trata este proyecto”, dijo.

Participarán cuatro coordinadores y al menos diez investigadores expertos en campos como polen, geología, vulcanología, isotopos estables, material molecular y ácidos grasos, entre otros, quienes examinarán las diferentes muestras encontradas con base en su especialidad.

Admitió que esta puede ser una investigación que podría durar varios años, sobre todo por el tipo de análisis y de muestras que se deben tomar y de la interpretación, e integración conjunta y detallada que deberá hacerse de las mismas.

A partir del 15 julio, las visitas de investigadores se realizarán con mayor frecuencia tanto a la zona de hallazgos de Tultepec como de Santa Lucía.

INSISTEN EN CONSTRUIR UN MUSEO

Pedro Francisco Sánchez Nava afirmó que la historia del lago Xaltocan y de la región de Santa Lucía es fascinante, al grado de proponer que el casco la antigua hacienda de Santa Lucía se convierta en un museo de sitio, integrado al aeropuerto internacional Felipe Ángeles.

Este inmueble, de acuerdo con información de la Sedena, tiene sus antecedentes más tempranos en 1576, con una fundación atribuida al jesuita Pedro Sánchez. Ya para fines del siglo XVIII, con la expulsión de dicha orden religiosa de la Nueva España, el predio pasó a manos de Pedro Romero de Terreros, primer Conde de Regla.

En la época independiente fue propiedad del gobierno mexiquense, el cual, a su vez, la cedió a la federación para establecer allí la Base Aérea Militar N° 1, inaugurada en 1952, para absorber y ampliar la función del campo de aviación militar de Balbuena.

“La propuesta es que el casco de la hacienda, el cual fue bien conservado por la Sedena, con modificaciones reversibles y cuidadosas, se convierta en un espacio de divulgación, donde podamos mostrar a quienes arriben al aeropuerto, no solo mamuts, sino también vestigios de la ocupación teotihuacana, del paso de los mexicas, de la historia jesuita durante la evangelización y, en general, del devenir de la región y de la construcción de nuestro país”, dijo Sánchez Nava.

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