/ jueves 8 de agosto de 2019

Xochimilco cuenta con uno de los mejores comedores para población vulnerable

Doña Tete, su propietaria, además de alimentar a los beneficiarios, les ha proporcionado actividades recreativas

Desde el 17 de abril de 2009, el Comedor Comunitario San Antonio, ha representado un espacio en el que adultos mayores, madres jefas de familia y sus hijos, estudiantes y trabajadores con bajos ingresos han acudido a recibir comida caliente todos los días.

Esther Romero Félix, responsable de este comedor, ha ofrecido desde hace 10 años, desayunos y comidas, por únicamente diez pesos por comensal. “Y aunque no siempre alcanza, día a día hay que hacer maravillas al momento de hacer las compras y que la comida alcance para todos” dice su propietaria.

Ubicado en la calle Gladiolas #40, barrio San Antonio en el centro de Xochimilco, el comedor abre sus puertas de lunes a viernes de 9:30 a 10:30 horas para los desayunos que constan de café, arroz, frijoles, un guisado y un postre. En cuanto a las comidas, se sirven a partir de las 13:00 a las 15:00 horas, con un menú que incluye sopa, arroz, un guisado, frijoles, agua, tortillas y postre.

Doña Tete, como la llaman sus comensales, detalla que la operación de este comedor es totalmente autogestiva, pues de los ingresos, se paga renta, luz, agua, gas, algunos insumos y a sus asistentes. Además de que cada catorcena, recibe del Gobierno de la Ciudad de México, arroz, agua, atún, aceite. Soya, amaranto, sal, frijol, lenteja, sopas de pasta, nopales, postres y tortillas en cantidades suficientes para preparar 150 raciones todos los días.

Se ha involucrado en las historias personales de algunas de las personas que asisten al comedor. Ahí encontró a su mejor amiga y a un sinfín de abuelitos que en sus últimos años de vida la ven como a una hija, razones de más por las que decidió no cerrar este espacio.

Y ha buscado ofrecer un plus a los usuarios con presentaciones de cuenacuentos, manualidades con material reciclado, pláticas ambientales y lectura de poesía.

Esther Romero, es una mujer tan dinámica de 52 años, que además de la intensa labor de atender un comedor comunitario; para mantener a sus dos hijos, también trabaja como conductora de transporte a través de una aplicación, organiza banquetes, ofrece servicios estéticos, sueña con viajar por el mundo y vender artesanías mexicanas que tanto les gustan.

Desde el 17 de abril de 2009, el Comedor Comunitario San Antonio, ha representado un espacio en el que adultos mayores, madres jefas de familia y sus hijos, estudiantes y trabajadores con bajos ingresos han acudido a recibir comida caliente todos los días.

Esther Romero Félix, responsable de este comedor, ha ofrecido desde hace 10 años, desayunos y comidas, por únicamente diez pesos por comensal. “Y aunque no siempre alcanza, día a día hay que hacer maravillas al momento de hacer las compras y que la comida alcance para todos” dice su propietaria.

Ubicado en la calle Gladiolas #40, barrio San Antonio en el centro de Xochimilco, el comedor abre sus puertas de lunes a viernes de 9:30 a 10:30 horas para los desayunos que constan de café, arroz, frijoles, un guisado y un postre. En cuanto a las comidas, se sirven a partir de las 13:00 a las 15:00 horas, con un menú que incluye sopa, arroz, un guisado, frijoles, agua, tortillas y postre.

Doña Tete, como la llaman sus comensales, detalla que la operación de este comedor es totalmente autogestiva, pues de los ingresos, se paga renta, luz, agua, gas, algunos insumos y a sus asistentes. Además de que cada catorcena, recibe del Gobierno de la Ciudad de México, arroz, agua, atún, aceite. Soya, amaranto, sal, frijol, lenteja, sopas de pasta, nopales, postres y tortillas en cantidades suficientes para preparar 150 raciones todos los días.

Se ha involucrado en las historias personales de algunas de las personas que asisten al comedor. Ahí encontró a su mejor amiga y a un sinfín de abuelitos que en sus últimos años de vida la ven como a una hija, razones de más por las que decidió no cerrar este espacio.

Y ha buscado ofrecer un plus a los usuarios con presentaciones de cuenacuentos, manualidades con material reciclado, pláticas ambientales y lectura de poesía.

Esther Romero, es una mujer tan dinámica de 52 años, que además de la intensa labor de atender un comedor comunitario; para mantener a sus dos hijos, también trabaja como conductora de transporte a través de una aplicación, organiza banquetes, ofrece servicios estéticos, sueña con viajar por el mundo y vender artesanías mexicanas que tanto les gustan.

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