Quizá sean pocos los niños que conocen y/o tengan juguetes como el balero, las canicas, la pirinola, el yoyo, el trompo, la lotería o una muñeca de trapo… o no.
En un mundo donde la tecnología manda, depende de los padres, los tíos y los abuelos hacer que los pequeños del hogar conozcan los accesorios con los que ellos y sus amigos se divertían.
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Decir que “recoges tus bombochas (canicas grandes) y te vas a jugar a otro patio”, es algo que hoy difícilmente escucharemos de un niño.
Ojalá los adultos que disfrutaron y aprendieron habilidades sociales con estos juguetes, recuerden su infancia y compartan sus experiencias con aquellos pequeños que los rodean.
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