Pocos son los mexicanos que no celebrarán el 14 de febrero, Día del Amor y la Amistad. Para este día, la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco), estima que las actividades comerciales, principalmente de restaurantes, hoteles, discotecas, bares, centros nocturnos, florerías, joyerías, tiendas departamentales, cines, teatros, dulcerías, materias primas y papelerías, dejarán una derrama económica de mil 867 millones de pesos para la Ciudad de México.
El titular de Sedeco, Fadlala Akabani Hneide, detalló en un comunicado, que la derrama proyectada para 2023 supera en 103 millones de pesos el monto registrado el 14 de febrero pasado, que fue de mil 764 mdp. Uno de los rubros que más demanda presentan es el alojamiento temporal, y es aquí, donde nos encontramos con un viejo conocido, todo un clásico.
Pocos son los mexicanos que no conocen ese pequeño jabón que, por azares del destino y comerciales ha sido ligado a los hoteles, y, por ende, al Día del Amor y la Amistad.
LEE TAMBIÉN: Siguen sin reconocer como víctima a mamá de hermanas fallecidas por caída a coladera
"Jabón cupido" llega hasta Corea
Su uso ha pasado de generación en generación y su imagen ha permeado en la cultura mexicana desde su nacimiento. En 2021, el actor Eugenio Derbez realizó una publicación en Instagram para celebrar el 14 de febrero, en la que hacía referencia al aroma de este producto, y no sólo el quinto disco de estudio del grupo mexicano Fobia lleva su nombre, también una calle en la alcaldía Álvaro Obregón.
De este “jabón chiquito” o “jabón cupido”, como algunos llaman al Rosa Venus, se producen entre 500 o 600 mil pastillas diarias en una empresa 100% mexicana: la Fábrica La Corona, ubicada en el Parque Industrial Xalostoc, en Ecatepec, Estado de México.
Fue creada por la familia González hace 103 años y produce aceite comestible, jabón de lavandería, jabones de tocador, detergentes, suavizantes, crema dental, lavatrastes, limpiadores, jabón y detergentes líquidos, entre otros productos; cuenta con unos cinco mil empleados, 18 CEDI’s (Centros de Distribución) en la República y exporta a países de América del Norte, del Caribe, de Centro y Sudamérica, de África… vamos, llega hasta Corea.
“Estamos en el año 103 de la empresa, y ¡cómo ha crecido!, si eran 10 o 12 trabajadores en 1920, y ahora somos 5 mil, y las marcas, pues han trascendido de una manera impresionante, y fue tal el crecimiento de la empresa que, a finales de los años 20, ya había una calle en la Ciudad de México que merecía el nombre de La Corona, la calle La Corona está acá por la Industrial (Vallejo), al norte de la CDMX, pero también hay una calle que se llama Rosa Venus muy cerca de lo que era la sede presidencial, por Los Pinos, ahí en Chapultepec está la calle Rosa Venus.
TE PUEDE INTERESAR: En julio, lista la modernización del Cetram San Lázaro
“Ha habido obras de teatro que se llaman Rosa Venus, o han habido referencia de (éste en) algunas películas, ha sido motivo de programas de televisión, de… (el nombre) ha incursionado en muchas facetas de la vida cultural de México”, narra con emoción, vía telefónica, el ingeniero Daniel Jiménez Franco, gerente de la división de Jabonería de Fábrica La Corona.
Presencia en África, sin publicidad
“Se exporta a Estados Unidos, a Centro y Sudamérica, a Corea, tenemos presencia en África, y todo esto sin publicidad, no tenemos representantes que estén promoviendo la venta o el consumo de estos productos en el extranjero, sino que también es consecuencia de todo lo que se maneja mediáticamente respecto al Rosa Venus, despierta curiosidad. Por ejemplo, tengo 46 años trabajando en la empresa y me parece curioso que mucha gente me llama para felicitarme como si el 14 de febrero fuera el día de mi cumpleaños o mi onomástico.
“‘Felicidades sabemos que es día del jaboncito’, del jabón de cupido, pero mucho de esto es parte del folclor, no es una estrategia comercial y todo lo que se maneja en los medios, son cientos y cientos de memes en relación al jabón chiquito, al jabón Rosa Venus, porque pareciera que ya son sinónimos (...) y, de manera indirecta, hacen referencia al jabón chiquito que se utiliza en los hoteles para el aseo de los huéspedes, no necesariamente que los huéspedes están ahí por cupido o por el amor, es un juego de palabras”, comenta el ingeniero.
“La Corona tiene una presencia en prácticamente en todo el territorio nacional y más allá de nuestras fronteras, porque al igual que se exporta Rosa Venus, se exporta detergente, jabón de lavandería, el aceite”, asegura e incluso platica cómo los trabajadores llegan emocionados a comentar que se ven reflejados en las series de Netflix cuando ven que ahí emplean sus productos.
Hueles a Rosa Venus
“La trascendencia comercial, pues también va de la mano de la trascendencia cultural, pero, definitivamente, de lo que más se habla, más allá de los beneficios o de las características de un producto, pues, en el caso de Rosa Venus, es esa referencia a un jabón de la pasión, a un jabón de cupido, al jabón de los hoteles.
“Si ha crecido la presencia en los hoteles no ha sido por esa publicidad, si no ha sido realmente por la conveniencia de los dueños en utilizar un jabón que es aceptado, porque la gente sigue yendo a los hoteles y no les preocupa mucho que le digan ‘oye, hueles a Rosa Venus’, ¿verdad?”, comenta Jimenez Franco al mismo tiempo que considera que esto puede ser visto con ironía por parte de los huéspedes.
“El olor a Rosa Venus es un olor agradable, un olor floral y es la misma fórmula que tenía hace 70 años. Ha sido una de las características que más se ha cuidado, así como alguna vez se respetó todo lo que generó la fama y la trascendencia del ‘jaboncito’, pues también se ha cuidado que se mantenga a través del tiempo, para que los consumidores, que ya son varias generaciones –nuestros abuelitos, nuestros papás– lo sigan viendo como algo doméstico, como algo común en los mexicanos, como algo que forma parte de nuestra idiosincrasia; como que no nos imaginamos que haya un jabón más representativo de esta relación entre una cultura de consumo y el perfil de un producto, en este caso el Rosa Venus está muy asociado a una presencia por más de 70 años”.
Herencia generacional
El ingeniero explica que hasta universidades como Harvard han querido encontrar la explicación de cómo es posible que un jabón sin publicidad llegue a esos niveles de posicionamiento en la mente de los consumidores
“La respuesta ha sido esa, pues que es por la forma en la que los consumidores hablan de él, o lo heredan generacionalmente…. Son millones y millones de Rosa Venus que se venden de todos los tamaños, las líneas que con mayor permanencia tenemos trabajando son las de 25 grs. (...) No sólo se utiliza en hoteles, se utiliza en centros comerciales, en escuelas, en centros deportivos, en baños públicos, en hoteles y, de alguna manera, insisto, es mucho más el que se utiliza en canales de consumo diferentes, básicamente en los hogares”, añade.
¿Cómo surgió?
El ingeniero Daniel Jiménez Franco narra con emoción la historia de uno de los productos más icónicos de la firma.
“Es una empresa familiar, sigue siendo patrimonio de la misma familia, en la sucesión de quienes la fundaron, la familia González. Ellos empezaron haciendo jabón de lavandería en 1920, unos 20 años después se empezó a hacer jabón de tocador, y el primer jabón de tocador que hizo La Corona fue Venus, no Rosa Venus, Venus, y en esa época estaba muy fuerte la presencia y la publicidad de las compañías trasnacionales, en este caso Colgate, Procter y Dial; ellos hacían mucha publicidad a los jabones de tocador, pero de alguna manera se beneficiaban con un precio que no es (sic) el justo.
“La Corona desarrolló entonces la fórmula del Rosa Venus, iniciando la década de los 50 con algunas novedades, la primera de ellas es que este jabón, era un jabón fino en relación a las materias primas, al proceso mismo y al perfume, y ese jabón fino que ya competía en calidad con los de Colgate, con los de Camay, éste era mucho más barato, porque ese era el enfoque, hacer jabones de una calidad igual o superior a los de la competencia, pero al precio justo, y el precio justo era la mitad de lo que era el precio de los productos de la competencia.
Cultura popular
“Le estoy hablando del inicio de los 50’s, que fue cuando surgió el Rosa Venus, que era una variante, en lugar de decir Venus Rosa, era Rosa Venus, un poquito jugando con el concepto de Venus la Diosa del Amor y el color Rosa, también asociado a esa parte de delicadeza, y se vendía sin envolver, y tuvo un éxito abrumador, sin publicidad. Inicialmente ese jabón inclusive se vendía en las tiendas en unos exhibidores que eran como peceras o bomboneras y ahí estaba el jaboncito expuesto.
Si quieres recibir las noticias en tu Whatsapp, envía la palabra ALTA a este enlace
“Aquí ya empiezo hablar de la presencia de este jabón en los hoteles, porque en la actualidad es la faceta que más se menciona el jabón chiquito, el jabón de los hoteles, el jabón del amor, el jabón de cupido, el jabón de la pasión y no es resultado de una estrategia de la empresa, sino que más bien, que surgió de la cultura popular, porque al igual que el Zote, que es el hermano mayor, son jabones que han crecido en información y en la mente de los consumidores de una manera que ya se brincó lo que es lo comercial y lo que es lo cultural. Son productos icónicos de la empresa. El jabón Zote, y que paradójicamente pareciera que es un juego de palabras, el jabón-Zote y el jabón-cito, el jabón chiquito.
“Yo tengo una hija que vive en Colombia y me comentó que allá también se ha viralizado el concepto del jabón chiquito (…) hay memes en los que se hace referencia a esa frase: ‘hueles a jabón chiquito’, pero con la imagen del Rosa Venus, que es la marca que utiliza La Corona para este jaboncito”.
No olvides seguirnos en Google Noticias para mantenerte informado
Los días del jabón chiquito
Para Daniel Jiménez, la presencia de las redes sociales ha hecho que la fama del jabón haya crecido de forma exponencial y más con “esa perspectiva de picardía, con el humor presente, y cuando algo tiene éxito, y se manifiesta con ese tipo de humor, pues se viraliza muy rápido, es recurrente que los días previos al 14 de febrero se haga mucha referencia a que ‘ya llegaron los días del jabón chiquito, hay que irnos preparando’, que la fábrica está produciendo más, está trabajando al 120% por ciento, porque la demanda crece… pues sí crece, pero no en la proporción en la que la viralización de esta información pudiera hacernos pensar, la verdad es que ha crecido más por la cuestión de sanidad”, afirma haciendo referencia a la pandemia.
Finalmente, este clásico será parte de un 14 de febrero más, como lo ha sido desde hace siete décadas.
Síguenos en Facebook: La Prensa Oficial y en Twitter: @laprensaoem
