Hasta el momento, pequeños comerciantes de 25 entidades del país, incluida la Ciudad de México, han presentado 32 demandas colectivas que engloban 700 juicios de amparo individuales, contra el reglamento que prohíbe exhibir cigarros para su venta.
En conferencia de prensa, Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec) informó lo anterior al señalar que el 24 de febrero vence el plazo para presentar este tipo de recurso legal, por lo que llamó a los empresarios del sector comercial a sumarse a esta acción contra el reglamento de la Ley General del Tabaco.
“Este reglamento nació muerto, porque no tomó en cuenta ninguna de los argumentos que planteó el sector comercial que se expusieron durante las consultas públicas convocadas por la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer)”, indicó el líder de Anpec.
Obstaculizan la actividad económica
Entre los argumentos que fueron expuestos se explicó que el reglamento confunde términos, ya que exhibir un producto o mercancía en las tienditas de abarrotes no es un acto de publicidad. “Tal criterio sienta un peligroso antecedente, para que en un futuro se establezcan nuevas disposiciones que prohíban la exhibición de otras mercancías, como panes, confitería, lácteos, embutidos o cerveza. Es decir, estaríamos a merced de criterios fundamentalistas de personas que se dicen defender la salud, que no lo logran, pero sí obstaculizan la actividad económica y comercial”, señaló.
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Cuauhtémoc Rivera recordó que todas las mercancías que se comercializan en el país, son legales que son avaladas y autorizadas por dependencias gubernamentales, como la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), Secretaría de Salud y otras muchas instancias más.
“Sí las mercancías ya son legales, los comercios tienen todo el derecho de poderlas exhibir para su venta, porque de eso se trata la actividad comercial, ponerlas a la consideración de los consumidores, quienes finalmente son quienes van a decidir con libre albedrío sí la compran o no”, puntualizó.
“Nos estamos amparando contra una disposición autoritaria, unilateral e ilegal que pretende suplantar libertades individuales y comerciales que son irrenunciables. Se trata de la defensa de una economía sana de mercado”, indicó.
El profesor Cuauhtémoc Rivera manifestó la preocupación del sector comercial por el surgimiento de un falso debate de “los buenos que buscan defender la salud pública de la población, contra los malos que quieren exhibir cajetillas de cigarros, lo que no supone que anteponemos los intereses económicos o estemos a favor del tabaquismo y que fume mucha más gente. Esto es una disyuntiva falsa”.
La prohibición no es una opción
Destacó que, si verdaderamente hubiera una preocupación por la salud de los 15 o 16 millones de mexicanos que fuman se estarían impulsando estrategias de educación desde las escuelas y las comunidades, así como a través de campañas de comunicación que puedan orientar y concientizar sobre la conveniencia de no fumar o dejar de fumar.
“La prohibición comercial no conduce al cambio de hábitos, y el mejor ejemplo de esto es la prohibición del alcohol en Estados Unidos, que provocó un aumento de alcoholismo”, apuntó.
El pequeño comercio sale en defensa del Libre Comercio, de la libre competencia y de la libre elección que tienen los consumidores al momento de comprar, no para defender la comercialización de un producto en particular, en este caso la comercialización de cajetillas de cigarros legales. Esta lucha que hoy toma los cauces de una lucha legal busca impedir que se siente un precedente tan oprobioso como el de esta prohibición que abriría las puertas a una etapa oscurantista en el mercado mexicano en donde el Estado se erija como la santa inquisición que, a capricho discrecional, determine qué es lo que se puede o no exhibir para la venta en los distintos negocios.
“Lo que el pequeño comerciante quiere que quede establecido es el imperio de la Ley, lo que se busca es hacer valer la ley, háyase visto en qué país vivimos, en uno en donde nos tenemos que amparar de un reglamento para hacer valer una ley, esto no es un Estado de Derecho”, declaró Cuauhtémoc Rivera, presidente de Anpec.
En riesgo, 2 millones de autoempleos
Advirtió que este decreto prohibicionista pone en jaque a los 2 millones de autoempleos del pequeño comercio en México, a la operación comercial del millón 200 mil puntos de venta que encuentran en la comercialización de las cajetillas de cigarros un gancho que puede acumular y promover ventas mensuales de hasta un 25% de su ticket.
Otra funesta consecuencia de este reglamento sin duda es que fomentará el mercado negro de cigarros en el país, al sacar las cajetillas de los anaqueles de los negocios y paulatinamente trasladarlos a los puntos de venta del mercado informal.
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