/ martes 11 de octubre de 2022

Personas de la tercera edad aún trabajan, pero son discriminados: Inegi

En 2021, las entidades con la mayor proporción de personas mayores son la Ciudad de México (16.5%), seguido de Veracruz (13.2%) y Morelos (13.0%)

La Ciudad de México, junto con Veracruz y Morelos son las entidades con la mayor proporción de personas mayores de 60 años, de los cuales, una de cada tres siguen siendo población económicamente activa y se identifican como jefes o jefas de familia.

El envejecimiento poblacional observa una tendencia ascendente en las últimas siete décadas, toda vez que en términos absolutos, este sector se incrementó de 1.3 a 15.0 millones, entre 1950 a 2021. Sin embargo, las proyecciones demográficas advierten que este proceso se acelerará aún más en los siguientes años, por lo que para 2050, México tendrá una población de 33.4 millones de personas mayores.

En el marco del Día Internacional de las Personas de Edad del pasado 1 de octubre, el INEGI informó que de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo Nueva Edición (ENOEN), para el segundo trimestre de 2022 se estimó que había 17' 958, 707 personas de 60 años y más (adultas mayores).

Esta cifra representa 14% de la población total del país. En los hombres, este porcentaje es de 13 %; en las mujeres, de 15 por ciento. Más de la mitad (56%) tiene entre 60 y 69 años.

Conforme avanza la edad, este porcentaje disminuye: 30% corresponde al rango de 70 a 79 años y 14 % a las personas de 80 años y más. Según sexo, el porcentaje es ligeramente más alto para los hombres de 60 a 69 y para las mujeres de 80 años y más.

En 2021, las entidades con la mayor proporción de personas mayores son la Ciudad de México (16.5%), seguido de Veracruz (13.2%) y Morelos (13.0%). En contraste, las entidades con menor presencia de personas mayores son Quintana Roo (7.9%), Chiapas (8,7%) y Baja California Sur (9.7%).

Para 2050, se estima que las entidades con mayor presencia de población mayor sean la Ciudad de México (32.1%), el Estado de México (24.3%) y Veracruz (24.0%). En cambio, Chiapas (16.7%), Quintana Roo (20.1%), Coahuila y Campeche (20.2%) presentan menor presencia de personas mayores.

De acuerdo con las actuales proyecciones de población mexicana, en 1950 residían 5 personas mayores (60 años y más) por cada 100 habitantes. Actualmente, en 2021, esta cifra llega a 12 personas mayores por cada 100 habitantes. De mantenerse esta tendencia se estima que, en 2050, 23 de cada 100 serán personas mayores.

En términos absolutos, en 71 años la población mayor se incrementó 13.7 millones de personas, pasando de 1.3 a 15.0 millones entre 1950 a 2021. Se calcula que en los siguientes años este incremento sea aún mayor y que para 2050 se llegue a 33.4 millones de personas mayores.

Muchos adultos mayores que forman parte de la población económicamente activa se emplean después de jubilados en Supermercados. Foto David Deolarte | La Prensa

Son jefes o jefas de familia

Del total de hogares en México, alrededor de 9.4 millones declararon como jefe(a) o persona de referencia a una persona mayor, lo que equivale a 26.7 por ciento del total de hogares en el país.

La mayor proporción de este tipo de hogares se encuentra en la Ciudad de México (33.3%) y Morelos (30.9%). En Quintana Roo y Baja California Sur (13.6% y 19.5%), respectivamente, se encuentra la menor proporción de hogares con una persona mayor declarado como jefe(a) o persona de referencia.

A nivel nacional, en la mayor parte de los hogares donde se declara una persona mayor como jefe(a) o persona de referencia, un hombre es quien es designado como tal (60.7%).

No obstante, por entidad federativa el panorama es heterogéneo: Chiapas sobresale por presentar la mayor proporción de hogares con jefatura o persona de referencia masculina (67.1%), seguido de Zacatecas (65.7%), mientras que la Ciudad de México, Morelos y Chihuahua destacan por presentar la menor proporción de jefatura o persona de referencia masculina (53.8%, 59.1% y 59.1%, respectivamente).

Uno de cada tres son económicamente activos

En el segundo trimestre de 2022, se estima que 33 de cada 100 personas de 60 años y más son Población Económicamente Activa (PEA) y 67 de cada 100 son Población No Económicamente Activa (PNEA).

De la PEA, la tendencia muestra una disminución conforme avanza la edad; pasa de 43 % para el grupo de 60 a 69 años a 9 % entre quienes tienen 80 años y más. Según sexo, los hombres económicamente activos superan a las mujeres en todos los grupos de edad. Destaca el grupo de 80 y más: en este, casi cuatro de cada 100 mujeres forman parte de la PEA. En los hombres, el porcentaje es 17 por ciento.

Foto Ignacio Huitzil | La Prensa

Precariedad salarial y empleo informal

Para el segundo trimestre de 2022, la ENOEN estima que 12 110 210 personas de 60 años y más son parte de la PNEA. De estas, la mitad (51 %) se dedica a los quehaceres domésticos, 31 % está pensionada y jubilada y 2 % está incapacitada permanentemente para trabajar.

Según sexo, el porcentaje de mujeres que realizan quehaceres domésticos es mayor al de los hombres (70 % frente a 14 %). Este porcentaje se invierte en las y los pensionados y jubilados: en estos casos, 58 % son hombres y 17 %, mujeres.

La tendencia observada para cada sexo se repite por grupos de edad. Destaca un mayor peso relativo en los hombres jubilados de 80 años y más (45 %) y en las mujeres de la misma edad que realizan quehaceres domésticos (53%).

El universo de la PEA se forma por la población ocupada y desocupada. De las personas adultas mayores que conforman la PEA (5 848 497), 99 % se encuentra ocupada y 1%, desocupada.

Del grupo de personas ocupadas, 49% trabaja por cuenta propia. Lo sigue el de las y los trabajadores subordinados y remunerados, con 38 por ciento. Son pocas las personas que llegan a una edad avanzada y son empleadoras (10%), mientras que hay quienes no perciben remuneración por su trabajo (3%). La mitad de las mujeres ocupadas de 60 años y más (50%) trabaja por cuenta propia. En los hombres, este porcentaje es ligeramente más bajo (48%). En las y los trabajadores subordinados y remunerados no hay diferencias (38%); sin embargo, es más alto el porcentaje de hombres que son empleadores con respecto al de las mujeres (12% frente a 5%). El porcentaje de mujeres que trabajan sin paga es mayor al de los hombres (7% frente a 2%).

De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el que la mayoría de las personas de edad trabaje por cuenta propia, puede deberse a “la discriminación que obstaculiza el acceso por parte de las personas mayores a un empleo asalariado, como del deseo de estas personas de trabajar de manera independiente, aprovechando las cualificaciones adquiridas a lo largo de su vida laboral, para hacerlo en condiciones que permitan una mayor flexibilidad a la hora de organizar sus actividades laborales y de la vida diaria”.

La informalidad es una opción para personas mayores de 60 años que ya han sido excluidos de empleos formales. Foto Ignacio Huitzil | La Prensa

Según la Organización de las Naciones Unidas, las personas de edad avanzada suelen trabajar en empleos mal remunerados, viven del apoyo de la familia o sus ingresos se limitan a las pensiones.

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La ENOEN indica que 45% de las personas adultas mayores que están ocupadas gana hasta un salario mínimo, 22% obtiene ingresos de más de un salario y hasta dos salarios mínimos y 7% gana más de dos y hasta tres salarios mínimos. Nótese que el 9% no recibe ingresos.

El porcentaje de mujeres que ganan hasta un salario mínimo es superior al de los hombres (57% frente a 39 %). En el resto de las categorías, las mujeres se encuentran en desventaja con respecto a los hombres. Solo en el rubro de más de tres y hasta cinco salarios mínimos, el porcentaje es igual.

En cuanto a las condiciones laborales, estimaciones de la ENOEN señala que, durante el segundo trimestre de 2022, 44% de quienes trabajaban de manera subordinada y remunerada con 60 años y más, no contaba con prestaciones. En los hombres este porcentaje representó 45%; en las mujeres, 43 por ciento.

La OIT argumenta que, conforme transcurre el ciclo vital de las personas, aumenta la posibilidad de caer en el empleo informal. En México, 70% de la población ocupada de 60 años y más tiene un empleo informal. El porcentaje de mujeres que se encuentra en esta situación es mayor que el de los hombres (75% frente a 68%).

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La Ciudad de México, junto con Veracruz y Morelos son las entidades con la mayor proporción de personas mayores de 60 años, de los cuales, una de cada tres siguen siendo población económicamente activa y se identifican como jefes o jefas de familia.

El envejecimiento poblacional observa una tendencia ascendente en las últimas siete décadas, toda vez que en términos absolutos, este sector se incrementó de 1.3 a 15.0 millones, entre 1950 a 2021. Sin embargo, las proyecciones demográficas advierten que este proceso se acelerará aún más en los siguientes años, por lo que para 2050, México tendrá una población de 33.4 millones de personas mayores.

En el marco del Día Internacional de las Personas de Edad del pasado 1 de octubre, el INEGI informó que de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo Nueva Edición (ENOEN), para el segundo trimestre de 2022 se estimó que había 17' 958, 707 personas de 60 años y más (adultas mayores).

Esta cifra representa 14% de la población total del país. En los hombres, este porcentaje es de 13 %; en las mujeres, de 15 por ciento. Más de la mitad (56%) tiene entre 60 y 69 años.

Conforme avanza la edad, este porcentaje disminuye: 30% corresponde al rango de 70 a 79 años y 14 % a las personas de 80 años y más. Según sexo, el porcentaje es ligeramente más alto para los hombres de 60 a 69 y para las mujeres de 80 años y más.

En 2021, las entidades con la mayor proporción de personas mayores son la Ciudad de México (16.5%), seguido de Veracruz (13.2%) y Morelos (13.0%). En contraste, las entidades con menor presencia de personas mayores son Quintana Roo (7.9%), Chiapas (8,7%) y Baja California Sur (9.7%).

Para 2050, se estima que las entidades con mayor presencia de población mayor sean la Ciudad de México (32.1%), el Estado de México (24.3%) y Veracruz (24.0%). En cambio, Chiapas (16.7%), Quintana Roo (20.1%), Coahuila y Campeche (20.2%) presentan menor presencia de personas mayores.

De acuerdo con las actuales proyecciones de población mexicana, en 1950 residían 5 personas mayores (60 años y más) por cada 100 habitantes. Actualmente, en 2021, esta cifra llega a 12 personas mayores por cada 100 habitantes. De mantenerse esta tendencia se estima que, en 2050, 23 de cada 100 serán personas mayores.

En términos absolutos, en 71 años la población mayor se incrementó 13.7 millones de personas, pasando de 1.3 a 15.0 millones entre 1950 a 2021. Se calcula que en los siguientes años este incremento sea aún mayor y que para 2050 se llegue a 33.4 millones de personas mayores.

Muchos adultos mayores que forman parte de la población económicamente activa se emplean después de jubilados en Supermercados. Foto David Deolarte | La Prensa

Son jefes o jefas de familia

Del total de hogares en México, alrededor de 9.4 millones declararon como jefe(a) o persona de referencia a una persona mayor, lo que equivale a 26.7 por ciento del total de hogares en el país.

La mayor proporción de este tipo de hogares se encuentra en la Ciudad de México (33.3%) y Morelos (30.9%). En Quintana Roo y Baja California Sur (13.6% y 19.5%), respectivamente, se encuentra la menor proporción de hogares con una persona mayor declarado como jefe(a) o persona de referencia.

A nivel nacional, en la mayor parte de los hogares donde se declara una persona mayor como jefe(a) o persona de referencia, un hombre es quien es designado como tal (60.7%).

No obstante, por entidad federativa el panorama es heterogéneo: Chiapas sobresale por presentar la mayor proporción de hogares con jefatura o persona de referencia masculina (67.1%), seguido de Zacatecas (65.7%), mientras que la Ciudad de México, Morelos y Chihuahua destacan por presentar la menor proporción de jefatura o persona de referencia masculina (53.8%, 59.1% y 59.1%, respectivamente).

Uno de cada tres son económicamente activos

En el segundo trimestre de 2022, se estima que 33 de cada 100 personas de 60 años y más son Población Económicamente Activa (PEA) y 67 de cada 100 son Población No Económicamente Activa (PNEA).

De la PEA, la tendencia muestra una disminución conforme avanza la edad; pasa de 43 % para el grupo de 60 a 69 años a 9 % entre quienes tienen 80 años y más. Según sexo, los hombres económicamente activos superan a las mujeres en todos los grupos de edad. Destaca el grupo de 80 y más: en este, casi cuatro de cada 100 mujeres forman parte de la PEA. En los hombres, el porcentaje es 17 por ciento.

Foto Ignacio Huitzil | La Prensa

Precariedad salarial y empleo informal

Para el segundo trimestre de 2022, la ENOEN estima que 12 110 210 personas de 60 años y más son parte de la PNEA. De estas, la mitad (51 %) se dedica a los quehaceres domésticos, 31 % está pensionada y jubilada y 2 % está incapacitada permanentemente para trabajar.

Según sexo, el porcentaje de mujeres que realizan quehaceres domésticos es mayor al de los hombres (70 % frente a 14 %). Este porcentaje se invierte en las y los pensionados y jubilados: en estos casos, 58 % son hombres y 17 %, mujeres.

La tendencia observada para cada sexo se repite por grupos de edad. Destaca un mayor peso relativo en los hombres jubilados de 80 años y más (45 %) y en las mujeres de la misma edad que realizan quehaceres domésticos (53%).

El universo de la PEA se forma por la población ocupada y desocupada. De las personas adultas mayores que conforman la PEA (5 848 497), 99 % se encuentra ocupada y 1%, desocupada.

Del grupo de personas ocupadas, 49% trabaja por cuenta propia. Lo sigue el de las y los trabajadores subordinados y remunerados, con 38 por ciento. Son pocas las personas que llegan a una edad avanzada y son empleadoras (10%), mientras que hay quienes no perciben remuneración por su trabajo (3%). La mitad de las mujeres ocupadas de 60 años y más (50%) trabaja por cuenta propia. En los hombres, este porcentaje es ligeramente más bajo (48%). En las y los trabajadores subordinados y remunerados no hay diferencias (38%); sin embargo, es más alto el porcentaje de hombres que son empleadores con respecto al de las mujeres (12% frente a 5%). El porcentaje de mujeres que trabajan sin paga es mayor al de los hombres (7% frente a 2%).

De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el que la mayoría de las personas de edad trabaje por cuenta propia, puede deberse a “la discriminación que obstaculiza el acceso por parte de las personas mayores a un empleo asalariado, como del deseo de estas personas de trabajar de manera independiente, aprovechando las cualificaciones adquiridas a lo largo de su vida laboral, para hacerlo en condiciones que permitan una mayor flexibilidad a la hora de organizar sus actividades laborales y de la vida diaria”.

La informalidad es una opción para personas mayores de 60 años que ya han sido excluidos de empleos formales. Foto Ignacio Huitzil | La Prensa

Según la Organización de las Naciones Unidas, las personas de edad avanzada suelen trabajar en empleos mal remunerados, viven del apoyo de la familia o sus ingresos se limitan a las pensiones.

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La ENOEN indica que 45% de las personas adultas mayores que están ocupadas gana hasta un salario mínimo, 22% obtiene ingresos de más de un salario y hasta dos salarios mínimos y 7% gana más de dos y hasta tres salarios mínimos. Nótese que el 9% no recibe ingresos.

El porcentaje de mujeres que ganan hasta un salario mínimo es superior al de los hombres (57% frente a 39 %). En el resto de las categorías, las mujeres se encuentran en desventaja con respecto a los hombres. Solo en el rubro de más de tres y hasta cinco salarios mínimos, el porcentaje es igual.

En cuanto a las condiciones laborales, estimaciones de la ENOEN señala que, durante el segundo trimestre de 2022, 44% de quienes trabajaban de manera subordinada y remunerada con 60 años y más, no contaba con prestaciones. En los hombres este porcentaje representó 45%; en las mujeres, 43 por ciento.

La OIT argumenta que, conforme transcurre el ciclo vital de las personas, aumenta la posibilidad de caer en el empleo informal. En México, 70% de la población ocupada de 60 años y más tiene un empleo informal. El porcentaje de mujeres que se encuentra en esta situación es mayor que el de los hombres (75% frente a 68%).

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