/ martes 5 de marzo de 2024

Padres alcohólicos, un riesgo para los hijos y su crecimiento: UNAM

Advierten especialistas que el 56% de estudiantes adolescentes vive con algún familiar ebrio, principalmente el padre  

El 56% de los estudiantes adolescentes admiten vivir con algún familiar con patrones de consumo de alcohol, siendo el padre el más reportado, seguido “por ambos padres”, después la mamá y los hermanos.

Así lo dieron a conocer las doctoras María Elena Medina Mora, directora de la Facultad de Psicología de la UNAM y la doctora Claudia Montesinos durante la conferencia de prensa “Entorno Familiar: Consecuencias del Consumo de Sustancias entre niñas, niños y adolescentes”, que se llevó a cabo en el marco del Día Mundial del Bienestar Mental para Adolescentes que se conmemora este 2 de marzo.

TE RECOMENDAMOS: Permanece vigente el delito de tortura, práctica que no desaparece en nuestro país

Las especialistas advirtieron que en un estudio reciente se encontró que el 66% de los adultos mexicanos reconoce haber tenido una historia familiar de consumo de alcohol, mientras que el 40% de los estudiantes universitarios dice que alguno de sus familiares consume alcohol.

Alertaron que “el consumo parental de alcohol” no solo daña al círculo familiar cercano, sino que además, el alcoholismo en el padre o la madre tiene consecuencias negativas en la salud psicoemocional de los hijos, quienes observan la conducta de consumo de sus progenitores, las perciben y las aprenden.

ESTADÍSTICA DEL CONSUMO PARENTAL

Foto: Archivo La Prensa

La doctora Claudia Montesinos explicó que en el consumo parental de alcohol tiene un amplio espectro, por lo que puede ir desde ligero a moderado, uso perjudicial o riesgoso o hasta un trastorno por uso de sustancias, en este caso al alcohol, el cual se identifica como una adicción.

Advirtió que todos los patrones de consumo tendrán una serie de consecuencias que no solo suceden cuando hay un trastorno.

“En Noruega, algunos estudios señalan que alrededor del 4.7% de las mamás presentan consumo peligroso de alcohol, en Inglaterra algunos indicadores advierten que aproximadamente el 2.5% de los menores de 16 años viven con un bebedor con consumo peligroso o dañino, mientras que el 29% de los niños viven con al menos un adulto con consumo excesivo, que se define con cinco o más copas de alcohol, de ellos, el 4% vive con un papá con consumo excesivo”, explicó la especialista.

En el caso de Estados Unidos, los datos revelan que el 21% de los papás y 11% de las mamás tuvieron un consumo excesivo dos veces a la semana.

En el ámbito nacional, algunos indicadores que incluye la historia general familiar, es decir, que contempla a papá, mamá, primos, hermanos, abuelos, entre otros, revelan que el 66% de la población adulta en México reporta tener historia familiar de consumo de alcohol.

El 40% de los estudiantes universitarios reporta que alguno de sus familiares tiene consumo de alcohol y 56.8% de los adolescentes reconocen que viven con algún familiar con consumo de alcohol, siendo el papá el que más consume, seguido por “ambos padres”, luego mamá y hermanos.

Dijo que en un estudio secundario de la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco en Estudiantes (ENCODAT), que evalúa a estudiantes de secundaria y bachillerato, se encontró que aproximadamente el 10.6% de los encuestados perciben que su papá tiene un consumo problemático de alcohol.

“Esto significa que estaríamos hablando que más o menos un millón 100 mil estudiantes están percibiendo esta problemática exclusivamente en su papá”, indicó la especialista.

En cuanto al consumo problemático en las mamás, el 1.3% de los alumnos percibieron esta situación. El 1.7% dijo que percibían consumo problemático en ambos padres.

CONSUMO DE ALCOHOL PARENTAL DAÑA SALUD MENTAL DE LOS HIJOS

Foto: David Deolarte / La Prensa

“El que papá o mamá consuma alcohol va a tener una serie de consecuencias en los hijos e hijas, tanto a nivel de salud mental, como en general en el entorno donde crecen estos niños”, alertó la doctora Claudia Montesinos al mencionar que estudios recientes identifican mayores niveles de ansiedad en hijos de padres bebedores.

Asimismo, se han identificado mayores indicadores de depresión en hijos de bebedores, también hay reportes que alertan que los hijos de bebedores con frecuencia tienen más problemas de conducta, incluido el Trastorno con Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), así como conductas disruptivas.

“Vemos que en estas familias, donde hay reportes de consumo de alcohol de los papás hay problemas de crianza y esto lleva a entornos donde se reporta más maltrato y más negligencia en el cuidado”, indicó la especialista.

Otro aspecto muy interesante que se ha observado es que en estos entornos familiares hay mucho más consumo de alcohol en los hijos de bebedores, con indicadores muy particulares, señaló la doctora Montesinos.

Durante la conferencia virtual “Entorno Familiar: Consecuencias del Consumo de Sustancias entre niñas, niños y adolescentes”, convocada por el Consejo de la Comunicación, como parte de la estrategia de la campaña #NoEstáChido, la doctora Claudia Montesinos presentó algunos resultados de estudios secundarios a la ENCODAT sobre los patrones de consumo que muestran los hijos de padres bebedores.

“Cuando papá o mamá son bebedores, los hijos tienen mayores probabilidades de tener consumo también”, subrayó la especialista al precisar que los estudiantes que dijeron que ninguno de sus papás tiene problemas de consumo, el porcentaje de consumo excesivo reportado por los estudiantes es de 13.2%.

En el caso de los estudiantes que reportaron que uno de sus papás tiene consumo de alcohol, el riesgo de consumo excesivo en ellos se elevó hasta 38%, en comparación con los jóvenes, cuyos padres no tienen esa problemática.

Cuando hay reporte de consumo en la madre, los estudiantes tienen hasta 1.6 veces más riesgo, en comparación con los estudiantes sin este antecedente familiar, señaló la doctora Montesinos.

A través de estos estudios también se encontró una relación entre el consumo parental de alcohol y su influencia en la crianza, ya que aquellos estudiantes que reportaron un consumo de alcohol en sus padres refieren menor vigilancia y atención, como “el que sus padres no saben quiénes son sus amigos o no saben dónde están”.

Los estudiantes perciben que sus papás se involucran menos con ellos; es decir, que no asisten a sus actividades académicas o no realizan alguna actividad en conjunto, como cocinar o ir al cine, señaló la doctora Montesinos al advertir que “cuando se presenta el consumo parental hay deficiencias importantes en las habilidades de crianza”.

Ante estos resultados, la especialista destacó la urgencia de diseñar acciones y programas preventivos que permitan concientizar a la población sobre el grave efecto que tiene que el papá o la mamá consuman alcohol y saber cuáles son sus consecuencias.

Los padres y madres deben poner mucha atención a los mensajes que están transmitiendo a sus hijos, no asociar el alcohol como una recompensa cuando se está cansado, como una especie de antídoto para bajar los niveles de estrés o con momentos de celebración o reunión.

1 DE CADA 7 JÓVENES DE ENTRE 10 Y 19 AÑOS ENFRENTAN UN PADECIMIENTO MENTAL

Foto: Luis Barrera / La Prensa

La doctora María Elena Medina Mora, directora de la Facultad de Psicología informó que de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) 1 de cada 7 jóvenes de entre 10 y 19 años, enfrentan algún padecimiento mental, sin embargo, no reciben atención ni tratamiento.

En lo que respecta a México, la doctora Medina Mora presentó datos psicopatológicos en jóvenes, donde se muestra que en México, a la edad 14 años, en promedio, comienzan a presentar algún trastorno mental por primera vez, además que estos son mayores durante la vida universitaria.

Es por eso que, de la mano con la conmemoración de éste día, es importante abordar el tema sobre cómo el consumo de sustancias como tabaco y alcohol, pueden potenciar y/o desarrollar trastornos ligados a los efectos de estas mismas.

La especialista informó que la prevalencia de consumo de alcohol en México es alta en jóvenes de 10 a 19 años de edad, la cual se equipara, incluso, con las cifras de consumo de alcohol en adultos, observándose los indicadores más altos en el consumo por ocasión y en grandes cantidades, que se asocia con accidentes y violencia.

“Es importante trabajar con este grupo de edad, porque cuando el consumo de drogas y alcohol inicia en esta etapa de la vida, el índice de dependencia es mucho más alto en comparación con aquellos que iniciaron en una etapa adulta”, apuntó.

El consumo de alcohol en niños, adolescentes y jóvenes produce alteraciones en ciertas áreas del cerebro, como son aquellas que regulan el sistema de estrés, por lo que el individuo empieza a presentar emociones negativas, irritabilidad y ansiedad. “Cuando se llega a este nivel, la persona sigue bebiendo para evitar sentirse mal”.

En esta etapa de consumo, las habilidades cerebrales que están comprometidas son la toma de decisiones y la regulación de emociones, alertó la doctora Medina Mora al precisar que sí el consumo continúa a una siguiente etapa, se ponen en riesgo procesos cognitivos y funciones que permiten realizar tareas o tomar decisiones que requieren cierta reflexión y análisis.

“La persona en esta etapa ya está en una dependencia y la droga ya ha secuestrado el sistema de sobrevivencia”, declaró la doctora María Elena Medina al explicar que los niños y adolescentes desarrollan a edad temprana el sistema límbico, que es donde se encuentran las emociones, mientras que la corteza cerebral, que es la encargada de las habilidades cognitivas, como es la toma de decisiones se termina de desarrollar a los 20 o 22 años.

"Es decir, nosotros estamos trabajando con chicos que se mueven por sus emociones y enfrentan un riesgo mayor de tomar decisiones erróneas”, comentó la doctora Medina Mora.


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El 56% de los estudiantes adolescentes admiten vivir con algún familiar con patrones de consumo de alcohol, siendo el padre el más reportado, seguido “por ambos padres”, después la mamá y los hermanos.

Así lo dieron a conocer las doctoras María Elena Medina Mora, directora de la Facultad de Psicología de la UNAM y la doctora Claudia Montesinos durante la conferencia de prensa “Entorno Familiar: Consecuencias del Consumo de Sustancias entre niñas, niños y adolescentes”, que se llevó a cabo en el marco del Día Mundial del Bienestar Mental para Adolescentes que se conmemora este 2 de marzo.

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Las especialistas advirtieron que en un estudio reciente se encontró que el 66% de los adultos mexicanos reconoce haber tenido una historia familiar de consumo de alcohol, mientras que el 40% de los estudiantes universitarios dice que alguno de sus familiares consume alcohol.

Alertaron que “el consumo parental de alcohol” no solo daña al círculo familiar cercano, sino que además, el alcoholismo en el padre o la madre tiene consecuencias negativas en la salud psicoemocional de los hijos, quienes observan la conducta de consumo de sus progenitores, las perciben y las aprenden.

ESTADÍSTICA DEL CONSUMO PARENTAL

Foto: Archivo La Prensa

La doctora Claudia Montesinos explicó que en el consumo parental de alcohol tiene un amplio espectro, por lo que puede ir desde ligero a moderado, uso perjudicial o riesgoso o hasta un trastorno por uso de sustancias, en este caso al alcohol, el cual se identifica como una adicción.

Advirtió que todos los patrones de consumo tendrán una serie de consecuencias que no solo suceden cuando hay un trastorno.

“En Noruega, algunos estudios señalan que alrededor del 4.7% de las mamás presentan consumo peligroso de alcohol, en Inglaterra algunos indicadores advierten que aproximadamente el 2.5% de los menores de 16 años viven con un bebedor con consumo peligroso o dañino, mientras que el 29% de los niños viven con al menos un adulto con consumo excesivo, que se define con cinco o más copas de alcohol, de ellos, el 4% vive con un papá con consumo excesivo”, explicó la especialista.

En el caso de Estados Unidos, los datos revelan que el 21% de los papás y 11% de las mamás tuvieron un consumo excesivo dos veces a la semana.

En el ámbito nacional, algunos indicadores que incluye la historia general familiar, es decir, que contempla a papá, mamá, primos, hermanos, abuelos, entre otros, revelan que el 66% de la población adulta en México reporta tener historia familiar de consumo de alcohol.

El 40% de los estudiantes universitarios reporta que alguno de sus familiares tiene consumo de alcohol y 56.8% de los adolescentes reconocen que viven con algún familiar con consumo de alcohol, siendo el papá el que más consume, seguido por “ambos padres”, luego mamá y hermanos.

Dijo que en un estudio secundario de la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco en Estudiantes (ENCODAT), que evalúa a estudiantes de secundaria y bachillerato, se encontró que aproximadamente el 10.6% de los encuestados perciben que su papá tiene un consumo problemático de alcohol.

“Esto significa que estaríamos hablando que más o menos un millón 100 mil estudiantes están percibiendo esta problemática exclusivamente en su papá”, indicó la especialista.

En cuanto al consumo problemático en las mamás, el 1.3% de los alumnos percibieron esta situación. El 1.7% dijo que percibían consumo problemático en ambos padres.

CONSUMO DE ALCOHOL PARENTAL DAÑA SALUD MENTAL DE LOS HIJOS

Foto: David Deolarte / La Prensa

“El que papá o mamá consuma alcohol va a tener una serie de consecuencias en los hijos e hijas, tanto a nivel de salud mental, como en general en el entorno donde crecen estos niños”, alertó la doctora Claudia Montesinos al mencionar que estudios recientes identifican mayores niveles de ansiedad en hijos de padres bebedores.

Asimismo, se han identificado mayores indicadores de depresión en hijos de bebedores, también hay reportes que alertan que los hijos de bebedores con frecuencia tienen más problemas de conducta, incluido el Trastorno con Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), así como conductas disruptivas.

“Vemos que en estas familias, donde hay reportes de consumo de alcohol de los papás hay problemas de crianza y esto lleva a entornos donde se reporta más maltrato y más negligencia en el cuidado”, indicó la especialista.

Otro aspecto muy interesante que se ha observado es que en estos entornos familiares hay mucho más consumo de alcohol en los hijos de bebedores, con indicadores muy particulares, señaló la doctora Montesinos.

Durante la conferencia virtual “Entorno Familiar: Consecuencias del Consumo de Sustancias entre niñas, niños y adolescentes”, convocada por el Consejo de la Comunicación, como parte de la estrategia de la campaña #NoEstáChido, la doctora Claudia Montesinos presentó algunos resultados de estudios secundarios a la ENCODAT sobre los patrones de consumo que muestran los hijos de padres bebedores.

“Cuando papá o mamá son bebedores, los hijos tienen mayores probabilidades de tener consumo también”, subrayó la especialista al precisar que los estudiantes que dijeron que ninguno de sus papás tiene problemas de consumo, el porcentaje de consumo excesivo reportado por los estudiantes es de 13.2%.

En el caso de los estudiantes que reportaron que uno de sus papás tiene consumo de alcohol, el riesgo de consumo excesivo en ellos se elevó hasta 38%, en comparación con los jóvenes, cuyos padres no tienen esa problemática.

Cuando hay reporte de consumo en la madre, los estudiantes tienen hasta 1.6 veces más riesgo, en comparación con los estudiantes sin este antecedente familiar, señaló la doctora Montesinos.

A través de estos estudios también se encontró una relación entre el consumo parental de alcohol y su influencia en la crianza, ya que aquellos estudiantes que reportaron un consumo de alcohol en sus padres refieren menor vigilancia y atención, como “el que sus padres no saben quiénes son sus amigos o no saben dónde están”.

Los estudiantes perciben que sus papás se involucran menos con ellos; es decir, que no asisten a sus actividades académicas o no realizan alguna actividad en conjunto, como cocinar o ir al cine, señaló la doctora Montesinos al advertir que “cuando se presenta el consumo parental hay deficiencias importantes en las habilidades de crianza”.

Ante estos resultados, la especialista destacó la urgencia de diseñar acciones y programas preventivos que permitan concientizar a la población sobre el grave efecto que tiene que el papá o la mamá consuman alcohol y saber cuáles son sus consecuencias.

Los padres y madres deben poner mucha atención a los mensajes que están transmitiendo a sus hijos, no asociar el alcohol como una recompensa cuando se está cansado, como una especie de antídoto para bajar los niveles de estrés o con momentos de celebración o reunión.

1 DE CADA 7 JÓVENES DE ENTRE 10 Y 19 AÑOS ENFRENTAN UN PADECIMIENTO MENTAL

Foto: Luis Barrera / La Prensa

La doctora María Elena Medina Mora, directora de la Facultad de Psicología informó que de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) 1 de cada 7 jóvenes de entre 10 y 19 años, enfrentan algún padecimiento mental, sin embargo, no reciben atención ni tratamiento.

En lo que respecta a México, la doctora Medina Mora presentó datos psicopatológicos en jóvenes, donde se muestra que en México, a la edad 14 años, en promedio, comienzan a presentar algún trastorno mental por primera vez, además que estos son mayores durante la vida universitaria.

Es por eso que, de la mano con la conmemoración de éste día, es importante abordar el tema sobre cómo el consumo de sustancias como tabaco y alcohol, pueden potenciar y/o desarrollar trastornos ligados a los efectos de estas mismas.

La especialista informó que la prevalencia de consumo de alcohol en México es alta en jóvenes de 10 a 19 años de edad, la cual se equipara, incluso, con las cifras de consumo de alcohol en adultos, observándose los indicadores más altos en el consumo por ocasión y en grandes cantidades, que se asocia con accidentes y violencia.

“Es importante trabajar con este grupo de edad, porque cuando el consumo de drogas y alcohol inicia en esta etapa de la vida, el índice de dependencia es mucho más alto en comparación con aquellos que iniciaron en una etapa adulta”, apuntó.

El consumo de alcohol en niños, adolescentes y jóvenes produce alteraciones en ciertas áreas del cerebro, como son aquellas que regulan el sistema de estrés, por lo que el individuo empieza a presentar emociones negativas, irritabilidad y ansiedad. “Cuando se llega a este nivel, la persona sigue bebiendo para evitar sentirse mal”.

En esta etapa de consumo, las habilidades cerebrales que están comprometidas son la toma de decisiones y la regulación de emociones, alertó la doctora Medina Mora al precisar que sí el consumo continúa a una siguiente etapa, se ponen en riesgo procesos cognitivos y funciones que permiten realizar tareas o tomar decisiones que requieren cierta reflexión y análisis.

“La persona en esta etapa ya está en una dependencia y la droga ya ha secuestrado el sistema de sobrevivencia”, declaró la doctora María Elena Medina al explicar que los niños y adolescentes desarrollan a edad temprana el sistema límbico, que es donde se encuentran las emociones, mientras que la corteza cerebral, que es la encargada de las habilidades cognitivas, como es la toma de decisiones se termina de desarrollar a los 20 o 22 años.

"Es decir, nosotros estamos trabajando con chicos que se mueven por sus emociones y enfrentan un riesgo mayor de tomar decisiones erróneas”, comentó la doctora Medina Mora.


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