/ martes 5 de mayo de 2020

Ni en el 10 de mayo podrán recuperarse los floricultores

Con la pandemia la venta de flor cayó un 80 por ciento, y han resultado afectados unos 25 mil productores

Las cosechas de crisantemos, rosas y gerberas, principales flores que tradicionalmente se comercializan por el Día de las Madres, no saldrán para el próximo 10 de mayo, tras perderse hasta el 50 por ciento de las huertas por falta de ventas debido a la emergencia sanitaria.

Así lo dio a conocer Salomón García, presidente de la Asociación de Floricultores de Villa Guerrero, municipio circunvecino de Toluca, quien lamentó que con la pandemia la venta de flor cayó un 80 por ciento, y han resultado afectados unos 25 mil productores.

Dijo que esta situación, a la que calificó como asfixiante, está afectando a las familias de su municipio, lo mismo que a localidades como Coatepec y Tenancingo, pues afirmó que para las autoridades la flor no es catalogada como producto esencial.

Recalcó que las huertas que estaban destinadas a las ventas con motivo del 10 de mayo hoy por hoy están perdidas, situación que tiene sumamente preocupado al sector, que no cuenta con ningún tipo de ayuda del gobierno.

Detalló que las huertas se programan de dos a cuatro meses para la siembra y pasado este tiempo, unos díez días antes el producto se comienza a cortar para su venta, pero al quedar todo estancado, sin actividad y sin gente consumidora, el trabajo de los floricultores está en el abismo.

En entrevista, Salomón García aseveró que la producción se comenzó a echar a perder, y ello desde luego dificulta su venta. Citó por ejemplo que una hectárea de rosa en producción continua genera mil paquetes de rosa por semana, lo que claramente da una idea de cuanta producción se ha perdido.

Ante tal panorama, familias dedicadas a esta actividad se han movilizado a la capital del Estado de México para intercambiar flores por despensas, en un esfuerzo desesperado por tener algo que comer y con el fin de evitar que las flores se echen a perder sin ser aprovechadas.

Otros productores salen a municipios cercanos para tratar de vender las flores, pero no todos corren con la misma suerte, motivo por el cual solicitan apoyo a las autoridades, e incluso han tenido que recurrir a las redes sociales para subir mensajes, en lo que dejan constancia de la precariedad por la que están pasando.

Las cosechas de crisantemos, rosas y gerberas, principales flores que tradicionalmente se comercializan por el Día de las Madres, no saldrán para el próximo 10 de mayo, tras perderse hasta el 50 por ciento de las huertas por falta de ventas debido a la emergencia sanitaria.

Así lo dio a conocer Salomón García, presidente de la Asociación de Floricultores de Villa Guerrero, municipio circunvecino de Toluca, quien lamentó que con la pandemia la venta de flor cayó un 80 por ciento, y han resultado afectados unos 25 mil productores.

Dijo que esta situación, a la que calificó como asfixiante, está afectando a las familias de su municipio, lo mismo que a localidades como Coatepec y Tenancingo, pues afirmó que para las autoridades la flor no es catalogada como producto esencial.

Recalcó que las huertas que estaban destinadas a las ventas con motivo del 10 de mayo hoy por hoy están perdidas, situación que tiene sumamente preocupado al sector, que no cuenta con ningún tipo de ayuda del gobierno.

Detalló que las huertas se programan de dos a cuatro meses para la siembra y pasado este tiempo, unos díez días antes el producto se comienza a cortar para su venta, pero al quedar todo estancado, sin actividad y sin gente consumidora, el trabajo de los floricultores está en el abismo.

En entrevista, Salomón García aseveró que la producción se comenzó a echar a perder, y ello desde luego dificulta su venta. Citó por ejemplo que una hectárea de rosa en producción continua genera mil paquetes de rosa por semana, lo que claramente da una idea de cuanta producción se ha perdido.

Ante tal panorama, familias dedicadas a esta actividad se han movilizado a la capital del Estado de México para intercambiar flores por despensas, en un esfuerzo desesperado por tener algo que comer y con el fin de evitar que las flores se echen a perder sin ser aprovechadas.

Otros productores salen a municipios cercanos para tratar de vender las flores, pero no todos corren con la misma suerte, motivo por el cual solicitan apoyo a las autoridades, e incluso han tenido que recurrir a las redes sociales para subir mensajes, en lo que dejan constancia de la precariedad por la que están pasando.