/ miércoles 8 de mayo de 2024

Menores de edad ya pueden visitar a madres en la cárcel y entre semana

El que puedan ir en algún momento tiene que ver con el protocolo de interés superior del menor, que es una necesidad de acercarse a su mamá en cuanto lo necesiten

Al momento en que una persona es condenada a una pena privativa de libertad y debe ingresar en prisión, quienes más padecen las consecuencias son los menores que pierden el derecho a convivir con sus padres mientras cumplen su sentencia o prisión preventiva; sin embargo, ahora los menores de edad ya pueden hacer visitas en un horario abierto entre semana.

Por lo general, las visitas suelen ser más comunes hacia las madres por diversas razones, Dulce Leal, directora de Incidencia y Política de la organización Reinserta, explica que “la maternidad dentro de las cárceles es algo muy complejo por las necesidades que tienen un menor o un infante”.

“El porcentaje de mujeres privadas de la libertad que maternan solas es bastante alto, no comparten el cuidado de sus hijos con alguna persona, en muchos de los casos lo comparten con un familiar directo de la propia madre y no hay paternidad responsable. La maternidad recae en un 90 por ciento en las mamás privadas de la libertad, lo que hace que esto sea un tema complejo de llevar y el que las visitas sean una vez por semana, anteriormente”, contó Leal, en entrevista con LA PRENSA.


Visita de menores a cárceles resulta una necesidad

Las visitas una vez a la semana, con largas filas entre una diversidad de adultos y con cansados filtros, resultan insuficientes para que los menores aprovechan el poco tiempo con sus madres y/o padres privados de la libertad.

El que puedan ir en algún momento a visitarlos tiene que ver con el protocolo de interés superior del menor, que es una necesidad de los niños al poder acercarse a su mamá en el momento que así lo necesiten.

El régimen de visitas aplica del mismo modo para todos, explica Dulce, “el protocolo es igual para el menor que para un adulto. Solamente el Estado de México tiene un protocolo sobre el ingreso específicamente de menores, ningún otro centro tiene como tal, tendría que ser algo que debería de estar en una Ley Federal que regulará todos los centros”.

La vocera de Reinserta, Dulce Leal, asegura que “el camino se trazó, pero sí creo que es a partir de las necesidades de las propias infancias, el que los centros penitenciarios están dando cuenta la necesidad”.


Inicia protocolo específico para visita en horario abierto

Ahora los menores de ocho años de edad pueden visitar, acompañados de un adulto para ingresar, en un horario abierto, por lo que pueden convivir con sus mamás entre semana, en un tiempo más extenso que les permita compartir varias horas, sin tener que compartir con otros reclusos y sus visitas, con la oportunidad a una convivencia más íntima.

“Estoy segura que a las mamás y a los niños les beneficia muchísimo más verse tres días por semana, que solamente los sábados en compañía de muchísima gente donde también las horas para ingresar a un centro pueden llevarte horas, es beneficioso para ambas partes”.

Asimismo, externó que desde Reinserta trabajan en un protocolo específico para el ingreso y permanencia de niños, niñas y adolescentes a las cárceles, ya que tendría que existir un sistema diferente para adultos y para las infancias.

“Una cárcel, un centro penitenciario no es el mejor lugar para ningún niño o ninguna niña, los riesgos de convivir con la población”, enfatiza Dulce Leal, quien compartió que buscan replicar el logro del año pasado al inaugurar la primera instancia de visita dentro de una cárcel que fue en Ecatepec en el municipio de Chiconautla.

“Es la primera área de visita donde hay juegos, para que los niños y las niñas puedan tener un espacio de convivencia, un poco más saludable, porque un espacio de visita donde están sucediendo muchas cosas al mismo tiempo no es el lugar más adecuado”.


Reinserta, parte fundamental en las reformas a la Ley Nacional de Ejecución Penal

Entre las preocupaciones relevantes ante el ingreso de los niños y niñas a las cárceles para las visitas, además de la propensión al acoso, también están las riñas entre los reclusos, factores que ponen en riesgo la integridad del menor, así como de su salud emocional.

El trabajo de Reinserta ha sido importante para reformar el Artículo 36, adicionando el Artículo 144 de la Ley Nacional de Ejecución Penal, para lo cual se presentó un Informe Especial sobre las hijas e hijos de las Mujeres Privadas de la Libertad en los Centros de Reclusión de la República Mexicana, publicado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).

El informé, en colaboración con el Instituto Nacional de las Mujeres, dio a conocer que en México existen alrededor de 12 mil mujeres privadas de su libertad en los centros penitenciarios federales y estatales. Siendo las mujeres quienes representan el 5.2 por ciento del total de personas internas procesadas o sentenciados en el fuero federal y común, a nivel nacional.

En el país, de los 387 centros penitenciarios que existen, aproximadamente sólo diez y son exclusivos para mujeres, es decir, alrededor del 65 por ciento de las mujeres están internas en centros mixtos, propensas o víctimas de diversos abusos al interior, marginadas sin el mismo derecho a las actividades que los varones.

Desde Reinserta, afirma Leal, seguirán pugnando por espacios más dignos para las infancias dentro de los penales, así como en el régimen de visitas que permita a las madres convivir en un entorno más adecuado para la formación de los niños, niñas y adolescentes.

Síguenos en Facebook: La Prensa Oficial y en Twitter: @laprensaoem


Al momento en que una persona es condenada a una pena privativa de libertad y debe ingresar en prisión, quienes más padecen las consecuencias son los menores que pierden el derecho a convivir con sus padres mientras cumplen su sentencia o prisión preventiva; sin embargo, ahora los menores de edad ya pueden hacer visitas en un horario abierto entre semana.

Por lo general, las visitas suelen ser más comunes hacia las madres por diversas razones, Dulce Leal, directora de Incidencia y Política de la organización Reinserta, explica que “la maternidad dentro de las cárceles es algo muy complejo por las necesidades que tienen un menor o un infante”.

“El porcentaje de mujeres privadas de la libertad que maternan solas es bastante alto, no comparten el cuidado de sus hijos con alguna persona, en muchos de los casos lo comparten con un familiar directo de la propia madre y no hay paternidad responsable. La maternidad recae en un 90 por ciento en las mamás privadas de la libertad, lo que hace que esto sea un tema complejo de llevar y el que las visitas sean una vez por semana, anteriormente”, contó Leal, en entrevista con LA PRENSA.


Visita de menores a cárceles resulta una necesidad

Las visitas una vez a la semana, con largas filas entre una diversidad de adultos y con cansados filtros, resultan insuficientes para que los menores aprovechan el poco tiempo con sus madres y/o padres privados de la libertad.

El que puedan ir en algún momento a visitarlos tiene que ver con el protocolo de interés superior del menor, que es una necesidad de los niños al poder acercarse a su mamá en el momento que así lo necesiten.

El régimen de visitas aplica del mismo modo para todos, explica Dulce, “el protocolo es igual para el menor que para un adulto. Solamente el Estado de México tiene un protocolo sobre el ingreso específicamente de menores, ningún otro centro tiene como tal, tendría que ser algo que debería de estar en una Ley Federal que regulará todos los centros”.

La vocera de Reinserta, Dulce Leal, asegura que “el camino se trazó, pero sí creo que es a partir de las necesidades de las propias infancias, el que los centros penitenciarios están dando cuenta la necesidad”.


Inicia protocolo específico para visita en horario abierto

Ahora los menores de ocho años de edad pueden visitar, acompañados de un adulto para ingresar, en un horario abierto, por lo que pueden convivir con sus mamás entre semana, en un tiempo más extenso que les permita compartir varias horas, sin tener que compartir con otros reclusos y sus visitas, con la oportunidad a una convivencia más íntima.

“Estoy segura que a las mamás y a los niños les beneficia muchísimo más verse tres días por semana, que solamente los sábados en compañía de muchísima gente donde también las horas para ingresar a un centro pueden llevarte horas, es beneficioso para ambas partes”.

Asimismo, externó que desde Reinserta trabajan en un protocolo específico para el ingreso y permanencia de niños, niñas y adolescentes a las cárceles, ya que tendría que existir un sistema diferente para adultos y para las infancias.

“Una cárcel, un centro penitenciario no es el mejor lugar para ningún niño o ninguna niña, los riesgos de convivir con la población”, enfatiza Dulce Leal, quien compartió que buscan replicar el logro del año pasado al inaugurar la primera instancia de visita dentro de una cárcel que fue en Ecatepec en el municipio de Chiconautla.

“Es la primera área de visita donde hay juegos, para que los niños y las niñas puedan tener un espacio de convivencia, un poco más saludable, porque un espacio de visita donde están sucediendo muchas cosas al mismo tiempo no es el lugar más adecuado”.


Reinserta, parte fundamental en las reformas a la Ley Nacional de Ejecución Penal

Entre las preocupaciones relevantes ante el ingreso de los niños y niñas a las cárceles para las visitas, además de la propensión al acoso, también están las riñas entre los reclusos, factores que ponen en riesgo la integridad del menor, así como de su salud emocional.

El trabajo de Reinserta ha sido importante para reformar el Artículo 36, adicionando el Artículo 144 de la Ley Nacional de Ejecución Penal, para lo cual se presentó un Informe Especial sobre las hijas e hijos de las Mujeres Privadas de la Libertad en los Centros de Reclusión de la República Mexicana, publicado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).

El informé, en colaboración con el Instituto Nacional de las Mujeres, dio a conocer que en México existen alrededor de 12 mil mujeres privadas de su libertad en los centros penitenciarios federales y estatales. Siendo las mujeres quienes representan el 5.2 por ciento del total de personas internas procesadas o sentenciados en el fuero federal y común, a nivel nacional.

En el país, de los 387 centros penitenciarios que existen, aproximadamente sólo diez y son exclusivos para mujeres, es decir, alrededor del 65 por ciento de las mujeres están internas en centros mixtos, propensas o víctimas de diversos abusos al interior, marginadas sin el mismo derecho a las actividades que los varones.

Desde Reinserta, afirma Leal, seguirán pugnando por espacios más dignos para las infancias dentro de los penales, así como en el régimen de visitas que permita a las madres convivir en un entorno más adecuado para la formación de los niños, niñas y adolescentes.

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