/ domingo 17 de marzo de 2024

¡Lucran con la sed! Controlan piperos precio de agua en purificadoras de Ecatepec y Neza

El garrafón de 20 litros lo venden en 20 pesos, pero el de 10 litros se incrementa a 15 pesos; hay organizaciones sindicales que protegen a los grupos que distribuyen el recurso natural

Organizaciones de piperos que distribuyen agua en el Valle de México son los que controlan y fijan los precios en las purificadoras populares, ubicadas en cientos de colonias de municipios de la zona conurbada.

La falta de agua y la inminente llegada de las altas temperaturas provocarán una fuerte presión en esos establecimientos, cuyos propietarios o encargados no descartan incrementos en el precio de los garrafones.

En un recorrido realizado por este diario en colonias de Ecatepec y Nezahualcóyotl, las dos localidades más grandes del Estado de México, y donde más han proliferado dichas purificadoras se pudo observar que el costo por un garrafón de 20 litros es de 20 pesos, es decir, un peso el litro.

Foto: Rubén Pérez

Pero si el recipiente es de menor tamaño, por ejemplo, de 10 litros, el precio se incrementa, pues los consumidores deben pagar 15 pesos. “Nosotros no podemos hacer nada, son las tarifas que nos fijan los piperos”, afirmó Salomón López González, propietario de una purificadora en la colonia Jardines de Casanueva, en el municipio de Ecatepec.

Foto: cortesía Coprisem

De hecho, comentó que en los últimos tres años los incrementos en el precio del agua en las purificadoras populares han sido de más del 100%, pues en 2021 la población pagaba 9 pesos por un garrafón de 20 litros.

Explicó que las organizaciones de piperos que surten el agua a los negocios, (de las cuales no quiso entrar en detalles cuando se le preguntó qué tipo de organizaciones eran), son las que fijan los precios.

“Ellos son los que no dicen en cuánto se tiene que vender cada garrafón y los costos dependiendo del tamaño”, dijo López González, al explicar que ellos como propietarios de las purificadoras se ven obligados a pagar más por el volumen de agua que les dejan las pipas. “La verdad es que lucran con la sed”.

Al insistirle sobre si el agua que llevan es del municipio o de grupos particulares, dijo desconocer y sólo comentó que “las pipas no vienen rotuladas o con logotipos del organismo de agua”.

Foto: Rubén Pérez

En los municipios del estado de México existen organizaciones como la Unión de Sindicatos y Organizaciones Nacionales (USON), el Sindicato Libertad y la Organización Resistencia Civil Pacífica, que agrupan a diversos sectores, entre colectivos del transporte público y piperos particulares.

El dueño de la purificadora localizada en la colonia Jardines de Casanueva explicó que actualmente por cada unidad ellos pagan mil 600 pesos. “La verdad yo siento que en cualquier momento la van a subir en mil 800 o dos mil pesos, y eso pues también va implicar que nosotros subamos el precio de los garrafones”, dijo.

Opción más económica

Las purificadoras ubicadas en municipios del Valle de México son la opción más viable para la economía de las familias, ya que el precio de un garrafón de agua de marca en tiendas de autoservicio y en tiendas de abarrotes grandes oscila entre 57 y 60 pesos, con una capacidad de 20 litros.

En la colonia La Aurora, también conocida como “La Benito Juárez”, en el municipio de Nezahualcóyotl, el garrafón que se vendía también en 9 pesos en 2021 hoy se comercializa en 20 pesos.

Según Guadalupe Hernández, encargada de una purificadora en esa zona, la gente llega a protestar al principio cuando se entera del aumento, pero dijo que al final se ve en la necesidad de pagar los 20 pesos. “No es lo mismo pagar 60 pesos que 20 por un garrafón del mismo tamaño”.

Su testimonio fue similar al de Salomón López, en el sentido de que “las pipas vienen y sólo nos avisan que el agua subió y que debemos darla más cara porque se tendrá que pagar más”.

“El dueño de aquí compra, me parece, que 5 mil litros; antes pagaba 500 pesos y creo que hoy son 800, pero estos señores, por lo que me ha dicho (el propietario) son lo que dicen cómo estará el asunto”.

Al cuestionarle si sabía qué organizaciones de piperos son los que distribuyen, su respuesta fue negativa. Dijo que no sabía si eran del municipio o particulares; “son camiones azules, bastante viejos que vienen tirando el agua, pero como eso lo ve el dueño, yo la verdad no me meto”.

Foto: cortesía Coprisem

Último ajuste fue de 5 pesos

De acuerdo con los entrevistados, el último incremento en el precio de los garrafones fue de 5 pesos y se registró en noviembre de 2023, cuando el costo por 20 litros era de 15 pesos y de 8 por un recipiente de 10 litros.

Guadalupe Hernández indicó que el desembolso es mayor si los consumidores piden que el servicio sea a domicilio. “Cuando nos toca llevar el garrafón a la casa de los compradores sube 3 pesos; es decir, 23 por un garrafón de 20 litros porque tenemos que utilizar una pequeña moto adaptada con un contendor y pues consume gasolina”.

Consideró que el último aumento de 5 pesos sí fue mucho, pero al igual que Salomón López advirtió que en cualquier instante puede darse un nuevo incremento por la llegada de la época de calor y la falta de agua.

Afirmó que aunque el dueño no esté de acuerdo con los ajustes en los precios, “la verdad yo veo que existe presión de los piperos, pues son ellos los que controlan este tipo de negocios, sin importarles que la gente proteste”.

Guadalupe Hernández relató que anteriormente trabajaba en otra purificadora en la misma colonia, y ahí llegó a ver que los piperos castigaban hasta con 15 días sin surtir agua a los establecimientos que no estaban de acuerdo en pagar más.

“Son organizaciones que se ponen de acuerdo y ninguna pipa accede a surtir. “El dueño de esa purificadora quiso cambiar de piperos, pero lo bloquearon 15 días, hasta que se dio cuenta que estaban en la misma sintonía los piperos”.

Foto: Rubén Pérez

Manifestó que no vender durante 15 días representaba pérdida para el local y el dueño no tuvo otra alternativa que comprar el agua más cara y venderla más cara, a pesar de que la gente le reclamaba.

Negocio que ya no deja deja

El propietario de la purificadora ubicada en la colonia Jardines de Casanueva, en el municipio de Ecatepec, Salomón López, explicó que con los incrementos en el precio de agua que llevan los piperos la ganancia ya es mínima.

Manifestó que tras el aumento sí hubo impactos porque la gente bajó el consumo y dejó de comprar con mayor regularidad, además de que la purificadora debe invertir en tapas, sellos y desinfectantes para lavar los garrafones.

“Los piperos sólo llegan, conectan sus mangueras, bajan el agua y cobran, yo estoy seguro que jamás desinfectan o lavan los tanques y eso a nosotros nos obliga a ofrecer un líquido limpio porque es para consumo humano”, dijo.

Agregó que esta situación los obliga a invertir para ofrecer un producto saneado y que no represente problemas para los compradores, además de que las autoridades sin avisar realizan operativos para verificar la limpieza de los establecimientos.

Aseguró que su establecimiento cumple con todas las normas establecidas y eso también implica desembolsos. “La gente muchas veces no ve todo lo que hay detrás para poder echar a andar un negocio por muy pequeño que sea, pero sí se requiere realizar inversión, y con esto de que existe la amenaza de incremento por parte de los piperos, el negocio ya no resulta porque la gente se molesta y deja de comprar o se va a buscar a otro lado, aunque el agua que consiga no cumpla con los requisitos de limpieza”.

Foto: cortesía Coprisem

Nula revisión sanitaria

En las purificadoras ubicadas en los municipios del Valle de México, a decir de los encargados o propietarios de los establecimientos, desde que comenzó el actual gobierno del Estado de México, no han existido operativos de revisión sanitaria por parte de la Comisión para la Protección contra Riesgos Sanitarios del Estado de México (Coprisem),

No se sabe si este tipo de locales está cumpliendo con la normatividad establecida, ni si la población está consumiendo agua libre de bacterias o contaminantes.

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En teoría, las purificadoras populares deben exhibir a la vista de los usuarios el Aviso de Funcionamiento, el cual garantiza que está operando en condiciones sanitarias adecuadas, pero muchos de los negocios no lo tienen a la vista o de plano no cuenta con él.

Se supone que los contenedores en los que se almacena el agua deben estar en lugares cerrados con ramales de tubería sellados, sin huecos por donde entre polvo, pero difícilmente los establecimientos cumplen estos requisitos.

Foto: cortesía Coprisem

A la hora de despachar, las purificadoras tienen que ofrecer envases limpios o lavados, desinfectados con tapa y sello o banda de garantía. Sin embargo, en muchos de los establecimientos no se colocan sellos y utilizan el mismo tapón varias veces.

Según las disposiciones de la la Comisión para la Protección contra Riesgos Sanitarios del Estado de México debe haber letreros con leyendas preventivas de manera visible para el consumidor, en los que se precise el riesgo que representa para la salud el llenado de envases sucios, así como el transporte y manejo de los recipientes destapados, además, informar acerca de la forma correcta de lavar y desinfectar los envases.

Este tipo de establecimiento debe realizar periódicamente análisis microbiológicos y de flúor a su producto, que el agua que se utiliza durante el proceso esté clorada y que los garrafones sean lavados en su interior con un sanitizante especial, requisitos que difícilmente se cumplen.

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Organizaciones de piperos que distribuyen agua en el Valle de México son los que controlan y fijan los precios en las purificadoras populares, ubicadas en cientos de colonias de municipios de la zona conurbada.

La falta de agua y la inminente llegada de las altas temperaturas provocarán una fuerte presión en esos establecimientos, cuyos propietarios o encargados no descartan incrementos en el precio de los garrafones.

En un recorrido realizado por este diario en colonias de Ecatepec y Nezahualcóyotl, las dos localidades más grandes del Estado de México, y donde más han proliferado dichas purificadoras se pudo observar que el costo por un garrafón de 20 litros es de 20 pesos, es decir, un peso el litro.

Foto: Rubén Pérez

Pero si el recipiente es de menor tamaño, por ejemplo, de 10 litros, el precio se incrementa, pues los consumidores deben pagar 15 pesos. “Nosotros no podemos hacer nada, son las tarifas que nos fijan los piperos”, afirmó Salomón López González, propietario de una purificadora en la colonia Jardines de Casanueva, en el municipio de Ecatepec.

Foto: cortesía Coprisem

De hecho, comentó que en los últimos tres años los incrementos en el precio del agua en las purificadoras populares han sido de más del 100%, pues en 2021 la población pagaba 9 pesos por un garrafón de 20 litros.

Explicó que las organizaciones de piperos que surten el agua a los negocios, (de las cuales no quiso entrar en detalles cuando se le preguntó qué tipo de organizaciones eran), son las que fijan los precios.

“Ellos son los que no dicen en cuánto se tiene que vender cada garrafón y los costos dependiendo del tamaño”, dijo López González, al explicar que ellos como propietarios de las purificadoras se ven obligados a pagar más por el volumen de agua que les dejan las pipas. “La verdad es que lucran con la sed”.

Al insistirle sobre si el agua que llevan es del municipio o de grupos particulares, dijo desconocer y sólo comentó que “las pipas no vienen rotuladas o con logotipos del organismo de agua”.

Foto: Rubén Pérez

En los municipios del estado de México existen organizaciones como la Unión de Sindicatos y Organizaciones Nacionales (USON), el Sindicato Libertad y la Organización Resistencia Civil Pacífica, que agrupan a diversos sectores, entre colectivos del transporte público y piperos particulares.

El dueño de la purificadora localizada en la colonia Jardines de Casanueva explicó que actualmente por cada unidad ellos pagan mil 600 pesos. “La verdad yo siento que en cualquier momento la van a subir en mil 800 o dos mil pesos, y eso pues también va implicar que nosotros subamos el precio de los garrafones”, dijo.

Opción más económica

Las purificadoras ubicadas en municipios del Valle de México son la opción más viable para la economía de las familias, ya que el precio de un garrafón de agua de marca en tiendas de autoservicio y en tiendas de abarrotes grandes oscila entre 57 y 60 pesos, con una capacidad de 20 litros.

En la colonia La Aurora, también conocida como “La Benito Juárez”, en el municipio de Nezahualcóyotl, el garrafón que se vendía también en 9 pesos en 2021 hoy se comercializa en 20 pesos.

Según Guadalupe Hernández, encargada de una purificadora en esa zona, la gente llega a protestar al principio cuando se entera del aumento, pero dijo que al final se ve en la necesidad de pagar los 20 pesos. “No es lo mismo pagar 60 pesos que 20 por un garrafón del mismo tamaño”.

Su testimonio fue similar al de Salomón López, en el sentido de que “las pipas vienen y sólo nos avisan que el agua subió y que debemos darla más cara porque se tendrá que pagar más”.

“El dueño de aquí compra, me parece, que 5 mil litros; antes pagaba 500 pesos y creo que hoy son 800, pero estos señores, por lo que me ha dicho (el propietario) son lo que dicen cómo estará el asunto”.

Al cuestionarle si sabía qué organizaciones de piperos son los que distribuyen, su respuesta fue negativa. Dijo que no sabía si eran del municipio o particulares; “son camiones azules, bastante viejos que vienen tirando el agua, pero como eso lo ve el dueño, yo la verdad no me meto”.

Foto: cortesía Coprisem

Último ajuste fue de 5 pesos

De acuerdo con los entrevistados, el último incremento en el precio de los garrafones fue de 5 pesos y se registró en noviembre de 2023, cuando el costo por 20 litros era de 15 pesos y de 8 por un recipiente de 10 litros.

Guadalupe Hernández indicó que el desembolso es mayor si los consumidores piden que el servicio sea a domicilio. “Cuando nos toca llevar el garrafón a la casa de los compradores sube 3 pesos; es decir, 23 por un garrafón de 20 litros porque tenemos que utilizar una pequeña moto adaptada con un contendor y pues consume gasolina”.

Consideró que el último aumento de 5 pesos sí fue mucho, pero al igual que Salomón López advirtió que en cualquier instante puede darse un nuevo incremento por la llegada de la época de calor y la falta de agua.

Afirmó que aunque el dueño no esté de acuerdo con los ajustes en los precios, “la verdad yo veo que existe presión de los piperos, pues son ellos los que controlan este tipo de negocios, sin importarles que la gente proteste”.

Guadalupe Hernández relató que anteriormente trabajaba en otra purificadora en la misma colonia, y ahí llegó a ver que los piperos castigaban hasta con 15 días sin surtir agua a los establecimientos que no estaban de acuerdo en pagar más.

“Son organizaciones que se ponen de acuerdo y ninguna pipa accede a surtir. “El dueño de esa purificadora quiso cambiar de piperos, pero lo bloquearon 15 días, hasta que se dio cuenta que estaban en la misma sintonía los piperos”.

Foto: Rubén Pérez

Manifestó que no vender durante 15 días representaba pérdida para el local y el dueño no tuvo otra alternativa que comprar el agua más cara y venderla más cara, a pesar de que la gente le reclamaba.

Negocio que ya no deja deja

El propietario de la purificadora ubicada en la colonia Jardines de Casanueva, en el municipio de Ecatepec, Salomón López, explicó que con los incrementos en el precio de agua que llevan los piperos la ganancia ya es mínima.

Manifestó que tras el aumento sí hubo impactos porque la gente bajó el consumo y dejó de comprar con mayor regularidad, además de que la purificadora debe invertir en tapas, sellos y desinfectantes para lavar los garrafones.

“Los piperos sólo llegan, conectan sus mangueras, bajan el agua y cobran, yo estoy seguro que jamás desinfectan o lavan los tanques y eso a nosotros nos obliga a ofrecer un líquido limpio porque es para consumo humano”, dijo.

Agregó que esta situación los obliga a invertir para ofrecer un producto saneado y que no represente problemas para los compradores, además de que las autoridades sin avisar realizan operativos para verificar la limpieza de los establecimientos.

Aseguró que su establecimiento cumple con todas las normas establecidas y eso también implica desembolsos. “La gente muchas veces no ve todo lo que hay detrás para poder echar a andar un negocio por muy pequeño que sea, pero sí se requiere realizar inversión, y con esto de que existe la amenaza de incremento por parte de los piperos, el negocio ya no resulta porque la gente se molesta y deja de comprar o se va a buscar a otro lado, aunque el agua que consiga no cumpla con los requisitos de limpieza”.

Foto: cortesía Coprisem

Nula revisión sanitaria

En las purificadoras ubicadas en los municipios del Valle de México, a decir de los encargados o propietarios de los establecimientos, desde que comenzó el actual gobierno del Estado de México, no han existido operativos de revisión sanitaria por parte de la Comisión para la Protección contra Riesgos Sanitarios del Estado de México (Coprisem),

No se sabe si este tipo de locales está cumpliendo con la normatividad establecida, ni si la población está consumiendo agua libre de bacterias o contaminantes.

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En teoría, las purificadoras populares deben exhibir a la vista de los usuarios el Aviso de Funcionamiento, el cual garantiza que está operando en condiciones sanitarias adecuadas, pero muchos de los negocios no lo tienen a la vista o de plano no cuenta con él.

Se supone que los contenedores en los que se almacena el agua deben estar en lugares cerrados con ramales de tubería sellados, sin huecos por donde entre polvo, pero difícilmente los establecimientos cumplen estos requisitos.

Foto: cortesía Coprisem

A la hora de despachar, las purificadoras tienen que ofrecer envases limpios o lavados, desinfectados con tapa y sello o banda de garantía. Sin embargo, en muchos de los establecimientos no se colocan sellos y utilizan el mismo tapón varias veces.

Según las disposiciones de la la Comisión para la Protección contra Riesgos Sanitarios del Estado de México debe haber letreros con leyendas preventivas de manera visible para el consumidor, en los que se precise el riesgo que representa para la salud el llenado de envases sucios, así como el transporte y manejo de los recipientes destapados, además, informar acerca de la forma correcta de lavar y desinfectar los envases.

Este tipo de establecimiento debe realizar periódicamente análisis microbiológicos y de flúor a su producto, que el agua que se utiliza durante el proceso esté clorada y que los garrafones sean lavados en su interior con un sanitizante especial, requisitos que difícilmente se cumplen.

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