/ jueves 7 de septiembre de 2023

Las piñatas, “piezas únicas de arte popular”; una tradición desde hace 20 años para la familia Hinojosa

Su taller llamado “Piñatas Coreanos”, se encuentra en el municipio de Acolman, Edomex

La familia Hinojosa Galicia tiene 20 años elaborando piñatas de manera artesanal de todas formas, tipos, figuras y colores, en su casa taller de Xometla, Acolman, Estado de México. Ellos forman parte de las familias mexiquenses que continúan con esa tradición que le da identidad al municipio ubicado en el Valle de Teotihuacán.

Edgar Hinojosa comenzó a fabricar esta artesanía desde que tenía 12 años de edad, su hermana la de en medio 15 y 18 años la mayor, donde en promedio fabricaban 50 piñatas cada uno a la semana.

El joven artesano, enfermero de profesión, explicó que quien inició con este oficio fue su mamá. “Pero mi papá, que era ayudante de albañilería al ver la labor que realizaba su esposa le comenzó a ayudar y luego siguieron todos los miembros de la familia”.

“Somos muy creativos”

Ninguna piñata es igual, todas se hacen a mano, y siempre se está pendiente que es lo que está de moda, lo que pide la gente, pero además, todos somos muy creativos y siempre proponemos nuevos modelos, exclamó orgulloso a LA PRENSA.

Al tener ya tantos años fabricando cientos de piñatas, se volvieron productores y comenzaron a vender en las pequeñas dulcerías en Teotihuacán, Texcoco, Otumba y todos los alrededores de Acolman.

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Describió que su casa taller, se ubica en el pueblo de Xometla, el cual se ubica a 10 minutos del centro de Acolman, Estado de México y llevan el nombre de "Piñatas Coreanos".

Al preguntarle que si en su pueblo existían varias familias que se dedican a la elaboración de piñatas, respondió que no, "hay muy pocas... de lo que yo conozco". "En el pueblo somos los únicos que elaboramos piñatas", resaltó.

Foto: Patricia Carrasco

Su creación lleva un proceso

Puntualizó que las piñatas las realizan en serie, tienen un proceso. "No se hacen en un día, llevan un proceso, un día se dedican a hacer el globo, otro día enconan, otro día las visten", ejemplificó.

En el caso de las piñatas con flores, las hacen una a una, van cortado el papel con tijeras, primero tienen el material y luego hacen la piñata. En la semana Edgar fabrica 50 piñatas. En el taller trabajaban sus padres, sus dos hermanas, su sobrino y él.

El sobrino de Edgar se llama Brandon García Hinojosa, tiene una discapacidad ya que hace tres años, cuando tenía 17 años, tuvo un accidente en una motocicleta, se lastimó, no puede mover el brazo, pero ello no lo ha limitado para realizar verdaderas obras de arte, en la elaboración de sus piñatas.

Hacen toda clase de piñatas, figura y formas que les pidan los clientes. Dio como ejemplo que un burrito tiene un precio de 150 pesos, así como las venden en La Merced pero, hay ocasiones en que los venden en 120 si las ventas están muy bajas, "porque si no venden, no comen", inquirió de manera jocosa.

“Tiene 20 años de satisfacciones”

Don Justino Hinojosa Villarreal, es papá de Edgar, narró que en los 20 años que llevan elaborando piñatas, tienen muchas satisfacciones, ya que de este noble oficio han vivido. "Le dimos estudio a Edgar, es enfermero; tienen una casa grande, pasean tres veces por año a la provincia. Además es ciclista y cada año se va en su bicicleta al santuario de San Juan de Los Lagos, Jalisco.

Foto: Patricia Carrasco


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"Todos los días elaboramos decenas de piñatas... todo el día, “nosotros trabajamos, no jugamos”. Compraron un terreno de 300 metros, ello, subraya gracias a las piñatas.

Comentó que hacen piñatas de todos los tamaños, desde muy pequeñas, hasta monumentales, y sus costos son muy diversos. Justino está muy contento que sus piñatas se vendan en varias partes del Estado de México.

También manifestó su alegría que el municipio de Acolman obtuvo el registro de marca de las piñatas que se elaboran en esa localidad, con lo cual se logra proteger esta ancestral y colorida artesanía que cobró auge en la entidad, en el siglo XVI.

Foto: Patricia Carrasco

Para esta familia, la piñata representa la identidad que le dan al municipio, el legado que les dejaron sus padres y un trabajo para lograr sobrevivir.

No se debe olvidar que la piñata tradicional es la de siete picos, que representa los pecados capitales: lujuria, gula, pereza, vanidad, envidia, soberbia y avaricia.

Foto: Patricia Carrasco

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La familia Hinojosa Galicia tiene 20 años elaborando piñatas de manera artesanal de todas formas, tipos, figuras y colores, en su casa taller de Xometla, Acolman, Estado de México. Ellos forman parte de las familias mexiquenses que continúan con esa tradición que le da identidad al municipio ubicado en el Valle de Teotihuacán.

Edgar Hinojosa comenzó a fabricar esta artesanía desde que tenía 12 años de edad, su hermana la de en medio 15 y 18 años la mayor, donde en promedio fabricaban 50 piñatas cada uno a la semana.

El joven artesano, enfermero de profesión, explicó que quien inició con este oficio fue su mamá. “Pero mi papá, que era ayudante de albañilería al ver la labor que realizaba su esposa le comenzó a ayudar y luego siguieron todos los miembros de la familia”.

“Somos muy creativos”

Ninguna piñata es igual, todas se hacen a mano, y siempre se está pendiente que es lo que está de moda, lo que pide la gente, pero además, todos somos muy creativos y siempre proponemos nuevos modelos, exclamó orgulloso a LA PRENSA.

Al tener ya tantos años fabricando cientos de piñatas, se volvieron productores y comenzaron a vender en las pequeñas dulcerías en Teotihuacán, Texcoco, Otumba y todos los alrededores de Acolman.

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Describió que su casa taller, se ubica en el pueblo de Xometla, el cual se ubica a 10 minutos del centro de Acolman, Estado de México y llevan el nombre de "Piñatas Coreanos".

Al preguntarle que si en su pueblo existían varias familias que se dedican a la elaboración de piñatas, respondió que no, "hay muy pocas... de lo que yo conozco". "En el pueblo somos los únicos que elaboramos piñatas", resaltó.

Foto: Patricia Carrasco

Su creación lleva un proceso

Puntualizó que las piñatas las realizan en serie, tienen un proceso. "No se hacen en un día, llevan un proceso, un día se dedican a hacer el globo, otro día enconan, otro día las visten", ejemplificó.

En el caso de las piñatas con flores, las hacen una a una, van cortado el papel con tijeras, primero tienen el material y luego hacen la piñata. En la semana Edgar fabrica 50 piñatas. En el taller trabajaban sus padres, sus dos hermanas, su sobrino y él.

El sobrino de Edgar se llama Brandon García Hinojosa, tiene una discapacidad ya que hace tres años, cuando tenía 17 años, tuvo un accidente en una motocicleta, se lastimó, no puede mover el brazo, pero ello no lo ha limitado para realizar verdaderas obras de arte, en la elaboración de sus piñatas.

Hacen toda clase de piñatas, figura y formas que les pidan los clientes. Dio como ejemplo que un burrito tiene un precio de 150 pesos, así como las venden en La Merced pero, hay ocasiones en que los venden en 120 si las ventas están muy bajas, "porque si no venden, no comen", inquirió de manera jocosa.

“Tiene 20 años de satisfacciones”

Don Justino Hinojosa Villarreal, es papá de Edgar, narró que en los 20 años que llevan elaborando piñatas, tienen muchas satisfacciones, ya que de este noble oficio han vivido. "Le dimos estudio a Edgar, es enfermero; tienen una casa grande, pasean tres veces por año a la provincia. Además es ciclista y cada año se va en su bicicleta al santuario de San Juan de Los Lagos, Jalisco.

Foto: Patricia Carrasco


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"Todos los días elaboramos decenas de piñatas... todo el día, “nosotros trabajamos, no jugamos”. Compraron un terreno de 300 metros, ello, subraya gracias a las piñatas.

Comentó que hacen piñatas de todos los tamaños, desde muy pequeñas, hasta monumentales, y sus costos son muy diversos. Justino está muy contento que sus piñatas se vendan en varias partes del Estado de México.

También manifestó su alegría que el municipio de Acolman obtuvo el registro de marca de las piñatas que se elaboran en esa localidad, con lo cual se logra proteger esta ancestral y colorida artesanía que cobró auge en la entidad, en el siglo XVI.

Foto: Patricia Carrasco

Para esta familia, la piñata representa la identidad que le dan al municipio, el legado que les dejaron sus padres y un trabajo para lograr sobrevivir.

No se debe olvidar que la piñata tradicional es la de siete picos, que representa los pecados capitales: lujuria, gula, pereza, vanidad, envidia, soberbia y avaricia.

Foto: Patricia Carrasco

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