/ lunes 20 de febrero de 2023

Eugenia Padilla antes pintaba, hoy lleva sus guisos a comensales

Desde hace 8 años, Eugenia trata de conquistar el paladar de los clientes de Los Chilotes, restaurante donde ofrece el arte culinario de diferentes regiones del paí

Acercar los sabores de las diferentes regiones de la República a los paladares citadinos, se ha convertido en un proceso artístico para Eugenia Padilla, quien desde hace ocho años cambió el caballete y los pinceles, por cucharones, cuchillos y cazuelas.

Las manos de Eugenia que nacieron con el don para crear, pasaron de la pintura a la gastronomía, donde cada día se refugian con la esperanza de conquistar el paladar de sus comensales por medio del estómago, con el arte culinario de cada uno de los estados del país.

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Así como en la pintura, donde el amor nace de la vista, pasa con los platillos de Eugenia, que de sólo mirarlos abren el apetito y hasta inspiran a repetir algo más del selectivo menú que maneja diariamente en su pequeño y acogedor restaurante Los Chilotes, ubicado en la colonia Tabacalera, alcaldía Cuauhtémoc.

La inspiración llegó con los libros de cocina típica mexicana que pertenecían a su pareja, y luego del duelo encontró una alternativa para iniciar un negocio para sobrevivir, por lo que se le ocurrió “hacer algo diferente, algo con propuesta y cultura. De ahí inicié y conocí que cada estado tiene su magia, de ahí comenzó la aventura”, contó Eugenia a los lectores de LA PRENSA.

La dedicación en la cocina se ve reflejada en cada bocado, donde los sabores llevan de viaje a los comensales / Foto: Arianna Alfaro

La transformación de Los Chilotes, donde anteriormente se vendían tacos, se convirtió en el siguiente reto para la pintora, “inicialmente pensé en un café con música, pero el espacio no se prestaba, entonces en uno de comida con recetas de los libros”.

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Poco a poco, la habilidad para ejecutar las recetas de cada estado llegó a sus manos, se empapó de los ingredientes y las recetas para llegar a la sazón adecuada y atraer a los clientes para conocer México por medio de sus platillos.

“Cada semana cambiamos de estado y diario ofrecemos dos platillos regionales, una opción vegetariana y un menú comercial, por lo que me he tenido que hacer de más bibliografía para dar variedad a los clientes”, explicó Eugenia.

La transformación de Los Chilotes fue un reto para la pintora, ya que en el lugar antes de vendían tacos / Foto: Arianna Alfaro

Las horas de dedicación en la cocina se ven reflejadas en cada bocado, donde los sabores llevan de viaje a los comensales, ya sea a lugares cálidos o fríos con las recetas adecuadas a cada temporada.

Para Eugenia es complicado elegir sus platillos favoritos “porque cada lugar tiene su magia, su sabor, que trato de igualar para ofrecer a los visitantes. Me gusta sorprender a los clientes con un sabor único, con ingredientes naturales y variedad, aunque se trate de un menú comercial”.

El arte se ve reflejado en el lugar, donde impregnó su toque personal acompañado de artesanías típicas / Foto: Arianna Alfaro

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La pandemia absorbió sus ahorros para mantener abierto, pero sepultó su sueño de abrir un restaurante en otra zona para deleitar más paladares.

El arte también se ve reflejado en las paredes del lugar, donde impregnó su toque personal acompañado de artesanías típicas, lo que hace más acogedora la visita.

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Los Chilotes está abierto de lunes a viernes de 13:00 a 19:00 horas, con una comida de dos tiempos con agua incluida, los miércoles hay postre y los viernes son de mezcal.

Comer en Los Chilotes mantiene vivo el espíritu de la sazón mexicana, alimenta la esperanza de que Eugenia continúe con su local abierto y, sobre todo, te dejará con un muy buen sabor de boca.

Síguenos en Facebook: La Prensa Oficial y en Twitter: @laprensaoem

Acercar los sabores de las diferentes regiones de la República a los paladares citadinos, se ha convertido en un proceso artístico para Eugenia Padilla, quien desde hace ocho años cambió el caballete y los pinceles, por cucharones, cuchillos y cazuelas.

Las manos de Eugenia que nacieron con el don para crear, pasaron de la pintura a la gastronomía, donde cada día se refugian con la esperanza de conquistar el paladar de sus comensales por medio del estómago, con el arte culinario de cada uno de los estados del país.

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La inspiración llegó con los libros de cocina típica mexicana que pertenecían a su pareja, y luego del duelo encontró una alternativa para iniciar un negocio para sobrevivir, por lo que se le ocurrió “hacer algo diferente, algo con propuesta y cultura. De ahí inicié y conocí que cada estado tiene su magia, de ahí comenzó la aventura”, contó Eugenia a los lectores de LA PRENSA.

La dedicación en la cocina se ve reflejada en cada bocado, donde los sabores llevan de viaje a los comensales / Foto: Arianna Alfaro

La transformación de Los Chilotes, donde anteriormente se vendían tacos, se convirtió en el siguiente reto para la pintora, “inicialmente pensé en un café con música, pero el espacio no se prestaba, entonces en uno de comida con recetas de los libros”.

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“Cada semana cambiamos de estado y diario ofrecemos dos platillos regionales, una opción vegetariana y un menú comercial, por lo que me he tenido que hacer de más bibliografía para dar variedad a los clientes”, explicó Eugenia.

La transformación de Los Chilotes fue un reto para la pintora, ya que en el lugar antes de vendían tacos / Foto: Arianna Alfaro

Las horas de dedicación en la cocina se ven reflejadas en cada bocado, donde los sabores llevan de viaje a los comensales, ya sea a lugares cálidos o fríos con las recetas adecuadas a cada temporada.

Para Eugenia es complicado elegir sus platillos favoritos “porque cada lugar tiene su magia, su sabor, que trato de igualar para ofrecer a los visitantes. Me gusta sorprender a los clientes con un sabor único, con ingredientes naturales y variedad, aunque se trate de un menú comercial”.

El arte se ve reflejado en el lugar, donde impregnó su toque personal acompañado de artesanías típicas / Foto: Arianna Alfaro

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La pandemia absorbió sus ahorros para mantener abierto, pero sepultó su sueño de abrir un restaurante en otra zona para deleitar más paladares.

El arte también se ve reflejado en las paredes del lugar, donde impregnó su toque personal acompañado de artesanías típicas, lo que hace más acogedora la visita.

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Los Chilotes está abierto de lunes a viernes de 13:00 a 19:00 horas, con una comida de dos tiempos con agua incluida, los miércoles hay postre y los viernes son de mezcal.

Comer en Los Chilotes mantiene vivo el espíritu de la sazón mexicana, alimenta la esperanza de que Eugenia continúe con su local abierto y, sobre todo, te dejará con un muy buen sabor de boca.

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