A faldas del Cerro de Tepozuchitl, en la Heroica ciudad de Puebla, se ubica la Escuela Militar de Sargentos (E. M. S.), un eslabón del Sistema Educativo Militar que durante los últimos cuatro años se ha dedicado a formar sargentos en primero y segundo grado con especialidad en seguridad pública, para integrarse como agentes a las filas de la Guardia Nacional (GN).
Desde el reclutamiento de los primeros guardianes nacionales y en coadyuvancia con la Secretaría de la Defensa Nacional, en la E. M. S. se desarrolla el curso de Formación de Agentes Especialista en Seguridad Pública, con duración de seis meses, “breve, intensivo y fuerte”, como lo define el director del plantel, el Coronel de Infantería Diplomado de Estado Mayor, Edilberto Jasso Godoy.
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“Aquí se forja el alma del Ejército, es el alma y columna vertebral de nuestro ejército mexicano. Estamos también coadyuvando con la GN en la formación de los agentes, con especialidad en seguridad pública”, enfatizó el coronel, designado director desde el 16 de junio del 2021.
INSTRUCCIÓN MILITAR CON ESTUDIO CÍVICO Y ÉTICO
Reconoce que este nuevo modelo educativo militar es un cambio significativo en los ya 75 años de fundación que tiene la E. M. S., “se hizo un plan específico para la especialidad en seguridad pública, este programa se diseñó en la Sección Sexta del Estado Mayor Conjunto de la Defensa Nacional, con personal experto en el tema de seguridad pública, también con personal militar, porque llevan unas materias militares que fortalecen su liderazgo y también la disciplina, parte medular de cualquier militar y ahora también de la Guardia Nacional”.
El programa tienen una duración de seis meses que consiste en un internado en el que los alumnos solo pueden salir los días sábados al mediodía, teniendo que regresar el día domingo a las 21:00 horas, “es un plan que consta de tres ejes importantes: el eje militar, el eje académico y el eje axiológico”.
A detalle, el coronel explica que “en las materias militares se ven guerra regular, legislación militar y materias específicas que van a fortalecer su disciplina y liderazgo. En el eje académico se dan las asignaturas como victimología, criminalística, introducción al derecho penal, entre otras. Y en el eje axiológico, se ve lo que es la ética, el liderazgo, derechos humanos, ley del uso de la fuerza”.
Desde su primera generación, la cual ingresó el 2 de septiembre del 2019 y se graduó el 28 febrero del 2020, la demanda para ingresar a la E. M. S. va en aumento, superando una cifra de cinco mil aspirantes, quienes deberán pasar los exámenes médicos, psicológicos, físicos y uno de diagnóstico de inglés, para ocupar uno de los mil 586 lugares disponibles.
MÁS MUJERES SE SUMAN A LA E. M. S.
Entre los discentes que están por graduarse en el próximo mes de noviembre se encuentra la soldado Policía Militar, Yareth Melina Ramírez Marín, una de las 202 mujeres que integran esta generación.
Ella reconoce el doble mérito que significa como mujer el formar parte de la EMS, esto en la apertura cada vez mayor para mujeres soldado interesadas en obtener algún grado de sargento, “es una superación personal, para que las mujeres que nos encuentren en la calle se sienta seguras de poder salir, que encuentren la paz y la seguridad de poder transitar en las calles”.
Comenta que el tema de equidad es una constante durante los seis meses de internamiento y aunque trabajan en compañías mixtas, hay dormitorios exclusivos para mujeres soldado. Le enorgullece saber que son cada vez más las unidades del Ejército, y ahora de la GN, en las que hay una participación activa de las mujeres, “todas nos apoyamos”, enfatiza.
Asegura que parte importante del curso es desarrollar empatía con la población, “los conocimientos que nos imparten son reales, los llevamos a cabo primero en teoría y luego a la práctica en campo… nos dan la oportunidad de podernos ubicar a nosotros mismos en los zapatos de la ciudadanía, tenemos empatía”.
De entre los casi mil elementos hombres que cursan la especialidad se encuentra el sargento primero Policía Militar, Sergio Rolando Campa Sánchez, quien reconoce que no ha sido nada fácil doblegar esfuerzos durante el internado, “los esfuerzos de meterse un poquito más al tema, a la especialidad que estamos haciendo, porque nos hemos metido a nuevas encomiendas, nuevas materias sobre seguridad pública, como es nuevo para nosotros, lo estamos tratando de abarcar de manera más amplia”.
Durante el tiempo del internado -continúa- son más de doce horas por día las que se le dedican al estudio, alternadas con tiempo para comer y activación física, “el levante es a la cinco de la mañana, posteriormente, pasan al primer tercio a tomar nuestros alimentos. Después, ingresamos a las aulas, a las academias que nos imparte el personal docente, así hasta el mediodía cuando recibimos acondicionamiento físico, previo al segundo tercio destinado a los alimentos”.
El estudio continúa poco después de las seis de la tarde cuando se les permite el acceso a los dormitorios, en un tiempo destinado a la recreación preparando trabajos y exposiciones; tareas que para su elaboración llegan a extenderse hasta las nueve de la noche, hora marcada para el descanso.
El militar Campa Sánchez destaca el enfoque en seguridad pública durante la formación, “aquí venimos a hacer un desarrollo integral para la ciudadanía, aquí nos implementan mucha interacción ante la vida civil para el actuar ante la ciudadanía, y a través de la Guardia Nacional, que nos permite ir hacia las calles, hacia el terreno, poder erradicar y conocer un marco legal para que nuestro actuar sea satisfactorio”.
PERSONAL DOCENTE, LA BASE DE LA ESPECIALIDAD DE SEGURIDAD PÚBLICA
La Escuela Militar de Sargentos se ubica dentro del Cuartel General de XXV Zona Militar junto a otras dos escuelas, tres regimientos, un CENDI y un Centro de Rehabilitación Infantil (CRI) en atención a hijos de militares.
Además del hemiciclo en conmemoración por sus 75 años, destacan los edificios de alojamiento y las aulas, aunque también cuenta con museo, fosa de clavados con plataforma de hasta 10 metros, comedor, áreas deportivas, entre otros espacios. Pero es sin duda el personal docente, su pilar más importante.
La abogada postulante con maestría en proceso penal, además de doctorado en seguridad pública y anticorrupción, Karen Elizabeth Reyes Castro, ha sido testigo y partícipe de esta transición a lo largo de los cuatro años en los que se lleva impartiendo la especialidad de seguridad pública.
“Estoy convencida de que las cosas se están haciendo muy bien, porque se ha incorporado personal femenino, tanto de Guardia Nacional como de SEDENA, en las actividades de capacitación, pero, sobre todo, que ellos lo llevan a campo”, nos explica convencida mientras camina entre los pupitres del centro de evaluación, un espacio extremadamente vigilado a fin de garantizar que en los exámenes, acredite quien realmente demuestra haber obtenido el conocimiento.
“Al programa se le han agregado “materias de género, de derechos humanos, pero también de temas que impactan mucho en la sociedad, como el sistema penal acusatorio, actuación policial como primer respondiente, en temas de proximidad social, la vinculación ciudadana y de introducción al derecho y a la seguridad pública, así como de victimología y del uso de la fuerza para que su actuar vaya mejor conducido”, añadió Karen Elizabeth.
La también maestra en política criminal explica que al final del curso, el personal discente se va de las instalaciones de la E. M. S., pero puede continuar su capacitación con otros cursos, o regresan a sus unidades de origen.
Otros se van de personal instructor, “por eso la importancia de replicar estos conocimientos que se hacen aquí, en esta institución educativa se busca de aprender a hacer, porque lo que aprendan haciendo, lo van a ejecutar allá en las calles como parte de esa encomienda que les ha brindado la ciudadanía”, concluyó.
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