Al menos 25% del Gas LP que es consumido en el centro del país provienen del mercado clandestino y fue robado a Pemex o a las empresas distribuidoras del energético, más aún, son empresas ilegales, en muchos casos con pipas piratas que no cumplen los requisitos mínimos de seguridad y por eso hay accidentes graves, explicó Carlos Serrano, presidente de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Gas LP (AMEXGAS).
En entrevista, el dirigente empresarial explicó que a nivel nacional el Gas LP robado representa cerca del 15% del mercado, sin embargo, en el centro del país esta cantidad se incrementa de manera muy importante al ser una zona de alto consumo.
El 25% del Gas LP que se consume en la CDMX, Estado de México, Hidalgo y Puebla es gas que se robaron a Pemex, en sus ductos o terminales; o fue tomado de las empresas del ramo, a las que les roban las pipas o el producto, explicó.
Hay un daño a las finanzas públicas muy importante, el robo significa un costo anual a Pemex superior a los 30 mil millones de pesos y se necesita que se lleven a cabo diversas medidas en todos los niveles de autoridad para frenar el robo del combustible que en los últimos dos años se incrementó de manera muy importante en el centro del país.
Serrano señaló que hay diversas iniciativas desde el Poder Legislativo que buscan reducir el tamaño del problema, la realidad es que, a pesar de estos esfuerzos, los daños continúan porque existen grupos muy importantes que han hecho del mercado negro de combustibles una forma de hacer negocio.
Hay organizaciones como el Sindicato Libertad o la llamada Unión de Iztapalapa que impiden que las empresas reales operen en ciertas zonas de la Ciudad de México o del Estado de México, incluso se extienden a otras entidades como Hidalgo y Puebla, explica.
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Serrano comentó la urgencia que hay para que se coordinen las acciones necesarias para combatir el mercado negro de Gas LP porque es un problema que ha crecido de manera exponencial en años recientes.
Por ejemplo, de acuerdo con los datos de la AMEXGAS, se tiene un registro de 83 mil 529 tomas clandestinas en 20 años, para el robo de este combustible; el asunto es que al menos el 59% de éstas fueron en los últimos tres años.
Es decir, 49 mil tomas se han hecho de manera reciente, a pesar de las medidas que se han tomado desde Pemex.
La cantidad robada es tan grande que sería suficiente para abastecer la necesidad de la demanda de países como Colombia y Ecuador juntos.
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