/ sábado 23 de diciembre de 2023

Drones vigilan Suelo de Conservación de la CDMX

Con estos dispositivos aéreos mejoran la calidad de cultivos, monitorean bosques, lagos, lagunas, y se detecta tala ilegal

En el Suelo de Conservación de la Ciudad de México (CDMX) se emplean dispositivos aéreos no tripulados, los llamados drones, para realizar labores de fertilización, fumigación, medición de terrenos, depósitos de agua y monitorean que no se siga la invasión de tierras ni se eche cascajo a lagos ni lagunas.

Drones de la Corenadr

Con los 7 drones que tiene la Corenadr, para hacer análisis en territorio, y otros drones agrícolas, se puede maximizar rendimientos, reducir costos de producción, monitorear cultivos de manera más eficiente y prevenir problemas de plagas y enfermedades antes de que se conviertan en un problema mayor.

Con esta tecnología se puede fertilizar árboles, dispersar semillas y combatir plagas. Ayudan también a vigilar las zonas boscosas del Suelo de Conservación. En una visita que realizó La Prensa a campos en la alcaldía Milpa Alta, específicamente en el cultivo de romeritos, así como a la laguna de Xico, los jóvenes ingenieros, pilotos de los drones, mostraron cómo se pueden medir los campos, los depósitos de agua.

También puedes leer: ¿Por qué adquirir árboles navideños del Suelo de Conservación? Productores lo explican

Drones que fotografían los campos

La piloto Arantza Rodríguez explicó que con el dron suizo de ala fija, campea grandes extensiones de territorio, tiene una cámara de 42 megapíxeles, una cámara multiespectral ayuda a hacer análisis de la vegetación, puede elevarse a 1,250 metros y volar 200 hectáreas en 40 minutos. “El dron va tomando fotos, las cuales se coordinan, hacemos un postproceso y armamos un fotomosaico, una escena muy grande del territorio, geo referenciado, con alta precisión".

Pueden ver los cambios en el terreno, evalúan si continúan echando cascajo al Sistema Lacustre “Lago Tláhuac–Xico", y si lo detectan envían brigadas de limpieza. Los datos que arrojan estos dispositivos se utilizan para diversos proyectos como checar la deforestación, la sequía.

Asimismo, permite captar imágenes que pueden ser procesadas, analizadas e interpretadas, aportando información útil a la hora de tomar decisiones.

Los drones se compraron a partir de esta administración y fue en el 2022 cuando se adquirieron los agrícolas.

Sobrevuelan más de 80 mil hectáreas

Han volado más de 80 mil hectáreas con los diferentes drones comunitarios para el bienestar que tiene la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural, en todas las alcaldías del suelo de conservación, donde no sólo monitorean zonas agrícolas, sino también bosques y lagos.

El piloto del dron agrícola Agras T30 en la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) CDMX, Israel Jesús Mata González, expuso que en 5 minutos pueden volar 200 hectáreas (fotogrametría) todo depende de la altura, entre mayor sea, el sensor tiene mayor ángulo de apertura.

Dijo que a diario programan vuelos en toda la zona de conservación.

Por ejemplo, en parcelas de la alcaldía Milpa Alta, donde se produce nopal, los drones permiten mejorar la productividad y la calidad de los cultivos, detectar plagas y enfermedades, además de contribuir a la conservación del ambiente, citó.

En los drones agrícolas para el Bienestar (de un peso aproximado de 70 kilos), vacían diversos productos para esparcirlos en los cultivos. “Tenemos diferentes productos, algunos van enfocados a la fertilización y otros a la fumigación. Todos tienen el sello de ecológico y van dirigidos (al combate) de diferentes plagas y diferentes bacterias, por así decirlo”.

Fumigación de 460 hectáreas

Arantza Rodríguez informó que en lo que va del año con los drones agrícolas han fumigado 460 hectáreas de nopal, maíz, avena, manzana, romeros, brócoli, (entre otras hortalizas), flor de cempasúchil y de nochebuena; tienen capacidad de 30 litros. Una hectárea se está asperjando en 12 minutos, lo cual representa un gran ahorro para el productor y de agua, ya que se utilizan 20 litros por hectárea.

Esta tecnología permite de manera rápida hacer una aplicación lo que permite economizar agua, tiempo, esfuerzo y dinero, comentó el experto.

Describe que se trata de un apoyo otorgado de manera gratuita por la Sedema, a través de la Dirección General de la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural. “El apoyo es al 100 por ciento, no se les pide ni siquiera el producto, no se les pide ni agua, ni mucho menos dinero”.

Foto: cortesía

En la Corenadr hay 4 pilotos capacitados, encargados de los drones agrícolas, quienes realizan un trabajo de agricultura de precisión, porque puede programarse para que en casos donde hay enfermedades se aplique más producto, ya sea por fumigación o fertilización, en este caso en áreas donde el cultivo es el nopal.

“Es un servicio muy rápido y muy eficiente; productores nos comentaban que el año pasado se les aplicó por octubre, noviembre y a finales de diciembre (y) tuvieron mucha producción, fue más resistente su nopal.

“Fumigar o fertilizar una hectárea tradicionalmente implica agua, jornales, que son los trabajadores, productos y lo que implica este proyecto es tener ese ahorro, sin tanta agua y con menos número de personas aplicamos, en una hectárea, en 20 minutos; esto repercute en ahorro de tiempo, dinero, agua y esfuerzos”, citó.

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Durante la demostración de vuelo, los pilotos de drones de la Corenadr detallaron que el aparato de punta a punta mide 3 metros. Tiene 6 brazos, cada uno tiene un motor, 16 boquillas y cada una tiene la capacidad de rociar 8 litros por minuto. Los productos se van regulando de acuerdo a las distintas plagas.

En el cultivo de romero, en el cual se estuvo presente, el dron voló a dos metros y medio; pero si se trata de Palmeras, pueden llegar a 30 metros de altura. No se utilizan agroquímicos, sólo plaguicidas, bioestimulante y fertilizante foliar, todos agroecológicos. Se manejan extractos botánicos, con registro sanitario.

Los jóvenes pilotos resaltaron que para realizar esta actividad con la cual se impulsa el desarrollo rural sustentable, no sólo de la Ciudad de México, sino del país, se requiere de preparación y de, por lo menos, un día previo para fumigar o fertilizar el área correspondiente.

Síguenos en Facebook: La Prensa Oficial y en Twitter: @laprensaoem

En el Suelo de Conservación de la Ciudad de México (CDMX) se emplean dispositivos aéreos no tripulados, los llamados drones, para realizar labores de fertilización, fumigación, medición de terrenos, depósitos de agua y monitorean que no se siga la invasión de tierras ni se eche cascajo a lagos ni lagunas.

Drones de la Corenadr

Con los 7 drones que tiene la Corenadr, para hacer análisis en territorio, y otros drones agrícolas, se puede maximizar rendimientos, reducir costos de producción, monitorear cultivos de manera más eficiente y prevenir problemas de plagas y enfermedades antes de que se conviertan en un problema mayor.

Con esta tecnología se puede fertilizar árboles, dispersar semillas y combatir plagas. Ayudan también a vigilar las zonas boscosas del Suelo de Conservación. En una visita que realizó La Prensa a campos en la alcaldía Milpa Alta, específicamente en el cultivo de romeritos, así como a la laguna de Xico, los jóvenes ingenieros, pilotos de los drones, mostraron cómo se pueden medir los campos, los depósitos de agua.

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Drones que fotografían los campos

La piloto Arantza Rodríguez explicó que con el dron suizo de ala fija, campea grandes extensiones de territorio, tiene una cámara de 42 megapíxeles, una cámara multiespectral ayuda a hacer análisis de la vegetación, puede elevarse a 1,250 metros y volar 200 hectáreas en 40 minutos. “El dron va tomando fotos, las cuales se coordinan, hacemos un postproceso y armamos un fotomosaico, una escena muy grande del territorio, geo referenciado, con alta precisión".

Pueden ver los cambios en el terreno, evalúan si continúan echando cascajo al Sistema Lacustre “Lago Tláhuac–Xico", y si lo detectan envían brigadas de limpieza. Los datos que arrojan estos dispositivos se utilizan para diversos proyectos como checar la deforestación, la sequía.

Asimismo, permite captar imágenes que pueden ser procesadas, analizadas e interpretadas, aportando información útil a la hora de tomar decisiones.

Los drones se compraron a partir de esta administración y fue en el 2022 cuando se adquirieron los agrícolas.

Sobrevuelan más de 80 mil hectáreas

Han volado más de 80 mil hectáreas con los diferentes drones comunitarios para el bienestar que tiene la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural, en todas las alcaldías del suelo de conservación, donde no sólo monitorean zonas agrícolas, sino también bosques y lagos.

El piloto del dron agrícola Agras T30 en la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) CDMX, Israel Jesús Mata González, expuso que en 5 minutos pueden volar 200 hectáreas (fotogrametría) todo depende de la altura, entre mayor sea, el sensor tiene mayor ángulo de apertura.

Dijo que a diario programan vuelos en toda la zona de conservación.

Por ejemplo, en parcelas de la alcaldía Milpa Alta, donde se produce nopal, los drones permiten mejorar la productividad y la calidad de los cultivos, detectar plagas y enfermedades, además de contribuir a la conservación del ambiente, citó.

En los drones agrícolas para el Bienestar (de un peso aproximado de 70 kilos), vacían diversos productos para esparcirlos en los cultivos. “Tenemos diferentes productos, algunos van enfocados a la fertilización y otros a la fumigación. Todos tienen el sello de ecológico y van dirigidos (al combate) de diferentes plagas y diferentes bacterias, por así decirlo”.

Fumigación de 460 hectáreas

Arantza Rodríguez informó que en lo que va del año con los drones agrícolas han fumigado 460 hectáreas de nopal, maíz, avena, manzana, romeros, brócoli, (entre otras hortalizas), flor de cempasúchil y de nochebuena; tienen capacidad de 30 litros. Una hectárea se está asperjando en 12 minutos, lo cual representa un gran ahorro para el productor y de agua, ya que se utilizan 20 litros por hectárea.

Esta tecnología permite de manera rápida hacer una aplicación lo que permite economizar agua, tiempo, esfuerzo y dinero, comentó el experto.

Describe que se trata de un apoyo otorgado de manera gratuita por la Sedema, a través de la Dirección General de la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural. “El apoyo es al 100 por ciento, no se les pide ni siquiera el producto, no se les pide ni agua, ni mucho menos dinero”.

Foto: cortesía

En la Corenadr hay 4 pilotos capacitados, encargados de los drones agrícolas, quienes realizan un trabajo de agricultura de precisión, porque puede programarse para que en casos donde hay enfermedades se aplique más producto, ya sea por fumigación o fertilización, en este caso en áreas donde el cultivo es el nopal.

“Es un servicio muy rápido y muy eficiente; productores nos comentaban que el año pasado se les aplicó por octubre, noviembre y a finales de diciembre (y) tuvieron mucha producción, fue más resistente su nopal.

“Fumigar o fertilizar una hectárea tradicionalmente implica agua, jornales, que son los trabajadores, productos y lo que implica este proyecto es tener ese ahorro, sin tanta agua y con menos número de personas aplicamos, en una hectárea, en 20 minutos; esto repercute en ahorro de tiempo, dinero, agua y esfuerzos”, citó.

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Durante la demostración de vuelo, los pilotos de drones de la Corenadr detallaron que el aparato de punta a punta mide 3 metros. Tiene 6 brazos, cada uno tiene un motor, 16 boquillas y cada una tiene la capacidad de rociar 8 litros por minuto. Los productos se van regulando de acuerdo a las distintas plagas.

En el cultivo de romero, en el cual se estuvo presente, el dron voló a dos metros y medio; pero si se trata de Palmeras, pueden llegar a 30 metros de altura. No se utilizan agroquímicos, sólo plaguicidas, bioestimulante y fertilizante foliar, todos agroecológicos. Se manejan extractos botánicos, con registro sanitario.

Los jóvenes pilotos resaltaron que para realizar esta actividad con la cual se impulsa el desarrollo rural sustentable, no sólo de la Ciudad de México, sino del país, se requiere de preparación y de, por lo menos, un día previo para fumigar o fertilizar el área correspondiente.

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