La Comisión de los Derechos Humanos del Estado de México alertó que las mujeres que enfrentan algún tipo de discapacidad enfrentan doble discriminación por su género y condición, aunque advirtió que también la población masculina padece de estereotipos nocivos.
Ante esto, la dependencia afirmó que es urgente implementar desde la familia y la sociedad, pero también desde las esferas públicas, el respeto a los derechos de mujeres y hombres con discapacidad, a fin de fomentar su inclusión social y evitar prejuicios y prácticas negativas que les afectan.
A través de pláticas de sensibilización, talleres y conferencias, la dependencia dio a conocer que contribuye con la inclusión social de personas que enfrentan una condición especial, para que tengan acceso a la educación, servicios de salud, oportunidades de trabajo, vivienda y seguridad, además de promover la toma de conciencia en torno a las habilidades y aportaciones de este sector de la población.
Por ello, pidió desterrar ideas o telas de juicio sobre la capacidad de estas personas para tomar decisiones, pues en el caso de las mujeres son ellas quienes más se enfrentan a factores de vulnerabilidad, como la desinformación, el abandono, la agresión verbal y ridiculización por motivos de discapacidad.
Resaltó que también padecen manipulación psicológica y control, mediante la restricción del acceso presencial o virtual a familiares, amigos u otras personas.
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De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020, en México viven 6 millones 179 mil 890 personas con algún tipo de discapacidad -dificultad para llevar a cabo actividades básicas como ver, escuchar, caminar, recordar o concentrarse, realizar su cuidado personal y comunicarse-, es decir, 4.9 por ciento de la población total del país, de las cuales, el 53 por ciento son mujeres y el 47 por ciento son hombres.
La Convención de los Derechos de las personas con discapacidad, firmada por México el 30 de marzo de 2007, reconoce que este grupo tiene derecho a formar una familia, tener relaciones sexuales, tener hijos e hijas, mantener su capacidad reproductiva, y no pueden ser separadas ni separados de sus descendientes por el hecho de tener una discapacidad.
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