/ martes 29 de noviembre de 2022

Cuernavaca, CDMX y Toluca ponen en riesgo el Bosque de Agua

Activistas llaman a las autoridades a resolver los problemas que comprometen la viabilidad ambiental, ecológica, social, económica y política de la región centro del país

Integrantes del Movimiento Bosque de Agua conformada por académicos, y organizaciones de la sociedad civil, por pueblos originarios, vecinos y organizaciones solidarias, llaman a las autoridades responsables a asumir sus atribuciones y resolver los problemas que comprometen la viabilidad ambiental, ecológica, social, económica y política de la región centro del país, donde viven más de 25 millones de personas y consumen más agua, 300 litros per cápita por día.

El Bosque de Agua es una de las zonas boscosas con mayor diversidad en flora y fauna del país. Se extiende desde el Tepozteco, la Sierra del Chichinautzin y las Lagunas de Zempoala; hasta el Ajusco, el Desierto de los Leones y la Sierra de las Cruces. Estas 235 mil hectáreas de árboles y pastizales, están amenazadas por tres ciudades que no paran de crecer: Cuernavaca, Ciudad de México y Toluca.

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Esa región ha visto reducida su extensión en 40% en los últimos 30 años. Todos esos kilómetros de nuevas viviendas y pavimento están reduciendo la superficie de infiltración de agua de lluvia. Y a menos infiltración, menos disponibilidad de agua que extraer del acuífero para llevar a la ciudad, denuncian.

En una carta enviada al presidente de la República, a la jefa de Gobierno, a los gobernadores del Estado de México y Morelos; a secretarios de Estado e instituciones del medio ambiente, senadores y diputados señalan que el Bosque de Agua es el principal benefactor de la zona más densamente poblada del país, donde vive cerca de la quinta parte de la población, en la región donde se genera 30% del producto interno bruto nacional.

Las 235 mil hectáreas de árboles y pastizales cercanas al centro del país, como las Lagunas de Zempoala, están amenazadas por tres urbes que no paran de crecer: Cuernavaca, CDMX y Toluca / Foto: Cuartoscuro

En su pronunciamiento, firmado por miles de activistas, académicos, investigadores, representantes de pueblos originarios, además de exhortar a las autoridades a actuar inmediatamente contra la devastación de la Iniciativa Bosque de Agua (IBA), también urge a la suma de esfuerzos necesarios con el gobierno para su rescate.

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La CDMX era antes un inmenso valle con muchos lagos que en algún momento se volvieron ríos y más tarde aguas negras entubadas. También sabemos que las más de 25 millones de personas que actualmente habitamos este espacio, tenemos uno de los consumos per cápita de agua más alto a nivel mundial: 300 litros por día.

Este territorio ubicado en el corazón de México, entre las urbes de Toluca, Ciudad de México, Cuernavaca y Cuautla, es en la mayor parte de su extensión propiedad de comunidades indígenas y núcleos agrarios.

Foto: Cuartoscuro

Los activistas refieren que si el Covid-19 no nos aniquiló, probablemente será la falta de agua por la deforestación ilegal de bosques y el crecimiento urbano solapado en CDMX, Morelos y El Estado de México.

Asimismo, externaron su rechazo al Programa General de Ordenamiento Territorial y al cambio de uso de suelo de conservación en la Ciudad de México para desarrollos inmobiliarios –actualmente en consulta pública–, que pretende reducirlo en casi 30 mil hectáreas.

El movimiento insiste que es urgente tomar medidas, ya que el Bosque de Agua está en riesgo inminente, por lo que las autoridades deben generar acciones inmediatas o “nos quedaremos pronto sin agua en el centro del país.

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Además, expuso, del abasto de líquido el Bosque de Agua regula el clima, mitiga la huella térmica urbana, contingencias ambientales y efectos del cambio climático; es sumidero de carbono, purifica el aire, retiene suelos, previene inundaciones, y alberga el 10% de la biodiversidad nacional, cuyos procesos ecosistémicos garantizan estos vitales beneficios ambientales, todos los cuales son insustituibles, interdependientes y están amenazados.

La IBA, fundado en el 2009, señala que los taladores organizados, que realizan acciones ilícitas e impunes, degradan al Bosque de Agua y generan un contexto de violencia e inseguridad para los pueblos que históricamente han custodiado este prodigioso territorio.

Síguenos en Facebook: La Prensa Oficial y en Twitter: @laprensaoem

Integrantes del Movimiento Bosque de Agua conformada por académicos, y organizaciones de la sociedad civil, por pueblos originarios, vecinos y organizaciones solidarias, llaman a las autoridades responsables a asumir sus atribuciones y resolver los problemas que comprometen la viabilidad ambiental, ecológica, social, económica y política de la región centro del país, donde viven más de 25 millones de personas y consumen más agua, 300 litros per cápita por día.

El Bosque de Agua es una de las zonas boscosas con mayor diversidad en flora y fauna del país. Se extiende desde el Tepozteco, la Sierra del Chichinautzin y las Lagunas de Zempoala; hasta el Ajusco, el Desierto de los Leones y la Sierra de las Cruces. Estas 235 mil hectáreas de árboles y pastizales, están amenazadas por tres ciudades que no paran de crecer: Cuernavaca, Ciudad de México y Toluca.

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Esa región ha visto reducida su extensión en 40% en los últimos 30 años. Todos esos kilómetros de nuevas viviendas y pavimento están reduciendo la superficie de infiltración de agua de lluvia. Y a menos infiltración, menos disponibilidad de agua que extraer del acuífero para llevar a la ciudad, denuncian.

En una carta enviada al presidente de la República, a la jefa de Gobierno, a los gobernadores del Estado de México y Morelos; a secretarios de Estado e instituciones del medio ambiente, senadores y diputados señalan que el Bosque de Agua es el principal benefactor de la zona más densamente poblada del país, donde vive cerca de la quinta parte de la población, en la región donde se genera 30% del producto interno bruto nacional.

Las 235 mil hectáreas de árboles y pastizales cercanas al centro del país, como las Lagunas de Zempoala, están amenazadas por tres urbes que no paran de crecer: Cuernavaca, CDMX y Toluca / Foto: Cuartoscuro

En su pronunciamiento, firmado por miles de activistas, académicos, investigadores, representantes de pueblos originarios, además de exhortar a las autoridades a actuar inmediatamente contra la devastación de la Iniciativa Bosque de Agua (IBA), también urge a la suma de esfuerzos necesarios con el gobierno para su rescate.

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La CDMX era antes un inmenso valle con muchos lagos que en algún momento se volvieron ríos y más tarde aguas negras entubadas. También sabemos que las más de 25 millones de personas que actualmente habitamos este espacio, tenemos uno de los consumos per cápita de agua más alto a nivel mundial: 300 litros por día.

Este territorio ubicado en el corazón de México, entre las urbes de Toluca, Ciudad de México, Cuernavaca y Cuautla, es en la mayor parte de su extensión propiedad de comunidades indígenas y núcleos agrarios.

Foto: Cuartoscuro

Los activistas refieren que si el Covid-19 no nos aniquiló, probablemente será la falta de agua por la deforestación ilegal de bosques y el crecimiento urbano solapado en CDMX, Morelos y El Estado de México.

Asimismo, externaron su rechazo al Programa General de Ordenamiento Territorial y al cambio de uso de suelo de conservación en la Ciudad de México para desarrollos inmobiliarios –actualmente en consulta pública–, que pretende reducirlo en casi 30 mil hectáreas.

El movimiento insiste que es urgente tomar medidas, ya que el Bosque de Agua está en riesgo inminente, por lo que las autoridades deben generar acciones inmediatas o “nos quedaremos pronto sin agua en el centro del país.

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Además, expuso, del abasto de líquido el Bosque de Agua regula el clima, mitiga la huella térmica urbana, contingencias ambientales y efectos del cambio climático; es sumidero de carbono, purifica el aire, retiene suelos, previene inundaciones, y alberga el 10% de la biodiversidad nacional, cuyos procesos ecosistémicos garantizan estos vitales beneficios ambientales, todos los cuales son insustituibles, interdependientes y están amenazados.

La IBA, fundado en el 2009, señala que los taladores organizados, que realizan acciones ilícitas e impunes, degradan al Bosque de Agua y generan un contexto de violencia e inseguridad para los pueblos que históricamente han custodiado este prodigioso territorio.

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