Debajo del Altar o Retablo de los Reyes de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México se ubica la Cripta de los Arzobispos, donde se encuentran los restos del primer obispo Fray Juan de Zumárraga, quien fue enviado con los conquistadores para la evangelización.
Hay 41 arzobispos enterrados en el lugar que se construyó por orden del Arzobispo Luís María Martínez y Rodríguez en 1937, sobre una calavera de piedra que perteneció al Templo Mayor. Los españoles acostumbraban utilizar los basamentos prehispánicos para la construcción de monumentos y templos.
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Detrás del Cristo están decenas de nichos, con tapas de cobre, donde descansan los restos de los arzobispos. Cada nicho tiene el año de inicio y término de servicio y también tiene el escudo heráldico y su nombre.
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La entrada a la cripta se localiza en el atrio poniente de la Catedral Metropolitana, ese espacio fue por la corrección geométrica de la Catedral, pues a la fecha ésta tiene 7 metros de profundidad de su construcción original.
Antes de llegar a la Cripta de los Arzobispos, se ubica una zona de criptas particulares; están ocupadas 10,672.
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