Ante las embestidas de la naturaleza como los sismos, inundaciones y desgajamientos de cerros, el fallecimiento de más de 270 mil muertes por Covid-19, temporada de huracanes, la Arquidiócesis de México convocó a la población a no desanimarse y a trabajar en el fortalecimiento del espíritu.
Resaltó que basta enumerar esos embates del medio ambiente “para darnos cuenta cómo en un abrir y cerrar de ojos, la realidad ya es otra, y su impacto no termina todavía de serenar nuestros ánimos; continúan las lluvias y apenas si nos ha dejado tiempo para reaccionar y ver como el torrente de agua ha arrasado igual vidas e ilusiones”.
En su editorial titulado “no es tiempo de desanimarnos” publicado en la Revista Desde la Fe, recordó que un sismo de 7.1 grados de magnitud, “nos hace evocar otras tragedias que han conmocionado a esta nación justamente en este mes patrio; desgajamiento de cerros que han cobrado también vidas humanas y han dejado a cientos de familias sin hogar”.
La Arquidiócesis Primada de México conminó a la ciudadanía para que ante la "metralla de sinsabores" que se ha dejado sentir en los últimos tiempos y entre los que se deben incluir la pandemia y la despenalización del aborto, se regrese a lo fundamental como lo es trabajar en unidad y solidaridad.
No es tiempo para desánimos y debilidades, sino para volver a nuestros fundamentos y desde ahí, más fortalecidos y llenos del Espíritu del Señor, seguir construyendo sobre roca firme, remarcó.
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La iglesia católica capitalina indicó que pocos momentos en la historia nos han ofrecido esta sensación, que en el mejor de los casos podríamos denominar hoy como de incertidumbre, definida ésta como: falta de seguridad, de confianza o de certeza sobre algo.
Aunado a la creciente inquietud que provoca el que no se incluya un rumbo definido sobre el cual dirigir los pasos y continuar el camino.
El análisis en este caso no amerita mayor profundidad, porque son eventos que están ante nuestra vista y que han cimbrado los aspectos en los que creíamos, como humanidad, tener garantía y soporte.
Destacó que cuando de hogares y familias se habla, la reciente ley aprobada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación en el artículo 10 bis, sobre el aborto, vuelve a poner en vilo, cuando inclusive la objeción de conciencia, está pensando ahora en catalogarse como discriminación.
“Y lo fundamental radica en no perder de vista jamás que sí sabemos hacia dónde nos dirigimos, porque el proyecto del Reino de Dios, anunciado y vivido por Jesucristo, pervive a lo largo de la historia. Y es justamente ese proyecto el que da sentido y cohesión a toda nuestra existencia y nos hace leer cada acontecimiento en clave salvífica”, aseguró.
La editorial resaltó que quienes forman parte de la Iglesia Católica, saben que es tiempo para escuchar la voz de Cristo Buen Pastor, remar mar adentro, y seguir construyendo la comunión, echando las redes de la unidad, del trabajo coordinado, de la fraternidad, de la solidaridad y como ha dicho el Papa Francisco en Fratelli Tutti, desbordando de amor hacia la gran familia humana.
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