/ martes 12 de septiembre de 2023

Con el cultivo del árbol de olivo, Sergio López quiere dejar un legado en Santiago Tulyehualco

A la fecha, hay sólo 6 productores y cerca de 12 hectáreas de olivareras

Con mucho amor y cariño a sus tierras y cultivos, Sergio López Galicia atiende sus árboles de olivo, planta arbórea que fue traído a México en 1531 por Fray Martín de Valencia, con el fin de producir localmente el aceite de oliva para los “santos óleos”, siendo Tulyehualco el primer lugar de toda América en cultivarlo.

El productor de olivo en Santiago Tulyehualco recordó que esa zona fue líder de aceituna y aceite de olivo a nivel nacional, después los habitantes comenzaron a sembrar amaranto, maíz y frijol; pero ahora él quiere dejar un legado a su pueblo, volviendo a revivir el cultivo de esta tradición olivarera, por lo que realiza un gran esfuerzo y mucho trabajo para preservarla.

Contento, el productor de 68 años de edad, dice que los olivos “son parte de mi familia, por lo que los cuido y procuro todos los días”. Cuando llego a mis tierras, “los saludo, y cuando regreso a mi casa, me despido de los olivares”.

Recordó que a los seis años de edad, su papá lo llevaba a trabajar al campo, atrás de la yunta, enderezando el maíz, la alegría o el frijol que sembraban, después creció y ya con su azadón comenzó a realizar otro tipo de trabajo; de adolescente, inició con todos los trabajos que se realizan en el campo.

Estudió la carrera de Químico Farmacéutico Biólogo y en los fines de semana trabajaba en el campo y desde hace nueve años a la fecha que se jubiló está siete días en el campo.

Describió que hace ocho años, la Conaza (Comisión Nacional de Zonas Áridas) reunió a trabajadores del agro, “somos productores de amaranto y eso nos ha hecho famosos, pero no se debe olvidar que hemos sido importantes productores de aceituna y aceite de olivo, yo fui elegido como el presidente del Grupo de los olivos del Tulyehualco, que estaba compuesto por 33 integrantes”, explicó.

FOTO: CORTESIA CORENARD

A cada uno, les entregaron arbolitos de olivo, provenientes de distintos viveros del país, muchos de los cuales conocieron; los olivos que les dieron de 60 centímetros, a la fecha, varios de ellos ya están produciendo aceitunas.

Sergio López puntualizó cómo es el crecimiento de los olivos, si fueron sembrados a través de una semilla tarda en producir su fruto de 5 a 8 años; pero si fueron sembrados a través de los esquejes (tallos pequeños o estacas que se introducen en la tierra para reproducir) tardan en producir de 3 a 5 años.

Subrayó que dentro de 8 años se van a cumplir 500 años de que se sembraron los primeros olivos en la zona. Los cuales pegaron bien en San Juan Ixtayopan, San Antonio Tecomitl y Santiago Tulyehualco, una franja de varios kilómetros.

El productor refirió que la diócesis de Xochimilco fue quien los plantó y que tuvo una gran visión; el olivo es originario del Mediterráneo, Mar Egeo, norte de África.

Y en el sur de la Ciudad de México, las variedades que dieron resultado fueron cuatro: la Arbequina, Manzanilla, Michín y Picual. Se dice que hay cerca de 100 variedades en el mundo.

Por su conocimiento han mejorado los árboles de su olivarera, ya que realiza injertos, cruces de las ramas de sus olivos, que sabe sí van a dar. “Hay variedades que son de climas más calientes, fríos o más salinos".

El olivo tarda mucho en crecer, no es como otros árboles, pero vive muchos años. “Se dice que hay uno en la Isla de Creta, que tiene 4 mil años de vida. En Tulyehualco hay algunos que en 8 años cumplirán 500 años de vida”, recalcó.

En Santiago Tulyehualco hay dos bosques con árboles centenarios que todavía están produciendo frutos; están cargados de aceituna, pero nadie los cuida.

A la fecha, en la región hay cerca de siete hectáreas sembradas de árboles de olivo, de las cuales, una hectárea es de él. En la zona, hay muchos árboles en las casas y en la zona cerril, pero no dan frutos, lo tienen para que den sombra. Y si se suman se podría decir que son cerca de 12 hectáreas.

Con nostalgia platicó que antes había ojos de agua, que incluso de niño nadó en ellos, lo que hacía que la humedad fuera favorable para el desarrollo de los olivos.

Reconoció que en la actualidad sólo hay 5 productores o 4.5, algunos los sembraron y no los cuidan, y no les producen nada.

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Muy caro producir aceite de oliva

Asegura que es caro producir aceite de olivo. “Yo tengo un poco de maquinaria, pero aún no lo produzco; fui a unas plantas de Zacatecas… Aguascalientes, donde se hace la extracción de aceite. Se hace con la pulpa de la aceituna, para que produzcan de mejor calidad es antes de que se ponga oscura, porque todas las aceitunas cuando maduran en el árbol son negras o de un violeta muy oscuro”.

Para poder producir un litro de aceite, “las aceitunas no producen la misma cantidad que todas las variedades, algunas el 3%, es decir se necesitarían 30 kilos de aceituna para producir un litro. Otras el 20%, y con 5 kilos de aceitunas de ese tipo se produce un litro de aceite”.

FOTO: CORTESIA CORENARD


“En la región, el kilo de aceituna anda arriba de los 70 pesos y, si en promedio utilizas 10 litros, ¿cuánto tendría que costar el aceite? El aceite de olivo extra virgen tiene .8% de acidez y se puede determinar con sosa en un laboratorio, cuando se tiene una alta producción, se hacen esas pruebas para poder etiquetarlo como aceite de olivo extra virgen”.

El productor reconoció que mucho del aceite que se consume en la región no es aceite de olivo, es de cártamo o de canola, o girasol con color y sabor artificial. Y quizá en muchas partes del mundo “lo bautizan”.

Él no lo produce porque no tiene un equipo de extracción de aceite de olivo, que es muy caro, “anda haciendo sus ahorros a ver si puede comprarlo, aunque ya tiene molino, sólo le falta la prensa para extraerlo”.

El año pasado produjo 1,200 kilos de aceituna, su meta es de al menos 6 mil kilos. La vende sólo en su casa pero se le acaban muy pronto, porque sus vecinos conocen la calidad de sus frutos.

Es Dueño del Sello Verde

Son pocos los productores de olivo de Tulyehualco que participan en la Feria del Olivo y la Aceituna. “Yo he visto a uno o dos, originarios del pueblo, pero la aceituna que se vende no es de la zona, y muchos de los que venden ni los conozco”.

López Galicia comentó ser el único productor de olivo en la zona que cuenta con el sello verde, que le dieron el año pasado porque sólo utiliza abonos orgánicos. Su olivarera solo ha sido fertilizada con abonos orgánicos.

Afirmó que desde hace algunos años utiliza lombricomposta, “hubo dos años que la fabriqué, tengo un tanque, y compré lombrices, cada semana les llevaba de comer puras verduras verdes, y eso lo utilizaba para el abono”.

Pero desde hace dos años, la Corenard le ha proporcionado, sin costo, la composta que fabrican y esa es la que ahora utiliza, ningún fertilizante químico.

Para sus olivos cuenta con captación de agua de lluvia, con tres cisternas; además de agua del camino, “el agua que capto de la lluvia no llega ni a la mitad para alimentar esos tanques”, que le dura para dos meses y medio.

“La aceituna de Santiago es de altura, de buena calidad y tiene muchas propiedades, organoleícas, es muy especial y su aceite sería igual de bueno”, dijo convencido.

FOTO: CORTESIA CORENARD

El productor de olivos tiene dos hijos que son ingenieros; uno en sistemas y una hija que es administradora de empresas, por lo que creen que todos pueden crear algo muy interesante para el mercado.

Corenadr apoya a productores

Por separado, el ingeniero Pedro Canales Hernández, Técnico Productivo, de la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural (Corenard), confirmó que Sergio López Galicia es uno de los olivicultores más significativos de la región, tanto por su extensión, como por la cantidad de árboles, más de 400, con una producción más estable.

Recordó que la Corenard, desde 2021, entregó 6,308 árboles; en 2022, 9 mil 527, y en este 2023, “queremos aumentar el número”.

La Comisión ha fomentado la producción del olivo ya que es planta es tolerante y susceptible a situaciones de poca humedad. Los productores tienen disposición de fomentar huertas de olivo, o bien lo utilizan como linderos.

“Nosotros tratamos de impulsar los huertos diversificados, al olivo y a otros cultivos tolerantes a las condiciones de poca humedad”. Si bien en extensión de huertas no se compite con Sonora, pero sí es importante impulsar la presencia de más sembradíos, ya que de esa manera se protege el suelo de conservación.

En la Ciudad de México hay huertas de olivo en Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta, donde se registran diversos tipos de agroecosistemas, explicó.

Aseveró que la Corenadr no tiene un censo completo de las hectáreas sembradas de olivo, pero se calcula que son 12 hectáreas, en Tláhuac, principalmente.

Igualmente dijo desconocer cuál es la producción de aceite, ya que tienen estructura para ello. Más bien se produce aceituna en fruto. Y se producen 300 kilos por hectárea, por lo que la producción no es muy alta.

Planean impulsar la olivicultura

Les han dado cursos a los productores. Se tienen planes de desarrollo de la olivicultura para mejorar la estatura de los árboles, que sean más frondosos, podas, injertos, compostas, especialistas, fertilizantes orgánicos y otras técnicas.

Parque de Los Olivos

El Parque Los Olivos, Tláhuac, concentra olivos que mandó quemar la corona española, los que sobrevivieron son los árboles centenarios que se encuentran en este jardín, indicó Pedro Canales Hernández. Está situado al sur de la Ciudad de México, dentro del Pueblo de San Juan Ixtayopan, Tláhuac.

FOTO: CORTESIA CORENARD

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Con mucho amor y cariño a sus tierras y cultivos, Sergio López Galicia atiende sus árboles de olivo, planta arbórea que fue traído a México en 1531 por Fray Martín de Valencia, con el fin de producir localmente el aceite de oliva para los “santos óleos”, siendo Tulyehualco el primer lugar de toda América en cultivarlo.

El productor de olivo en Santiago Tulyehualco recordó que esa zona fue líder de aceituna y aceite de olivo a nivel nacional, después los habitantes comenzaron a sembrar amaranto, maíz y frijol; pero ahora él quiere dejar un legado a su pueblo, volviendo a revivir el cultivo de esta tradición olivarera, por lo que realiza un gran esfuerzo y mucho trabajo para preservarla.

Contento, el productor de 68 años de edad, dice que los olivos “son parte de mi familia, por lo que los cuido y procuro todos los días”. Cuando llego a mis tierras, “los saludo, y cuando regreso a mi casa, me despido de los olivares”.

Recordó que a los seis años de edad, su papá lo llevaba a trabajar al campo, atrás de la yunta, enderezando el maíz, la alegría o el frijol que sembraban, después creció y ya con su azadón comenzó a realizar otro tipo de trabajo; de adolescente, inició con todos los trabajos que se realizan en el campo.

Estudió la carrera de Químico Farmacéutico Biólogo y en los fines de semana trabajaba en el campo y desde hace nueve años a la fecha que se jubiló está siete días en el campo.

Describió que hace ocho años, la Conaza (Comisión Nacional de Zonas Áridas) reunió a trabajadores del agro, “somos productores de amaranto y eso nos ha hecho famosos, pero no se debe olvidar que hemos sido importantes productores de aceituna y aceite de olivo, yo fui elegido como el presidente del Grupo de los olivos del Tulyehualco, que estaba compuesto por 33 integrantes”, explicó.

FOTO: CORTESIA CORENARD

A cada uno, les entregaron arbolitos de olivo, provenientes de distintos viveros del país, muchos de los cuales conocieron; los olivos que les dieron de 60 centímetros, a la fecha, varios de ellos ya están produciendo aceitunas.

Sergio López puntualizó cómo es el crecimiento de los olivos, si fueron sembrados a través de una semilla tarda en producir su fruto de 5 a 8 años; pero si fueron sembrados a través de los esquejes (tallos pequeños o estacas que se introducen en la tierra para reproducir) tardan en producir de 3 a 5 años.

Subrayó que dentro de 8 años se van a cumplir 500 años de que se sembraron los primeros olivos en la zona. Los cuales pegaron bien en San Juan Ixtayopan, San Antonio Tecomitl y Santiago Tulyehualco, una franja de varios kilómetros.

El productor refirió que la diócesis de Xochimilco fue quien los plantó y que tuvo una gran visión; el olivo es originario del Mediterráneo, Mar Egeo, norte de África.

Y en el sur de la Ciudad de México, las variedades que dieron resultado fueron cuatro: la Arbequina, Manzanilla, Michín y Picual. Se dice que hay cerca de 100 variedades en el mundo.

Por su conocimiento han mejorado los árboles de su olivarera, ya que realiza injertos, cruces de las ramas de sus olivos, que sabe sí van a dar. “Hay variedades que son de climas más calientes, fríos o más salinos".

El olivo tarda mucho en crecer, no es como otros árboles, pero vive muchos años. “Se dice que hay uno en la Isla de Creta, que tiene 4 mil años de vida. En Tulyehualco hay algunos que en 8 años cumplirán 500 años de vida”, recalcó.

En Santiago Tulyehualco hay dos bosques con árboles centenarios que todavía están produciendo frutos; están cargados de aceituna, pero nadie los cuida.

A la fecha, en la región hay cerca de siete hectáreas sembradas de árboles de olivo, de las cuales, una hectárea es de él. En la zona, hay muchos árboles en las casas y en la zona cerril, pero no dan frutos, lo tienen para que den sombra. Y si se suman se podría decir que son cerca de 12 hectáreas.

Con nostalgia platicó que antes había ojos de agua, que incluso de niño nadó en ellos, lo que hacía que la humedad fuera favorable para el desarrollo de los olivos.

Reconoció que en la actualidad sólo hay 5 productores o 4.5, algunos los sembraron y no los cuidan, y no les producen nada.

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Muy caro producir aceite de oliva

Asegura que es caro producir aceite de olivo. “Yo tengo un poco de maquinaria, pero aún no lo produzco; fui a unas plantas de Zacatecas… Aguascalientes, donde se hace la extracción de aceite. Se hace con la pulpa de la aceituna, para que produzcan de mejor calidad es antes de que se ponga oscura, porque todas las aceitunas cuando maduran en el árbol son negras o de un violeta muy oscuro”.

Para poder producir un litro de aceite, “las aceitunas no producen la misma cantidad que todas las variedades, algunas el 3%, es decir se necesitarían 30 kilos de aceituna para producir un litro. Otras el 20%, y con 5 kilos de aceitunas de ese tipo se produce un litro de aceite”.

FOTO: CORTESIA CORENARD


“En la región, el kilo de aceituna anda arriba de los 70 pesos y, si en promedio utilizas 10 litros, ¿cuánto tendría que costar el aceite? El aceite de olivo extra virgen tiene .8% de acidez y se puede determinar con sosa en un laboratorio, cuando se tiene una alta producción, se hacen esas pruebas para poder etiquetarlo como aceite de olivo extra virgen”.

El productor reconoció que mucho del aceite que se consume en la región no es aceite de olivo, es de cártamo o de canola, o girasol con color y sabor artificial. Y quizá en muchas partes del mundo “lo bautizan”.

Él no lo produce porque no tiene un equipo de extracción de aceite de olivo, que es muy caro, “anda haciendo sus ahorros a ver si puede comprarlo, aunque ya tiene molino, sólo le falta la prensa para extraerlo”.

El año pasado produjo 1,200 kilos de aceituna, su meta es de al menos 6 mil kilos. La vende sólo en su casa pero se le acaban muy pronto, porque sus vecinos conocen la calidad de sus frutos.

Es Dueño del Sello Verde

Son pocos los productores de olivo de Tulyehualco que participan en la Feria del Olivo y la Aceituna. “Yo he visto a uno o dos, originarios del pueblo, pero la aceituna que se vende no es de la zona, y muchos de los que venden ni los conozco”.

López Galicia comentó ser el único productor de olivo en la zona que cuenta con el sello verde, que le dieron el año pasado porque sólo utiliza abonos orgánicos. Su olivarera solo ha sido fertilizada con abonos orgánicos.

Afirmó que desde hace algunos años utiliza lombricomposta, “hubo dos años que la fabriqué, tengo un tanque, y compré lombrices, cada semana les llevaba de comer puras verduras verdes, y eso lo utilizaba para el abono”.

Pero desde hace dos años, la Corenard le ha proporcionado, sin costo, la composta que fabrican y esa es la que ahora utiliza, ningún fertilizante químico.

Para sus olivos cuenta con captación de agua de lluvia, con tres cisternas; además de agua del camino, “el agua que capto de la lluvia no llega ni a la mitad para alimentar esos tanques”, que le dura para dos meses y medio.

“La aceituna de Santiago es de altura, de buena calidad y tiene muchas propiedades, organoleícas, es muy especial y su aceite sería igual de bueno”, dijo convencido.

FOTO: CORTESIA CORENARD

El productor de olivos tiene dos hijos que son ingenieros; uno en sistemas y una hija que es administradora de empresas, por lo que creen que todos pueden crear algo muy interesante para el mercado.

Corenadr apoya a productores

Por separado, el ingeniero Pedro Canales Hernández, Técnico Productivo, de la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural (Corenard), confirmó que Sergio López Galicia es uno de los olivicultores más significativos de la región, tanto por su extensión, como por la cantidad de árboles, más de 400, con una producción más estable.

Recordó que la Corenard, desde 2021, entregó 6,308 árboles; en 2022, 9 mil 527, y en este 2023, “queremos aumentar el número”.

La Comisión ha fomentado la producción del olivo ya que es planta es tolerante y susceptible a situaciones de poca humedad. Los productores tienen disposición de fomentar huertas de olivo, o bien lo utilizan como linderos.

“Nosotros tratamos de impulsar los huertos diversificados, al olivo y a otros cultivos tolerantes a las condiciones de poca humedad”. Si bien en extensión de huertas no se compite con Sonora, pero sí es importante impulsar la presencia de más sembradíos, ya que de esa manera se protege el suelo de conservación.

En la Ciudad de México hay huertas de olivo en Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta, donde se registran diversos tipos de agroecosistemas, explicó.

Aseveró que la Corenadr no tiene un censo completo de las hectáreas sembradas de olivo, pero se calcula que son 12 hectáreas, en Tláhuac, principalmente.

Igualmente dijo desconocer cuál es la producción de aceite, ya que tienen estructura para ello. Más bien se produce aceituna en fruto. Y se producen 300 kilos por hectárea, por lo que la producción no es muy alta.

Planean impulsar la olivicultura

Les han dado cursos a los productores. Se tienen planes de desarrollo de la olivicultura para mejorar la estatura de los árboles, que sean más frondosos, podas, injertos, compostas, especialistas, fertilizantes orgánicos y otras técnicas.

Parque de Los Olivos

El Parque Los Olivos, Tláhuac, concentra olivos que mandó quemar la corona española, los que sobrevivieron son los árboles centenarios que se encuentran en este jardín, indicó Pedro Canales Hernández. Está situado al sur de la Ciudad de México, dentro del Pueblo de San Juan Ixtayopan, Tláhuac.

FOTO: CORTESIA CORENARD

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