/ miércoles 4 de marzo de 2020

Habilidad y conocimientos para salvar vidas, la clave: Ernesto Hernández Colín, del ERUM

Hicieron exitoso rescate de un bebé abandonado entre paredes

La destreza, rapidez, experiencia, capacitación, habilidad y conocimientos llevaron al personal del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM) y del Heroico Cuerpo de Bomberos a realizar el heroico rescate de una recién nacida abandonada y arrojada entre dos paredes de concreto.

“En lo personal, muy satisfecho porque se logró el salvamento de un menor (…) hicimos la labor y lo hicimos de manera adecuada. Se entregó con vida al hospital en mejores condiciones en las que estaba”, narró Carlos Ernesto Hernández Colin Subdirector de Salvamento y Rescate del ERUM.

El recuperar con vida a la menor de aproximadamente 24 horas de nacida fue una experiencia que quedó marcada en la memoria de los 14 socorristas que participaron en las acciones.

Durante una entrevista con LA PRENSA, los técnicos en urgencias médicas que lideraron el rescate afirmaron que se encuentran “totalmente satisfechos” con el resultado, ya que la víctima logró llegar al hospital con un buen estado de salud.

El hecho de preservar la vida del ser humano no dio tiempo de pensar en los motivos que orillaron a la madre a cometer tal acto, discriminando la conexión espiritual de progenitora y su descendiente.

A través de las dos paredes de concreto y entre los escombros de madera, metal y demás residuos, los rescatistas encontraron señales de vida y con ello, motivos para trabajar rápida y arduamente para lograr salvar la vida de una persona.

La tarde del pasado 3 de marzo, personal del ERUM y del HCB encontraron -a una distancia de tres metros hacia abajo, desde la azotea de un domicilio- el cuerpo de la víctima.

Gracias a su profesionalización y experiencia, los rescatistas pusieron en marcha los protocolos de actuación para este tipo de escenarios.

En una primera instancia, intentaron descender a dos mujeres entre una distancia de 30 centímetros aproximadamente.Al notar que dicha estrategia no podría ser empleada, optaron por localizar al propietario de uno de los inmuebles involucrados para que otorgara el permiso de perforar sus muros.

Luego de obtener la autorización, ocho elementos del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM) y tres del Heroico Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de México comenzaron a quebrantar una pared.

Toda vez que se localizó el cuerpo de la recién nacida, los rescatistas optaron por no utilizar herramientas eléctricas o hidráulicas ya que la estructura podría colapsar y atrapar a la menor.

Con un trabajo manual y minucioso, los socorristas lograron abrir una brecha hasta llegar con la bebé; luego de liberarla, paramédicos la cubrieron con mantas térmicas y la trasladaron a un hospital infantil cercano.


La destreza, rapidez, experiencia, capacitación, habilidad y conocimientos llevaron al personal del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM) y del Heroico Cuerpo de Bomberos a realizar el heroico rescate de una recién nacida abandonada y arrojada entre dos paredes de concreto.

“En lo personal, muy satisfecho porque se logró el salvamento de un menor (…) hicimos la labor y lo hicimos de manera adecuada. Se entregó con vida al hospital en mejores condiciones en las que estaba”, narró Carlos Ernesto Hernández Colin Subdirector de Salvamento y Rescate del ERUM.

El recuperar con vida a la menor de aproximadamente 24 horas de nacida fue una experiencia que quedó marcada en la memoria de los 14 socorristas que participaron en las acciones.

Durante una entrevista con LA PRENSA, los técnicos en urgencias médicas que lideraron el rescate afirmaron que se encuentran “totalmente satisfechos” con el resultado, ya que la víctima logró llegar al hospital con un buen estado de salud.

El hecho de preservar la vida del ser humano no dio tiempo de pensar en los motivos que orillaron a la madre a cometer tal acto, discriminando la conexión espiritual de progenitora y su descendiente.

A través de las dos paredes de concreto y entre los escombros de madera, metal y demás residuos, los rescatistas encontraron señales de vida y con ello, motivos para trabajar rápida y arduamente para lograr salvar la vida de una persona.

La tarde del pasado 3 de marzo, personal del ERUM y del HCB encontraron -a una distancia de tres metros hacia abajo, desde la azotea de un domicilio- el cuerpo de la víctima.

Gracias a su profesionalización y experiencia, los rescatistas pusieron en marcha los protocolos de actuación para este tipo de escenarios.

En una primera instancia, intentaron descender a dos mujeres entre una distancia de 30 centímetros aproximadamente.Al notar que dicha estrategia no podría ser empleada, optaron por localizar al propietario de uno de los inmuebles involucrados para que otorgara el permiso de perforar sus muros.

Luego de obtener la autorización, ocho elementos del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM) y tres del Heroico Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de México comenzaron a quebrantar una pared.

Toda vez que se localizó el cuerpo de la recién nacida, los rescatistas optaron por no utilizar herramientas eléctricas o hidráulicas ya que la estructura podría colapsar y atrapar a la menor.

Con un trabajo manual y minucioso, los socorristas lograron abrir una brecha hasta llegar con la bebé; luego de liberarla, paramédicos la cubrieron con mantas térmicas y la trasladaron a un hospital infantil cercano.


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