A las carreras y aprovechando la hora de comida o un “break” en su jornada de trabajo, las personas de 50 a 59 años que habitan en la zona norte de la alcaldía de Cuauhtémoc acudieron a la Biblioteca Vasconcelos para recibir la vacuna de Pfizer contra el Covid-19.
Personal del gobierno capitalino encargado de la vacunación estimó que la sede de la Biblioteca Vasconcelos recibió a lo largo de la semana que termina alrededor de 5 mil a 8 mil personas al día.
El trato es ágil, impersonal y bastante mecanizado. Los que traían impreso su registro se formaron en una fila, los que no hicieron registro previo en otra, pero ambas filas avanzaban rápidamente y casi a la par.
Personal del gobierno capitalino y de los llamados servidores de la nación hacían las indicaciones para ordenar la fila. Las personas entran a la Biblioteca Vasconcelos y son canalizadas con funcionarios que anotarán los datos de la vacuna que se va a aplicar en ese momento.
Luego, las personas pasan a otra área donde se organizan grupos de siete a ocho personas para recibir la vacuna. Ahí, se brinda información sobre el tipo de vacuna que se aplicará, las reacciones que puede generar y las medidas que se deben tomar en caso de presentar alguna de ellas, además del periodo que deberá transcurrir para recibir la segunda dosis.
Las personas que ya se vacunaron pasan a otra área, donde esperarán un lapso de 20 a 25 minutos en espera de no presentar alguna reacción.
Para amenizar la espera, los funcionarios del gobierno de la Ciudad de México piden a las personas vacunadas levantarse de sus asientos y seguir sus movimientos de baile que fueron acompañados por las canciones del grupo Menudo, como Claridad y Súbete a Mi Moto.
El momento fugas de relajación ha pasado, el personal de la sede vacunadora vuelve a preguntar si alguien se siente mal, solo una mujer levanta la mano e inmediatamente acuden dos enfermeras a tomarle la presión. Se quedan un rato con ella.
Los demás empiezan a retirarse, salen de la Biblioteca Vasconcelos y se pierden en el bullicio urbano de la zona de Buenavista, donde convergen estaciones del Metro, Metrobus, Tren Suburbano, Avenida Insurgentes, contraflujo del Eje 1 Norte, todo tipo de puestos ambulantes y un gran número de personas en situación de calle y consumidores de sustancias que pide dinero a todos aquellos que se cruzan a su paso.
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