Desde hace muchos muchos, las mariposas negras están catalogadas como un símbolo de mal augurio, y en la antigua Mesoamérica el significado era más complicado.
En Oaxaca, los zapotecos prehispánicos se impactaron por la capacidad de transformar de un organismo en su ciclo de vida (la llamada metamorfosis) y fue utilizada en vasijas funerarias.
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Ocasionalmente, en las vasijas mezclaban elementos de las mariposas con otros animales para mostrar la capacidad del alma del fallecido para transformarse en un animal espiritual.
De estos ritos y costumbres surgen creencias entre pobladores de Valles Centrales de Oaxaca, una de ellas, que la polilla negra se relaciona con las almas de los muertos, y por añadidura, con muerte y mal presagio.
Para entender el significado de la mariposa negra, se debe concebir como elemento de la antigua cosmovisión zapoteca, donde un pilar de su religión era el culto o veneración de los ancestros, que implica que el alma de los fallecidos era considerada intermediaria entre los vivos y lo sobrenatural.
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Las familias invocaban a las almas de sus antepasados o familiares fallecidos para pedirles sus necesidades, tales como la lluvia, salud, fertilidad o protección.
Como parte de su estudio “Significado de la mariposa en la imaginería zapoteca”, el especialista Robert Markens, del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, en Oaxaca, recordó que el ex rector y arqueólogo de la UNAM, Alfonso Caso, hizo grandes contribuciones al conocimiento de las culturas mesoamericanas precolombinas, en especial del área oaxaqueña, y fue el primer arqueólogo en descubrir o identificar el signo de la mariposa en las vasijas efigie funerarias.
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