/ domingo 17 de febrero de 2019

Se agrava la crisis en Cruz Azul

La Prensa en línea

Poco queda del Cruz Azul dominante del torneo anterior. Elprimer tercio de la campaña ha sido bastante flojo para elsubcampeón. Apenas dos victorias en siete juegos y una racha detres partidos al hilo sin conocer la victoria.

A media semana, Pedro Caixinha invitó a cenar a sus delanteros.El risotto fue parte del menú, pero parece que al final noresultó tan benéfico, ya que, aunque Caraglio se reencontró conel gol, no fue suficiente.

Santos vino de atrás y con goles de Nervo y Preciado remontó yse llevó los tres puntos a la Laguna, con el 1-2 final en elAzteca.

Un desierto Coloso de Santa Úrsula despidió con silbidos aunos cementeros que están extraviados y no se ve por donde retomenla forma.

PEGÓ, PERO…

Ante un Estadio Azteca que registró nuevamente una pésimaentrada, Cruz Azul volvió a casa para tratar de reencontrarse consu mejor futbol y sumar tres, luego de dos partidos de no hacerlo.Sin embargo, Santos no sería un rival sencillo para unos celestesque se han mostrado irreconocibles respecto a la campañaanterior.

Orbelín Pineda se animó a ser ese hombre desequilibrante queLa Máquina necesita ante la ausencia de Elías Hernández. “ElMaguito” se había metido franco y con ventaja al área lagunera,y cuando se disponía a terminar su jugada, Javier Abella cerró deforma providencial con una barrida que alejó el peligro de suárea.

Luego de eso, el duelo cayó en una laguna de inoperancia porparte de ambas escuadras, hasta que Milton Caraglio le pusofin.

Una gran acción colectiva mandó adelante al Azul. Pase deAldrete al movimiento de Rodríguez, “El Cabecita” aceleró yse metió casi hasta la cocina a toda velocidad para tocar sobre lamarcha al movimiento del delantero argentino, quien simplementetuvo que desviar la trayectoria para mandarla al fondo de la red.¡Gol de Cruz Azul! El risotto de Caixinha funcionaba, ya que elargentino no anotaba desde la vuelta de la semifinal contraMonterrey del certamen pasado.

Poco les duraría poco el gusto a los locales. Y es que losGuerreros, que poco y nada habían atacado, se encontraron rápidocon la igualada gracias a Martín Nervo. El defensa central sesumó al ataque y tras un remate al poste de Rivas, se posicionóen la zona adecuada para recibir un pase del propio Ulises ydefinir de primera. La bola no llevaba mucho, pero un desvío deDomínguez terminó por hacer que besara la red. Los de la Lagunaempataban con una dosis de mala suerte para los locales que noterminaría ahí.

DIO LA VUELTA

Y es que tan pronto como empezó el segundo tiempo, PabloAguilar no pudo despejar una pelota elevada y, en lugar de eso, larebanó. Detrás de él, Ayrton Preciado agradeció el regalito yvenció en el mano a mano a Corona. La voltereta había llegado aSanta Úrsula.

El mismo Aguilar se quiso sacar la espina y estuvo a nada dehacerlo cuando se fue a rematar en un tiro de esquina, conectó conla cabeza, mas no pudo marcar gracias a la buena ubicación delportero Orozco.

Urgido por evitar un juego más sin ganar, Cruz Azul se fue alabordaje en busca del empate. Caixinha echó mano de Domínguez,Cauteruccio y Zúñiga para refrescar su ataque. Santos aceptó elrol de juego que le tocaría y se dispuso a esperar un contragolpeque liquidara el asunto. Las cartas estaban jugadas por parte delos dos bandos.

La música de viento de los pocos azules que se dieron cita enel estadio despidió a Cruz Azul. El técnico portuguésnecesitará más que risotto para enderezar el barco.

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Poco queda del Cruz Azul dominante del torneo anterior. Elprimer tercio de la campaña ha sido bastante flojo para elsubcampeón. Apenas dos victorias en siete juegos y una racha detres partidos al hilo sin conocer la victoria.

A media semana, Pedro Caixinha invitó a cenar a sus delanteros.El risotto fue parte del menú, pero parece que al final noresultó tan benéfico, ya que, aunque Caraglio se reencontró conel gol, no fue suficiente.

Santos vino de atrás y con goles de Nervo y Preciado remontó yse llevó los tres puntos a la Laguna, con el 1-2 final en elAzteca.

Un desierto Coloso de Santa Úrsula despidió con silbidos aunos cementeros que están extraviados y no se ve por donde retomenla forma.

PEGÓ, PERO…

Ante un Estadio Azteca que registró nuevamente una pésimaentrada, Cruz Azul volvió a casa para tratar de reencontrarse consu mejor futbol y sumar tres, luego de dos partidos de no hacerlo.Sin embargo, Santos no sería un rival sencillo para unos celestesque se han mostrado irreconocibles respecto a la campañaanterior.

Orbelín Pineda se animó a ser ese hombre desequilibrante queLa Máquina necesita ante la ausencia de Elías Hernández. “ElMaguito” se había metido franco y con ventaja al área lagunera,y cuando se disponía a terminar su jugada, Javier Abella cerró deforma providencial con una barrida que alejó el peligro de suárea.

Luego de eso, el duelo cayó en una laguna de inoperancia porparte de ambas escuadras, hasta que Milton Caraglio le pusofin.

Una gran acción colectiva mandó adelante al Azul. Pase deAldrete al movimiento de Rodríguez, “El Cabecita” aceleró yse metió casi hasta la cocina a toda velocidad para tocar sobre lamarcha al movimiento del delantero argentino, quien simplementetuvo que desviar la trayectoria para mandarla al fondo de la red.¡Gol de Cruz Azul! El risotto de Caixinha funcionaba, ya que elargentino no anotaba desde la vuelta de la semifinal contraMonterrey del certamen pasado.

Poco les duraría poco el gusto a los locales. Y es que losGuerreros, que poco y nada habían atacado, se encontraron rápidocon la igualada gracias a Martín Nervo. El defensa central sesumó al ataque y tras un remate al poste de Rivas, se posicionóen la zona adecuada para recibir un pase del propio Ulises ydefinir de primera. La bola no llevaba mucho, pero un desvío deDomínguez terminó por hacer que besara la red. Los de la Lagunaempataban con una dosis de mala suerte para los locales que noterminaría ahí.

DIO LA VUELTA

Y es que tan pronto como empezó el segundo tiempo, PabloAguilar no pudo despejar una pelota elevada y, en lugar de eso, larebanó. Detrás de él, Ayrton Preciado agradeció el regalito yvenció en el mano a mano a Corona. La voltereta había llegado aSanta Úrsula.

El mismo Aguilar se quiso sacar la espina y estuvo a nada dehacerlo cuando se fue a rematar en un tiro de esquina, conectó conla cabeza, mas no pudo marcar gracias a la buena ubicación delportero Orozco.

Urgido por evitar un juego más sin ganar, Cruz Azul se fue alabordaje en busca del empate. Caixinha echó mano de Domínguez,Cauteruccio y Zúñiga para refrescar su ataque. Santos aceptó elrol de juego que le tocaría y se dispuso a esperar un contragolpeque liquidara el asunto. Las cartas estaban jugadas por parte delos dos bandos.

La música de viento de los pocos azules que se dieron cita enel estadio despidió a Cruz Azul. El técnico portuguésnecesitará más que risotto para enderezar el barco.

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