Nuevamente la afición de Pumas “tomó por asalto” las gradas del Estadio Azteca, a pesar de que el sonido local trató de silenciar los “goyas” de la porra universitaria que a los 20 minutos de cada tiempo hacía vibrar el Coloso de Santa Úrsula.
A pesar de que los universitarios se encontraban de visita en el nido de las Águilas del América, los del Pedregal nuevamente como en cada clásico, las porras de Pumas hacían retumbar las instalaciones del estadio dos veces mundialista.
Como en cada encuentro, dentro y fuera de casa, las porras universitarias no dejaron de escucharse a pesar de que no se les asignó una zona en especial, como ocurre con los seguidores de los equipos que visitan el estadio de Ciudad Universitaria y desde la parte alta del Azteca, frente a las bancas, no dejaron de alentar a la escuadra auriazul.
Desde que arribaron al Coloso de Santa Úrsula, los seguidores de los universitarios no dejaron de cantar ni de entonar el Himno Deportivo Universitario antes de iniciar el encuentro, además de los goyas y cánticos con dedicatoria a la escuadra americanista.
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Los seguidores universitarios se organizaron antes del juego y acordaron que al minuto 20 de cada tiempo se lanzaría un Goya más fuerte de lo normal, pero el sonido local intentó apagar el grito de las porras, lo que no consiguió de manera total.
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Los gritos y porras universitarias aumentaron en el momento de la anotación de los Pumas; sin embargo, minutos después el América logró empate con un polémico penalty cobrado por Henry Martín, y sólo así bajó la intensidad del apoyo a los del Pedregal.
De esa manera y como a ocurrido en cada encuentro entre Pumas y América en el Estadio Azteca, los universitarios se sienten como en casa.
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