Los hechos de violencia que se generaron el pasado jueves en distintos puntos de la ciudad de Culiacán, en el estado de Sinaloa, por la captura de Ovidio Guzmán López, hijo del narcotraficante preso en Estados Unidos, Joaquín Guzmán, “El Chapo”, dejaron en evidencia al gobierno mexicano y lo mostraron no solamente en nuestro país sino en el mundo como un gobierno tibio e inoperante, pues cedió a los caprichos de un grupo criminal y dejó en libertad al hijo del conocido narcotraficante, según lo afirmó el Secretario de Seguridad Federal, Alfonso Durazo, porque las fuerzas federales fueron superadas por estos delincuentes y se evitó que se registraran hechos de violencia y asesinatos.
Increíble, ¿no lo cree usted, amigo lector?, no es posible que grupos delincuenciales como el Cártel de Sinaloa actúen a su antojo y sean capaces de manejar y hasta dar órdenes a quienes se supone que están para brindar seguridad a los ciudadanos y evitar que estos grupos delincuenciales hagan de las suyas.
Esta acción, amigo lector, fue verdaderamente vergonzosa y sin duda representa un punto oscuro para el Gobierno de López Obrador, pues hasta donde tengo uso de razón nunca se había visto que un grupo criminal pasara por encima de un gobierno; y, lo que es peor, que le demostrara que ellos tienen el poder.
Las imágenes fueron elocuentes, después de que elementos del Ejército detuvieron a Ovidio Guzmán y lo llevaban en calidad de detenido a las instalaciones de la Fiscalía Sinaloense, integrantes de su organización criminal comenzaron a protagonizar una serie de hechos de violencia, bloquearon carreteras, quemaron vehículos, provocaron la fuga de 27 reos de un penal, se enfrentaron a balazos con elementos del Ejército y de la fuerza pública, lo que dejó como resultado ocho personas muertas y decenas de lesionadas y en general fueron causantes de que ciudadanos de esa entidad vivieran momentos de pánico y terror, todo ello a su antojo y sin que nadie los controlara para exigir la liberación del hijo del “Chapo” Guzmán, lo cual finalmente sucedió porque al gobierno “le tembló la mano” y se mostró incapaz y hasta temeroso para ponerles un alto. Nos leemos el próximo domingo. alvarovem@hotmail.com