/ domingo 28 de febrero de 2021

Pandemia genera estrés laboral

Consejero de empresas y consorcios de carácter multinacional, así como Fundador de la asociación civil Dime y Juntos lo Hacemos


El coronavirus sigue afectando a la sociedad de diferentes formas y ha impuesto nuevas formas de organización y de trabajo, destacando el home office y la prestación de servicios online.

A pesar de que el semáforo epidemiológico ha permitido una reactivación gradual de actividades económicas, buena parte de las personas sigue laborando en la modalidad de teletrabajo o esquema mixto (casa y oficina).

Miles de empleados bajo el esquema home office enfrentan la pérdida de libertad, limitado desarrollo profesional, exigencia para estar conectados 24/7 (incluyendo fines de semana), presión emocional, deficientes relaciones interpersonales e incertidumbre respecto a si continuarán conservando sus empleos, lo que contribuye al aumento de estados de estrés, depresión, ansiedad o insomnio.

En México, el 75% de la fuerza laboral sufre estrés, mismo que se refleja en cardiopatías, trastornos digestivos, aumento de la tensión arterial, dolor de cabeza y trastornos músculo-esqueléticos, entre otros síntomas. Estas situaciones relacionadas con la salud, pocas veces se externan a jefes inmediatos, debido al miedo a ser destituidos de los empleos. Casos como los que se refieren, causan frustración, misma que puede descargarse en la pareja, hijos, padres u otros familiares.

El miedo, irritabilidad, mal humor, frustración, percepción negativa de la realidad, agotamiento e intolerancia de los colaboradores, también acarrea problemas a las empresas, al registrar disminuciones en la productividad y aumento de riesgo de accidentes laborales. Lo anterior, propicia gastos y pérdidas económicas que repercuten en la rentabilidad de las empresas.

Los trabajadores requieren promover su bienestar emocional a través de actitudes positivas, autoestima, resiliencia, relaciones auténticas y duraderas, así como aprender a gestionar sus tareas.

Las empresas necesitan transmitir a sus trabajadores confianza y seguridad, comunicación y empatía, conciliación de cargas de trabajo, establecer horarios de disponibilidad, determinar objetivos en plazos razonables y promover estrategias enfocadas al bienestar emocional de sus equipos de trabajo, ya que al final esto repercutirá en un aumento de la productividad.

El promover la desconexión digital en horarios y días similares a la jornada laboral, permitirá tener descanso, respirar profundamente, mantener el control, organizar pendientes, realizar cosas que se disfruten, hacer ejercicio, lo que permitirá que las personas puedan equilibrar su vida de manera armoniosa.

Aunque el futuro es incierto, cuando se supere la pandemia y llegue la normalidad, habrá que crear nuevos escenarios que permitan aumentar la productividad de las empresas y nuevas condiciones laborales para los trabajadores.

Consejero de empresas y consorcios de carácter multinacional, así como Fundador de la asociación civil Dime y Juntos lo Hacemos


El coronavirus sigue afectando a la sociedad de diferentes formas y ha impuesto nuevas formas de organización y de trabajo, destacando el home office y la prestación de servicios online.

A pesar de que el semáforo epidemiológico ha permitido una reactivación gradual de actividades económicas, buena parte de las personas sigue laborando en la modalidad de teletrabajo o esquema mixto (casa y oficina).

Miles de empleados bajo el esquema home office enfrentan la pérdida de libertad, limitado desarrollo profesional, exigencia para estar conectados 24/7 (incluyendo fines de semana), presión emocional, deficientes relaciones interpersonales e incertidumbre respecto a si continuarán conservando sus empleos, lo que contribuye al aumento de estados de estrés, depresión, ansiedad o insomnio.

En México, el 75% de la fuerza laboral sufre estrés, mismo que se refleja en cardiopatías, trastornos digestivos, aumento de la tensión arterial, dolor de cabeza y trastornos músculo-esqueléticos, entre otros síntomas. Estas situaciones relacionadas con la salud, pocas veces se externan a jefes inmediatos, debido al miedo a ser destituidos de los empleos. Casos como los que se refieren, causan frustración, misma que puede descargarse en la pareja, hijos, padres u otros familiares.

El miedo, irritabilidad, mal humor, frustración, percepción negativa de la realidad, agotamiento e intolerancia de los colaboradores, también acarrea problemas a las empresas, al registrar disminuciones en la productividad y aumento de riesgo de accidentes laborales. Lo anterior, propicia gastos y pérdidas económicas que repercuten en la rentabilidad de las empresas.

Los trabajadores requieren promover su bienestar emocional a través de actitudes positivas, autoestima, resiliencia, relaciones auténticas y duraderas, así como aprender a gestionar sus tareas.

Las empresas necesitan transmitir a sus trabajadores confianza y seguridad, comunicación y empatía, conciliación de cargas de trabajo, establecer horarios de disponibilidad, determinar objetivos en plazos razonables y promover estrategias enfocadas al bienestar emocional de sus equipos de trabajo, ya que al final esto repercutirá en un aumento de la productividad.

El promover la desconexión digital en horarios y días similares a la jornada laboral, permitirá tener descanso, respirar profundamente, mantener el control, organizar pendientes, realizar cosas que se disfruten, hacer ejercicio, lo que permitirá que las personas puedan equilibrar su vida de manera armoniosa.

Aunque el futuro es incierto, cuando se supere la pandemia y llegue la normalidad, habrá que crear nuevos escenarios que permitan aumentar la productividad de las empresas y nuevas condiciones laborales para los trabajadores.