/ martes 21 de mayo de 2024

OPINIÓN POR VICENTE GUTIÉRREZ CAMPOSECO | Doble impuesto a SAT y Narco

En México, el costo de la Canasta Alimentaria Básica ha experimentado un aumento significativo en los últimos cinco años. Según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), desde 2019 hasta la fecha, la Canasta Alimentaria Básica ha aumentado un 69%. Esto afecta directamente a los que menos tienen, en la línea de Pobreza Extrema, ya que representa el ingreso minúsculo necesario para cubrir los niveles mínimos de bienestar. Lamentablemente para los mexicanos y, en especial para los que viven en pobreza extrema, el alza desmedida a la leche, el huevo, el pan, la tortilla, la carne, las frutas y legumbres; la canasta básica pues, se debe principalmente al pago de derecho de piso, la extorsión del crimen organizado y el imparable robo de productos transportados vía terrestre.

Es tan evidente e inaudito el tema de inseguridad en México que, ahora, las organizaciones criminales actuantes en nuestro país, intimidan a directivos y padres de familia de escuelas, en todos sus niveles, a efecto de cobrar derecho de piso sin que alguna autoridad diga “esta boca es mía” o haga algo para detener la doble tributación que enfrentan los productores, distribuidores y comercializadores, debido a la creciente ola de corrupción e impunidad que vivimos en la producción de alimentos y otros mucho productos más. El derecho de piso que cobra el crimen organizado a los productores y comerciantes para garantizar su seguridad, disparo el precio final de alimentos, productos básicos y servicios en nuestra nación.

“El crimen organizado se convirtió en un cártel económico que determina la producción, distribución, ventas y precios”, denunció el coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (LACEN) de la UNAM, Ignacio Martínez Cortés. Señaló que el precio de las frutas, verduras, legumbres, pollo, huevo y carnes se incrementa de 40 a 65 pesos, por kilo, para cubrir el costo de las extorsiones que pagan los productores, distribuidores, transportistas y comerciantes al menudeo a los delincuentes.

El especialista de la UNAM denunció que en productos tan emblemáticos como el pollo, limón y aguacate, los consumidores pagan un sobreprecio de 50% y 60%, respectivamente, que literalmente alimenta y agrava el problema de la inflación. Sume usted querido lector que, derivado de la situación de inseguridad que hay en el país, empresas dedicadas a la extracción de arena y grava se han visto afectadas por el “cobro del derecho de piso”, lo que finalmente repercute de manera directa en el alza de estos insumos para los constructores y desarrolladores de vivienda en más de un cien por ciento en el costo del metro cúbico de cualquiera de los materiales que se usas en el sector.

El doble impuesto que hoy pagamos los mexicanos de bien más el robo de identidad, secuestros y amenazas telefónicas: las extorsiones pues alcanzan cifras récord. El país registró 11.407 víctimas de extorsión el año pasado, un incremento del 13,3% respecto a 2022, según las estadísticas oficiales. Muy lamentable.


En México, el costo de la Canasta Alimentaria Básica ha experimentado un aumento significativo en los últimos cinco años. Según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), desde 2019 hasta la fecha, la Canasta Alimentaria Básica ha aumentado un 69%. Esto afecta directamente a los que menos tienen, en la línea de Pobreza Extrema, ya que representa el ingreso minúsculo necesario para cubrir los niveles mínimos de bienestar. Lamentablemente para los mexicanos y, en especial para los que viven en pobreza extrema, el alza desmedida a la leche, el huevo, el pan, la tortilla, la carne, las frutas y legumbres; la canasta básica pues, se debe principalmente al pago de derecho de piso, la extorsión del crimen organizado y el imparable robo de productos transportados vía terrestre.

Es tan evidente e inaudito el tema de inseguridad en México que, ahora, las organizaciones criminales actuantes en nuestro país, intimidan a directivos y padres de familia de escuelas, en todos sus niveles, a efecto de cobrar derecho de piso sin que alguna autoridad diga “esta boca es mía” o haga algo para detener la doble tributación que enfrentan los productores, distribuidores y comercializadores, debido a la creciente ola de corrupción e impunidad que vivimos en la producción de alimentos y otros mucho productos más. El derecho de piso que cobra el crimen organizado a los productores y comerciantes para garantizar su seguridad, disparo el precio final de alimentos, productos básicos y servicios en nuestra nación.

“El crimen organizado se convirtió en un cártel económico que determina la producción, distribución, ventas y precios”, denunció el coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (LACEN) de la UNAM, Ignacio Martínez Cortés. Señaló que el precio de las frutas, verduras, legumbres, pollo, huevo y carnes se incrementa de 40 a 65 pesos, por kilo, para cubrir el costo de las extorsiones que pagan los productores, distribuidores, transportistas y comerciantes al menudeo a los delincuentes.

El especialista de la UNAM denunció que en productos tan emblemáticos como el pollo, limón y aguacate, los consumidores pagan un sobreprecio de 50% y 60%, respectivamente, que literalmente alimenta y agrava el problema de la inflación. Sume usted querido lector que, derivado de la situación de inseguridad que hay en el país, empresas dedicadas a la extracción de arena y grava se han visto afectadas por el “cobro del derecho de piso”, lo que finalmente repercute de manera directa en el alza de estos insumos para los constructores y desarrolladores de vivienda en más de un cien por ciento en el costo del metro cúbico de cualquiera de los materiales que se usas en el sector.

El doble impuesto que hoy pagamos los mexicanos de bien más el robo de identidad, secuestros y amenazas telefónicas: las extorsiones pues alcanzan cifras récord. El país registró 11.407 víctimas de extorsión el año pasado, un incremento del 13,3% respecto a 2022, según las estadísticas oficiales. Muy lamentable.