Se supone que en las redes sociales hay una libertad casi infinita para expresarse, con excepción de frases que inciten al odio, pornografía, material sexualmente explícito y agresiones a las personas, casi nada.
Pese a todo, estas han servido para que el país se polarice y mientras unos se acusan de fifís y otros de chairos, el intercambio de mensajes es enorme, se dan con todo y se acusan de todo.
Ah, pero no le llegue a doler a alguno una frase, porque de inmediato lo acusan para que le bajen la cuenta o al menos le coloquen un shadowbaner en twitter a fin de que nadie lo lea o lo bajen de Facebook.
Quien ya probó esto es una supuesta piloto de Interjet, identificada como Ximena “N” que el 15 de septiembre se sintió eufórica por la fiesta y sin pensarlo escribió:
“Debería de caer una bomba en el Zócalo… nos harían un favor a todos. #VivaMéxico”.
Y agregó un posdata:
“Si les molestas mis comentarios bórrenme, crean me vale dos pesos”.
Luego de esto, no faltó quien se sintiera ofendido profundamente, que su mensaje fue compartido y respondido con toda clase de adjetivos para la joven.
Los mensajes no cesaron, además arrobaron a la línea aérea para la cual supuestamente trabaja, misma que se vio obligada a emitir un comunicado, donde sostiene que las afirmaciones de ella no son compartidas por la empresa.
La línea aérea lamentó las frases e indicó que la publicación de su colaboradora: no representa los valores, visión y posición de la empresa.
Pero los detractores de la emisora del mensaje no se conformaron y exigen que la corran de esta línea aérea.
Sobre ello, Interjet dijo que investiga de manera interna el caso, en tanto ella se volvió trending topic con al hashtag #Ladybomba y #ladyterrorista aunque otro sector de esta red social la apoya con el hashtag #TodosSomosXimena.
Aguas con lo que vertimos en las redes sociales.
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