/ viernes 15 de noviembre de 2019

¿Eso es la autonomía de la UNAM?

Durante mucho tiempo, diversos grupos han tratado de explicarse lo que significa la autonomía de la Universidad Nacional Autónoma (UNAM), como si esto le concediera a ésta un régimen de excepción y por ende un espacio alejado de las leyes y normas que rigen esta ciudad, con este falso discurso existen casos como el ocurrido la tarde de este jueves, cuando un grupo de embozados arremetieron contra la Rectoría de la UNAM en la Ciudad Universitaria y además contra la Bandera Nacional.


Y no se trata de crucificar la libertad de expresión y enarbolar un extremo patriotismo, sino de dar el valor que cada acto merece.
La autonomía, como bien lo dijo Don Miguel León Portilla para la Revista de la Universidad de México, “es uno de los más grandes logros” para este lugar donde “florecen las ciencias, las humanidades, la recreación artística y la difusión de la cultura”.


De acuerdo a la última Ley orgánica que rige a la máxima casa de estudios, de 1945, se trata entre otras cosas de un órgano de gobierno propio que desde la Junta de Gobierno eligen al rector, como recién ocurrió, mientras que a los integrantes de esta Junta los elige el Consejo Universitario.


Sería muy largo disertar sobre esta autonomía, por lo que resumiré que no existe sitio donde quede asentado que cualquiera puede causar destrozos y violentar a la comunidad, aunque si hay espacio para la libertad de las diferentes expresiones políticas, culturales o sociales.


Da pena ajena, ver a estos muchachos que cobardemente actúan contra la casa que hace esfuerzos enormes por formar a nuestras juventudes. No es así como se negocia cualquier cosa que pidan, no con la destrucción o el robo como sucedió con la librería Henrique González Casanova, ubicada al costado sur de la Torre, misma que fue saqueada y en este acto destruida.


En esta comunidad, aquellos que acuden a formarse en este espacio no cubren su rostro cuando es necesario gritar contra las injusticias, al contrario, lo muestran, porque es un orgullo ser universitario y gozar de las consecuencias de una autonomía universitaria en cuanto a la docencia.


Esta universidad es el lugar desde donde se transforma al país para bien y esto, es seguro, no ocurre con actos violencias como los sucedidos esta tarde.


Sígueme en twitter @Antoniodemarcel


En el correo antonio.marcelo@oem.com.mx

Durante mucho tiempo, diversos grupos han tratado de explicarse lo que significa la autonomía de la Universidad Nacional Autónoma (UNAM), como si esto le concediera a ésta un régimen de excepción y por ende un espacio alejado de las leyes y normas que rigen esta ciudad, con este falso discurso existen casos como el ocurrido la tarde de este jueves, cuando un grupo de embozados arremetieron contra la Rectoría de la UNAM en la Ciudad Universitaria y además contra la Bandera Nacional.


Y no se trata de crucificar la libertad de expresión y enarbolar un extremo patriotismo, sino de dar el valor que cada acto merece.
La autonomía, como bien lo dijo Don Miguel León Portilla para la Revista de la Universidad de México, “es uno de los más grandes logros” para este lugar donde “florecen las ciencias, las humanidades, la recreación artística y la difusión de la cultura”.


De acuerdo a la última Ley orgánica que rige a la máxima casa de estudios, de 1945, se trata entre otras cosas de un órgano de gobierno propio que desde la Junta de Gobierno eligen al rector, como recién ocurrió, mientras que a los integrantes de esta Junta los elige el Consejo Universitario.


Sería muy largo disertar sobre esta autonomía, por lo que resumiré que no existe sitio donde quede asentado que cualquiera puede causar destrozos y violentar a la comunidad, aunque si hay espacio para la libertad de las diferentes expresiones políticas, culturales o sociales.


Da pena ajena, ver a estos muchachos que cobardemente actúan contra la casa que hace esfuerzos enormes por formar a nuestras juventudes. No es así como se negocia cualquier cosa que pidan, no con la destrucción o el robo como sucedió con la librería Henrique González Casanova, ubicada al costado sur de la Torre, misma que fue saqueada y en este acto destruida.


En esta comunidad, aquellos que acuden a formarse en este espacio no cubren su rostro cuando es necesario gritar contra las injusticias, al contrario, lo muestran, porque es un orgullo ser universitario y gozar de las consecuencias de una autonomía universitaria en cuanto a la docencia.


Esta universidad es el lugar desde donde se transforma al país para bien y esto, es seguro, no ocurre con actos violencias como los sucedidos esta tarde.


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