El cannabis es la sustancia ilegal más consumida en el mundo, de hecho, entre las sustancias consideradas como “drogas”, el cannabis solo es superado por el alcohol y el tabaco, que son sustancias legales. En México, la producción de cannabis es ilegal, por lo que una vez que las autoridades localizan la planta en cualquier presentación procede a destruirla, pero ¿qué pasaría si no fuera ilegal?, ¿a cuánto dinero aproximadamente equivale lo que se ha estado quemando en incautaciones?
Para hacer un cálculo así, lo primero que debemos hacer es darnos una idea de cuánto cannabis se incauta en México. De acuerdo con cifras de la Secretaría de la Defensa Nacional, tan solo en los primeros tres meses de 2020, se incautaron 54 mil 260 kilogramos de cannabis, durante 2019 se decomisaron 170 mil 323 kilos de marihuana en total.
De acuerdo con cifras del Informe sobre la Situación del Consumo de Drogas en México, publicado por el gobierno federal, entre 2012 y 2018 se incautaron poco más de 4 mil 631 toneladas.
En el mercado negro, los precios por estas plantas pueden ser tan baratos como 100 pesos el kilo cuando se los compran a un campesino de la sierra de Guerrero y hasta 4 mil en puntos de distribución del mercado negro. Las ganancias que este genera terminan solo en las manos de los criminales, que son generadores de violencia en el país; no paga impuestos y al contrario, genera gastos gubernamentales extraordinarios en seguridad pública y otros rubros.
En cambio, en un mercado regulado, como el de Canadá o algunas regiones de Estados Unidos, el precio promedio de cannabis por kilogramo varia entre los mil 800 y los 4 mil dólares, es decir, entre 40 mil y 90 mil pesos, dependiendo del tipo de cultivo y calidad del cannabis.
Esto quiere decir que si el mercado fuera legal en estas condiciones, el cannabis incautado en el primer trimestre de 2020 hubiera tenido un valor aproximado de al menos 2 mil 170 millones y hasta 4 mil 800 millones de pesos, solo en venta de plantas sin contar con la transformación de cannabis en otros productos. Estas cifras no intentan ser un tabulador de pérdidas ni un balance de gastos, más bien intentan ayudar a dimensionar el tamaño que tendría una industria legal del cannabis, es interesante saber el valor potencial de una planta contra la que existen tantos prejuicios en nuestro país.
Recordemos también que estas cifras son únicamente tomando en cuenta el cannabis que fue incautado, por lo que todavía podríamos sumar a esta las cifras del cannabis que no lograron detener las autoridades y que sí llegó a las calles donde se distribuyó ilegalmente
En un mercado legal, las riquezas generadas por el cannabis no se concentran en una sola persona, gracias a las prácticas comerciales implementadas con otros productos legales, una parte hubiera a productores, otra a distribuidores y una más a vendedores finales, además de que permite la creación de nuevas plazas de trabajo que en la ilegalidad serían imposibles, tanto en el sector público como en el privado.
Además, se recaudarían impuestos, como el IVA u otros aplicados a productos derivados del cannabis, que darían a gobiernos locales y federales fondos para atender necesidades de la población u organizar programas sociales. Los beneficios económicos y sociales de la legalización son innegables, este ejemplo es una muestra más de ello.
*Presidente de la ANICANN
