/ viernes 4 de octubre de 2019

El 12 de octubre de nuevo el cinturón de paz

Todos vimos cómo los empleados de oficina usados como cinturón de paz fueron agredidos, muchos salieron por piernas y otros prefirieron quitarse las playeras y hacerse los disimulados para que no les hicieran nada los embozados, pero dice el gobierno de la Ciudad de México que fue un éxito.

Tan están convencidos de ello, que la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, dio a conocer que de nuevo lo aplicarán en marchas, aunque de manera más organizada y cuando se detecte que habrá violencia.

Por supuesto no habrá un pago extra por esta tarea, así se reveló cuando indicó que lo hicieron de manera voluntaria; ya nos imaginamos la ola de felicidad cuando le digan a la burocracia capitalina que trabajaran tiempo extra como cinturón de paz, así que preparen su playera.

Ante todo esto, los reporteros que cubren la fuente le interrogaron sobre alguna posible violación a la Ley Federal del Trabajo, pero ella se apresuró a reiterar que fue voluntario y quien haya sentido alguna presión puede pasar a la Contraloría para que pueda presentar su queja, lo que por supuesto no ocurrirá, porque nadie en su sano juicio quiere echarse encima a los jefes y hasta perder el empleo.

En fin, otro tema donde se dobletea el trabajo, que en este caso corresponde a la policía preventiva, a quienes se podría pagar un buen bono con ese millón de pesos que gastaron en las dichosas playeras¡, tan solo échele cuentas, un millón entre los 5 mil 244 elementos de la SSC que participaron les hubiera tocado la nada despreciable cantidad de 190 mil pesos, y no hubieran molestado a los burócratas.

Quienes si se la jugaron fueron los chavos de Marabunta, que hicieron cordones humanos y se colocaron entre los embozados y los embozados, ni las bombas molotov, ni el polvo de los extintores y el peligro de los cohetones los arredró.

Ellos aparecieron de la nada, vestidos de rojo, con sus cascos como socorristas, se formaron en grupos de diez y actuaron, pero a ellos nadie los notó ni les agradecieron el apoyo.

También salieron los comerciantes con sus gorras y playeras blancas, que hicieron vallas, porque dijeron querer la paz, pero a ese grupo tampoco lo vio el gobierno capitalino.

En twitter: @Antoniodemarcel

En el correo: antonio.marcelo@oem.com.mx

Todos vimos cómo los empleados de oficina usados como cinturón de paz fueron agredidos, muchos salieron por piernas y otros prefirieron quitarse las playeras y hacerse los disimulados para que no les hicieran nada los embozados, pero dice el gobierno de la Ciudad de México que fue un éxito.

Tan están convencidos de ello, que la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, dio a conocer que de nuevo lo aplicarán en marchas, aunque de manera más organizada y cuando se detecte que habrá violencia.

Por supuesto no habrá un pago extra por esta tarea, así se reveló cuando indicó que lo hicieron de manera voluntaria; ya nos imaginamos la ola de felicidad cuando le digan a la burocracia capitalina que trabajaran tiempo extra como cinturón de paz, así que preparen su playera.

Ante todo esto, los reporteros que cubren la fuente le interrogaron sobre alguna posible violación a la Ley Federal del Trabajo, pero ella se apresuró a reiterar que fue voluntario y quien haya sentido alguna presión puede pasar a la Contraloría para que pueda presentar su queja, lo que por supuesto no ocurrirá, porque nadie en su sano juicio quiere echarse encima a los jefes y hasta perder el empleo.

En fin, otro tema donde se dobletea el trabajo, que en este caso corresponde a la policía preventiva, a quienes se podría pagar un buen bono con ese millón de pesos que gastaron en las dichosas playeras¡, tan solo échele cuentas, un millón entre los 5 mil 244 elementos de la SSC que participaron les hubiera tocado la nada despreciable cantidad de 190 mil pesos, y no hubieran molestado a los burócratas.

Quienes si se la jugaron fueron los chavos de Marabunta, que hicieron cordones humanos y se colocaron entre los embozados y los embozados, ni las bombas molotov, ni el polvo de los extintores y el peligro de los cohetones los arredró.

Ellos aparecieron de la nada, vestidos de rojo, con sus cascos como socorristas, se formaron en grupos de diez y actuaron, pero a ellos nadie los notó ni les agradecieron el apoyo.

También salieron los comerciantes con sus gorras y playeras blancas, que hicieron vallas, porque dijeron querer la paz, pero a ese grupo tampoco lo vio el gobierno capitalino.

En twitter: @Antoniodemarcel

En el correo: antonio.marcelo@oem.com.mx

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