A nada de estar en semáforo rojo, lo cual ocasionaría que la economía siguiera colapsada y sigan cerrando y quebrando negocios en época navideña, abundan los egoístas, descerebrados, ignorantes y egocentristas, que no les importa lo que han sufrido millones de familias en el mundo, y siguen contagiando sintiéndose inmunes.
COVIDIOTA PACHANGERO
Arman pachangas ya no de 10 o 15 personas, ¡sino de 500! Como sucedió en Acapulco en unos XV años, bodas en Malinalco o pachangones en otros lugares como Monterrey con más de 300 personas por cualquier babosada, obviamente sin ningún protocolo sanitario. “Los demás que nos importan si nosotros estamos bien” es lo que dicen estos irresponsables que le echan la culpa de todo al gobierno.
COVIDIOTA DEPORTISTA
Pero ellos no son los únicos. Cuantos jóvenes y chamacos jugando futbol o basquetbol en calles o parques, sudando, escupiendo, contagiándose entre ellos y lo peor no es eso, sino que llegando a su casa les vale y quienes la sufren son los papás y los abuelitos, que son los que se van al hospital y muchos han fallecido.
Todos ellos, por igual, son los llamados COVIDIOTAS. Quizás a su lado tenga alguno, así que cuídese, porque son el típico que cuando les pide que use cubrebocas o que se lo pongan bien, se ponen todos idiotas.
No es un término nuestro, seguro pronto aparecerá en la Real Academia de la Lengua Española. No se convierta en alguno por favor.
LA VACUNA NO ELIMINA EL COVID-19
Y también los hay que piensan que porque va a llegar la vacuna pronto ¡ya pueden hacer sus desastres! Andan saliendo sin preocupación alguna, llenando centros comerciales, violentando cualquier regla de higiene y sana distancia, y literalmente “les vale” ya el COVID-19.
Se lo decimos claramente: la vacuna NO elimina el virus, la pandemia va a seguir, y se necesitan miles de millones de vacunas en el mundo, y México no es el centro del mundo. Para que nos llegue la vacuna, estamos formados en una laaaaaarga fila, y cuando esto suceda, solo si usted es personal médico le tocará ser de los primeros, así que ¡no se confíe!