/ lunes 15 de febrero de 2021

Fiesta taurina, en la cuerda floja en Puebla

A cuatro días de llegar al cabildo la iniciativa, dos sectores proponen argumentos para preservarla o no

PUEBLA. Un mes de manifestaciones en calles y redes sociales, a partir de la aprobación del dictamen para la prohibición de la fiesta taurina en la capital poblana, y la campaña de recolección de firmas a favor de una “Puebla sin Tauromaquia”, llegará a su fin el próximo jueves 18 de febrero cuando el tema aterrice en el salón de cabildo.

Pero los ganaderos, organizadores de festejos y hasta toreros creen que el tema se ha tratado por “encimita”, mientras se preparan para lo “inevitable” tras asegurar que “no han sido escuchados por ninguna autoridad”, como lo apuntó el empresario taurino Miguel Ángel López Zamora a El Sol de Puebla.

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A su vez, los grupos antitaurinos consideran no hay más de qué hablar cuando se debe de apelar a la “lógica o el sentido común” en vías de “evitar más barbaries, pues la violencia, sin importar dónde ésta ocurra, siempre generará violencia”, como aseguró Kamila Serrano, representante del Consejo de Bienestar Animal.

Las diferencias entre sectores saltan a la vista y hoy se está lejos de conciliarlas, pero viene bien escucharlas y a partir de eso sacar cada uno conclusiones.

Para los amantes de la tauromaquia, “no es el momento para hablar del tema ni para poner en duda a toda una industria” generadora de 450 empleos directos y 800 indirectos. A decir de López Zamora, hombre a cargo de manejar en sus primeros años a la plaza de toros El Relicario, la iniciativa “está cabildeando algo fuera de tiempo, cuando el país presume una economía raquítica ocasionada por la pandemia y que necesita empleos, y en ese sentido los toros ayudan”.

Si bien López piensa en mil 250 personas beneficiadas por las 10 o 12 corridas por año que se realizaban en Puebla hasta antes de la pandemia, como empresario entiende que se le cerrará una puerta, pero otras se le abrirán en regiones como Tlaxcala o Hidalgo, pues tendrá que llevar a esa tierras su producto: toros de lidia.

Agregó que la prohibición de la tauromaquia en la capital poblana repercutirá a nivel nacional porque las aportaciones de ganaderos, matadores y subalternos por año al erario público son de casi 16 millones de pesos, al menos así lo reportaba hasta el 2018 la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).

“El Relicario es uno de los bastiones de la fiesta en México. Quitar los toros de Puebla, es quitarle 10 festejos al país y eso perjudicará en la derrama final o simplemente en cuestión de pagos de impuestos, ya no sólo en el tema de la generación de empleos”, explicó.

EL GANADO SIGUE COMIENDO…

Si la prohibición entra en vigor, también causará un nuevo estrago a la industria en medio de la crisis generada por el Covid-19, pues ante la cancelación de eventos públicos por la situación sanitaria, entre estos las corridas, los empresarios ganaderos están perdiendo al “no poder comerciar libremente” su producto ni venderlo al precio justo.

Según López Zamora, un toro de lidia requiere mínimo de 50 pesos diarios para su manutención. Ahora haga cuentas, multiplique esos 50 pesos por 100 toros y luego el producto por 30, correspondiendo esta cifra a los días del mes. Para sacar adelante dichos gastos, los ganaderos han tenido que “vender barato a entusiastas del toreo o matadores, la gente se está desprendiendo del ganado porque éste sigue comiendo y no hay cómo mantenerlo por ahora”.

Un pequeño ganadero, cabe destacar, debe de darle de comer a por lo menos 100 cabezas de toros o vacas.

La falta de eventos taurinos y la necesidad de mantener a toda esta industria “ha orillado a los ganaderos a celebrar corridas privadas con gente muy específica, pero ni así sale”, agregó López Zamora.

UNA DÉCADA DE LUCHA

Para los antitaurinos o los grupos a favor de los derechos de los animales como el Consejo del Bienestar Animal, órgano consultivo del gobierno, el hablar de la prohibición de la tauromaquia en la capital del estado “no es un tema nuevo, es un tema que se puso sobre la mesa desde hace 10 años, pero que las administraciones pasadas por una u otra razón no atendieron”, compartió a este diario Kamila Serrano, representante de dicho organismo.

Sin embargo, a finales de 2019 el tema retomó fuerza a través de una encuesta de la agencia Mercadiez con el objetivo de obtener una muestra contundente sobre el rechazo de la sociedad poblana ante la lidia de toros.

Esa información, obtenida a partir de 200 ciudadanos pertenecientes a generaciones como los millennials hasta los baby boomers, avecindados en distintos cuadrantes de la ciudad, arrojó números en apariencia contundentes como que 80.5 por ciento de los encuestados se mostraron “a favor de la prohibición”, 84 por ciento relacionó las corridas “con un acto de crueldad”, 88 por ciento votó “por no llevar a menores de edad a este espectáculo” y 86 por ciento afirmó que “la tauromaquia es una fuente de violencia en la sociedad”.

“Violencia es violencia, sin importar quién sea la víctima, y por dicha razón exigimos al Gobierno estar a la altura para no legitimar estas dinámicas a partir de un ‘espectáculo’, donde un animal está en clara desventaja. Por lo tanto, la crueldad hacia los toros no puede volver disfrazada como arte y cultura porque el maltrato animal no debe de prestarse a negociación”, apuntó la delegada de la Comisión del Bienestar Animal.

Con la iniciativa en puerta, el Movimiento Animalista de Puebla y las organizaciones internacionales Animal Heroes y PETA Latinoamérica exhortaron al gobierno municipal de Puebla, representado por Claudia Rivera Vivanco, a prohibir “estos actos de tortura”, como se lee a partir de la petición hecha a través de la organización Change.ORG y colgada en http://chng.it/J6wPPtFHsP

Dicha corporación entregó el jueves pasado 77 mil 379 firmas a Rivera Vivanco con el afán de visibilizar la causa promovida por los movimientos a favor de los animales en la capital del estado desde hace una década.

Los taurinos, por su parte, también han empleado una herramienta similar para hacer por su causa. Pero a decir de Serrano, ésta apenas ha reunido cuatro mil firmas.

“Tú dirás, ¿cuatro mil firmas contra 77 mil? Es ahí cuando Change pensó en hacer una entrega formal al municipio de Puebla de la petición. Change gestionó esa entrega, no nosotros, porque ellos se han dado cuenta que la sociedad está hablando”.

CUESTIONAN A LA INDUSTRIA

Pero los argumentos de los grupos en contra de la tauromaquia no sólo se basan en el respeto al derecho de los animales, también cuestionan la premisa de los ganaderos poblanos de generar trabajo, gozar de la posibilidad de comercializar a sus reses a partir de las corridas en el municipio o generar derrama económica a la ciudad.

De acuerdo a un documento del colectivo Puebla Animalista, en 2019 y previo a la pandemia, de los 12 festejos llevados a cabo en El Relicario ninguno contó con toros de empresarios del estado. Ganaderías de Querétaro, Jalisco, Michoacán, Estado de México e Hidalgo fueron las encargadas de poner a los animales para los festejos.

Además, de los 12 eventos realizados en 2019, en siete de los mismos la entrada fue gratuita.

Al final, y a partir del cobro del cuatro por ciento a los espectáculos públicos, los ingresos al municipio por esas corridas fueron por 544 mil pesos con 44 centavos, pagados por la Asociación Mexicana de Tauromaquia.

Por otro lado, y a decir del Consejo del Bienestar Animal, una de las ganaderías incumplió el 22 de febrero con la normatividad para las corridas establecidas en el Código Reglamentario para el Municipio de Puebla (COREMUN), violando de forma específica el capítulo 13, respecto a los tiempos y condiciones de traslados de los toros llegando fuera de los plazos estipulados a El Relicario.

“No es estar en contra de los toros o de los ganaderos por estar. Pero una actividad económica basada en el maltrato animal, ¿debe de prevalecer…?”, reflexionó Serrano.

Aunque anteriormente el ayuntamiento obligaba a los organizadores a un mínimo de festejos, seis menores (novilladas) y 10 mayores (corridas), cobrando en materia de impuestos en su momento un porcentaje del ocho al 12 por ciento.

Por novillada se generaba hasta 50 mil pesos y por corrida de 300 mil. En la actualidad, la empresa o empresas encargadas de los festejos en El Relicario no están obligadas a realizar un mínimo de festejos.

“En estos eventos con algunos ayuntamientos pagábamos desde el ocho por ciento de la venta de boletos y en otras administraciones estábamos exentos de impuestos en las novilladas. En pesos, en un promedio se vendían unos 800 mil pesos, por lo general nuestra empresa, que por eso es un punto de referencia a nivel nacional, casi siempre se llenaba y vendíamos en promedio 700 mil y en su momento pagábamos el ocho por ciento, 50 mil por novillada”, explicó.

“Si hablamos de festejos mayores (corridas), la papeleta se eleva considerablemente en costo y en porcentaje de impuestos, una corrida en promedio se trata de vender entre tres y cuatro millones de pesos y en las corridas los impuestos municipales prácticamente no bajaban de 12 por ciento. Si hacemos el ejercicio de un aforo de 80 por ciento, te saldrá un impuesto más o menos de 300 mil”, añadió.

Pero los ayuntamientos de Puebla desde hace 18 años también cobran por publicidad estática para la promoción de las corridas, pagando en materia de pendones hasta 80 pesos por unidad. Según López Zamora, cuando los toros llegaron a Acrópolis, él o su empresa se encargaban de colocar de 300 a 500 pendones para el impulso del evento.




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Pero los ganaderos, organizadores de festejos y hasta toreros creen que el tema se ha tratado por “encimita”, mientras se preparan para lo “inevitable” tras asegurar que “no han sido escuchados por ninguna autoridad”, como lo apuntó el empresario taurino Miguel Ángel López Zamora a El Sol de Puebla.

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A su vez, los grupos antitaurinos consideran no hay más de qué hablar cuando se debe de apelar a la “lógica o el sentido común” en vías de “evitar más barbaries, pues la violencia, sin importar dónde ésta ocurra, siempre generará violencia”, como aseguró Kamila Serrano, representante del Consejo de Bienestar Animal.

Las diferencias entre sectores saltan a la vista y hoy se está lejos de conciliarlas, pero viene bien escucharlas y a partir de eso sacar cada uno conclusiones.

Para los amantes de la tauromaquia, “no es el momento para hablar del tema ni para poner en duda a toda una industria” generadora de 450 empleos directos y 800 indirectos. A decir de López Zamora, hombre a cargo de manejar en sus primeros años a la plaza de toros El Relicario, la iniciativa “está cabildeando algo fuera de tiempo, cuando el país presume una economía raquítica ocasionada por la pandemia y que necesita empleos, y en ese sentido los toros ayudan”.

Si bien López piensa en mil 250 personas beneficiadas por las 10 o 12 corridas por año que se realizaban en Puebla hasta antes de la pandemia, como empresario entiende que se le cerrará una puerta, pero otras se le abrirán en regiones como Tlaxcala o Hidalgo, pues tendrá que llevar a esa tierras su producto: toros de lidia.

Agregó que la prohibición de la tauromaquia en la capital poblana repercutirá a nivel nacional porque las aportaciones de ganaderos, matadores y subalternos por año al erario público son de casi 16 millones de pesos, al menos así lo reportaba hasta el 2018 la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).

“El Relicario es uno de los bastiones de la fiesta en México. Quitar los toros de Puebla, es quitarle 10 festejos al país y eso perjudicará en la derrama final o simplemente en cuestión de pagos de impuestos, ya no sólo en el tema de la generación de empleos”, explicó.

EL GANADO SIGUE COMIENDO…

Si la prohibición entra en vigor, también causará un nuevo estrago a la industria en medio de la crisis generada por el Covid-19, pues ante la cancelación de eventos públicos por la situación sanitaria, entre estos las corridas, los empresarios ganaderos están perdiendo al “no poder comerciar libremente” su producto ni venderlo al precio justo.

Según López Zamora, un toro de lidia requiere mínimo de 50 pesos diarios para su manutención. Ahora haga cuentas, multiplique esos 50 pesos por 100 toros y luego el producto por 30, correspondiendo esta cifra a los días del mes. Para sacar adelante dichos gastos, los ganaderos han tenido que “vender barato a entusiastas del toreo o matadores, la gente se está desprendiendo del ganado porque éste sigue comiendo y no hay cómo mantenerlo por ahora”.

Un pequeño ganadero, cabe destacar, debe de darle de comer a por lo menos 100 cabezas de toros o vacas.

La falta de eventos taurinos y la necesidad de mantener a toda esta industria “ha orillado a los ganaderos a celebrar corridas privadas con gente muy específica, pero ni así sale”, agregó López Zamora.

UNA DÉCADA DE LUCHA

Para los antitaurinos o los grupos a favor de los derechos de los animales como el Consejo del Bienestar Animal, órgano consultivo del gobierno, el hablar de la prohibición de la tauromaquia en la capital del estado “no es un tema nuevo, es un tema que se puso sobre la mesa desde hace 10 años, pero que las administraciones pasadas por una u otra razón no atendieron”, compartió a este diario Kamila Serrano, representante de dicho organismo.

Sin embargo, a finales de 2019 el tema retomó fuerza a través de una encuesta de la agencia Mercadiez con el objetivo de obtener una muestra contundente sobre el rechazo de la sociedad poblana ante la lidia de toros.

Esa información, obtenida a partir de 200 ciudadanos pertenecientes a generaciones como los millennials hasta los baby boomers, avecindados en distintos cuadrantes de la ciudad, arrojó números en apariencia contundentes como que 80.5 por ciento de los encuestados se mostraron “a favor de la prohibición”, 84 por ciento relacionó las corridas “con un acto de crueldad”, 88 por ciento votó “por no llevar a menores de edad a este espectáculo” y 86 por ciento afirmó que “la tauromaquia es una fuente de violencia en la sociedad”.

“Violencia es violencia, sin importar quién sea la víctima, y por dicha razón exigimos al Gobierno estar a la altura para no legitimar estas dinámicas a partir de un ‘espectáculo’, donde un animal está en clara desventaja. Por lo tanto, la crueldad hacia los toros no puede volver disfrazada como arte y cultura porque el maltrato animal no debe de prestarse a negociación”, apuntó la delegada de la Comisión del Bienestar Animal.

Con la iniciativa en puerta, el Movimiento Animalista de Puebla y las organizaciones internacionales Animal Heroes y PETA Latinoamérica exhortaron al gobierno municipal de Puebla, representado por Claudia Rivera Vivanco, a prohibir “estos actos de tortura”, como se lee a partir de la petición hecha a través de la organización Change.ORG y colgada en http://chng.it/J6wPPtFHsP

Dicha corporación entregó el jueves pasado 77 mil 379 firmas a Rivera Vivanco con el afán de visibilizar la causa promovida por los movimientos a favor de los animales en la capital del estado desde hace una década.

Los taurinos, por su parte, también han empleado una herramienta similar para hacer por su causa. Pero a decir de Serrano, ésta apenas ha reunido cuatro mil firmas.

“Tú dirás, ¿cuatro mil firmas contra 77 mil? Es ahí cuando Change pensó en hacer una entrega formal al municipio de Puebla de la petición. Change gestionó esa entrega, no nosotros, porque ellos se han dado cuenta que la sociedad está hablando”.

CUESTIONAN A LA INDUSTRIA

Pero los argumentos de los grupos en contra de la tauromaquia no sólo se basan en el respeto al derecho de los animales, también cuestionan la premisa de los ganaderos poblanos de generar trabajo, gozar de la posibilidad de comercializar a sus reses a partir de las corridas en el municipio o generar derrama económica a la ciudad.

De acuerdo a un documento del colectivo Puebla Animalista, en 2019 y previo a la pandemia, de los 12 festejos llevados a cabo en El Relicario ninguno contó con toros de empresarios del estado. Ganaderías de Querétaro, Jalisco, Michoacán, Estado de México e Hidalgo fueron las encargadas de poner a los animales para los festejos.

Además, de los 12 eventos realizados en 2019, en siete de los mismos la entrada fue gratuita.

Al final, y a partir del cobro del cuatro por ciento a los espectáculos públicos, los ingresos al municipio por esas corridas fueron por 544 mil pesos con 44 centavos, pagados por la Asociación Mexicana de Tauromaquia.

Por otro lado, y a decir del Consejo del Bienestar Animal, una de las ganaderías incumplió el 22 de febrero con la normatividad para las corridas establecidas en el Código Reglamentario para el Municipio de Puebla (COREMUN), violando de forma específica el capítulo 13, respecto a los tiempos y condiciones de traslados de los toros llegando fuera de los plazos estipulados a El Relicario.

“No es estar en contra de los toros o de los ganaderos por estar. Pero una actividad económica basada en el maltrato animal, ¿debe de prevalecer…?”, reflexionó Serrano.

Aunque anteriormente el ayuntamiento obligaba a los organizadores a un mínimo de festejos, seis menores (novilladas) y 10 mayores (corridas), cobrando en materia de impuestos en su momento un porcentaje del ocho al 12 por ciento.

Por novillada se generaba hasta 50 mil pesos y por corrida de 300 mil. En la actualidad, la empresa o empresas encargadas de los festejos en El Relicario no están obligadas a realizar un mínimo de festejos.

“En estos eventos con algunos ayuntamientos pagábamos desde el ocho por ciento de la venta de boletos y en otras administraciones estábamos exentos de impuestos en las novilladas. En pesos, en un promedio se vendían unos 800 mil pesos, por lo general nuestra empresa, que por eso es un punto de referencia a nivel nacional, casi siempre se llenaba y vendíamos en promedio 700 mil y en su momento pagábamos el ocho por ciento, 50 mil por novillada”, explicó.

“Si hablamos de festejos mayores (corridas), la papeleta se eleva considerablemente en costo y en porcentaje de impuestos, una corrida en promedio se trata de vender entre tres y cuatro millones de pesos y en las corridas los impuestos municipales prácticamente no bajaban de 12 por ciento. Si hacemos el ejercicio de un aforo de 80 por ciento, te saldrá un impuesto más o menos de 300 mil”, añadió.

Pero los ayuntamientos de Puebla desde hace 18 años también cobran por publicidad estática para la promoción de las corridas, pagando en materia de pendones hasta 80 pesos por unidad. Según López Zamora, cuando los toros llegaron a Acrópolis, él o su empresa se encargaban de colocar de 300 a 500 pendones para el impulso del evento.




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