Chiapas, México.- Doña Aurora Morales Morales, es una mujer indígena zoque del municipio de Berriozábal, que a sus 85 años de edad sigue fabricando hamacas, cuenta que desde los trece años de edad comenzó con esta tradicional, con su trabajo se sostiene ella y si nieta.
Refirió en entrevista que las hamacas son su vida y su pasión, sus maestros han sido muchos, sus familiares que también la fabrican, algunos ya han dejado la tradición, de todos ha aprendido y ahora a todos ha demostrado que la edad no es ningún impedimento para trabajar.
En la plaza central de Tuxtla Gutiérrez, la señora Aurora Morales, hizo una gran demostración de su capacidad y talento, mostró al público su sabiduría, la mujer de cabellera blanca con vistosas trenzas sostenidas con listón amarillo, ataviada con una falta negra con flores amarillas y un suéter blanco, enseñó el proceso de elaboración de la artesanía.
En el marco del festival cultural zoque “El Mequé”, en la capital de Chiapas, colocó su bastidor de madera debajo de uno de los árboles de ceiba, tomó los hilos de diversos colores, rojo, amarillo, morado, verde y celeste y comenzó la obra, todo lo hizo fácil, poco a poco se fue haciendo grande la gran red, sus dedos se perdían en las vueltas de los hijos.
El público se mareaba de ver tantas vueltas que doña Aurora hacía con los hijos y las agujas de madera entre las cabezas de la hamaca, mientras que ella con sonrisas veía a hombres y mujeres, algunos le aplaudían, otros decían nadie como ella, que sabiduría.
Es muy bonita la hamaca, comentaba algunas personas, mientras que otros murmuraban qué gran trabajo, mi respeto, es un trabajo limpio, ella regalaba sonrisas y solo tenía tiempo para comentar unas cuantas palabras: se trabaja en la casa mejor, ya sea que haga calor o frío estamos en la casita haciendo lo mejor, lo que nos gusta, nuestra tradición.
Chiapas es una entidad reconocida en México por reunir en su tierra una gran diversidad de grupos étnicos, son 12 reconocidos en la Constitución Política del Estado, chol, tzeltal, tzotzil, zoque, tojolabal, cachiquel, mocho, mame, jacalteco, chuje, canjubal y lacandón, que conservan una gran riqueza cultural.
Cada quien tiene su propia grandeza, en los municipios del centro de Chiapas, la fabricación de hamaca es una de las artesanías más representativas, se elabora de todos los tamaños y precios, para niñas desde los 50 pesos de menos de 50 centímetros, un metro, dos metros o más, de mil a tres mil pesos o lo que los fabricantes llaman “queen zise”, de 4 mil pesos en adelante.
La mujer realiza primero la elección del hilo, eso es fundamental para la estabilidad, como la autenticidad del color, se enrollan los hilos en una aguja de madera, conforme se siguen las vueltas se realizan los ajustes de la red, pueden ser hilos gruesos o delgados.
Hay quienes usan productos muy finos como la seda, en los extremos se aplicará costura doble, resistente, se le agrega flecos laterales, en algunas no filtra ni siquiera el agua, no pasa la aguja por la fuerza del tejido, doña Aurora Morales, cuenta que elabora hamacas por encargo, el tamaño y calidad del hilo solicitado.
En Tuxtla Gutiérrez se promueve el rescate de la cultura zoque a través de un festival cultural, “El Mequé”, para dar a reconocer las raíces de una cultura zoque, tradiciones muy antiguas de los habitantes de la capital y municipios vecinos, donde los zoques conservan con mucha fuerza los sus usos y costumbres a pesar de la modernidad. El festival concluye el 27 de octubre, para rescatar la tradición de este pueblo ancestral que perdura en el corazón de Chiapas.
GB
