/ sábado 11 de julio de 2020

Hundida en la pobreza y olvidada por el gobierno, muere una mujer por Covid-19

A pesar de dar aviso a la autoridad de salud nunca acudieron a atenderla

La pobreza y la indiferencia del gobierno, han marcado el termino de la vida de María de Dios Baldemar Díaz, quien murió en una vecindad de Oaxcaca no solo olvidada y víctima del Covid-19, sino en medio de la indolencia del Gobierno que dejó más de 15 horas su cuerpo sobre la cama en la que perdió su última batalla.

La mujer de 70 años de edad, que lucho por sobrevivir en la calle Tlaxiaco 112, de la Colonia Estado de Oaxaca, ubicada en pleno corazón de la entidad, 15 días antes había perdido a su pareja con quien compartiá su vida y con quién también sobrevivia de lo que el adulto mayor obtenía de un trabajo como velador en donde presuntamente había sido contagiado de Covid-19.

La casa de lámina, fue el mudo testigo de sus últimas horas de agonía y es que, para evitar contagiar a sus vecinos, había decido aislarse y esto la llevó a recibir la ayuda que en medio de la pobreza los demás inquilinos habían ofrecido al saberla sola y con el dolor de haber perdido a su compañero de vida.

“Los vecinos le llevaban agua, compraron sueros, alcohol y todos los días le dejaban su desayuno y su comida, porque entre los pobres sabemos ayudarnos, porque nosotros si sabemos dar ,aunque no tengamos, porque aquí hasta muerta la hicieron feo, jamás llego la ayuda y su cuerpo tuvo que esperar para que alguien se compadeciera y viniera”, expreso una de las vecinas.

La joven mujer que vive con sus tres hijos menores en uno de los cuartos de la vecindad en donde les cobran 500 pesos mensuales, narro que esta mañana al irle a dejar el desayuno a doña Mari, ya no respondió y eso causo alerta entre los vecinos, quienes decidieron entrar al conocer el estado de salud en el que se encontraba.

“La vimos ahí, como dormida, estaba medio envuelta en su cobija, le hablamos y no respondió entonces alguien se atrevió a verla y así nos dimos cuenta que estaba muerta que tal vez ocurrió en el transcurso de la noche, porque su cuerpo estaba frío y duro como si llevará horas, y es que anoche ya se sentía muy mal”, dijo.

De manera inmediata llamaron a las autoridades, sin embargo aunque el reporte se hizo en la mañana, durante todo el día nadie llegó y solo fue cuando se llamaron a los medios de comunicación cuando las autoridades voltearon a vernos y atendieron el llamado llegando a recoger el cuerpo y a informar que, una agencia funeraria se encargaria de la cremación.

Así termino la vida de esta mujer, que solo reclamo atención y que ni aún estando muerta la recibió.


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La pobreza y la indiferencia del gobierno, han marcado el termino de la vida de María de Dios Baldemar Díaz, quien murió en una vecindad de Oaxcaca no solo olvidada y víctima del Covid-19, sino en medio de la indolencia del Gobierno que dejó más de 15 horas su cuerpo sobre la cama en la que perdió su última batalla.

La mujer de 70 años de edad, que lucho por sobrevivir en la calle Tlaxiaco 112, de la Colonia Estado de Oaxaca, ubicada en pleno corazón de la entidad, 15 días antes había perdido a su pareja con quien compartiá su vida y con quién también sobrevivia de lo que el adulto mayor obtenía de un trabajo como velador en donde presuntamente había sido contagiado de Covid-19.

La casa de lámina, fue el mudo testigo de sus últimas horas de agonía y es que, para evitar contagiar a sus vecinos, había decido aislarse y esto la llevó a recibir la ayuda que en medio de la pobreza los demás inquilinos habían ofrecido al saberla sola y con el dolor de haber perdido a su compañero de vida.

“Los vecinos le llevaban agua, compraron sueros, alcohol y todos los días le dejaban su desayuno y su comida, porque entre los pobres sabemos ayudarnos, porque nosotros si sabemos dar ,aunque no tengamos, porque aquí hasta muerta la hicieron feo, jamás llego la ayuda y su cuerpo tuvo que esperar para que alguien se compadeciera y viniera”, expreso una de las vecinas.

La joven mujer que vive con sus tres hijos menores en uno de los cuartos de la vecindad en donde les cobran 500 pesos mensuales, narro que esta mañana al irle a dejar el desayuno a doña Mari, ya no respondió y eso causo alerta entre los vecinos, quienes decidieron entrar al conocer el estado de salud en el que se encontraba.

“La vimos ahí, como dormida, estaba medio envuelta en su cobija, le hablamos y no respondió entonces alguien se atrevió a verla y así nos dimos cuenta que estaba muerta que tal vez ocurrió en el transcurso de la noche, porque su cuerpo estaba frío y duro como si llevará horas, y es que anoche ya se sentía muy mal”, dijo.

De manera inmediata llamaron a las autoridades, sin embargo aunque el reporte se hizo en la mañana, durante todo el día nadie llegó y solo fue cuando se llamaron a los medios de comunicación cuando las autoridades voltearon a vernos y atendieron el llamado llegando a recoger el cuerpo y a informar que, una agencia funeraria se encargaria de la cremación.

Así termino la vida de esta mujer, que solo reclamo atención y que ni aún estando muerta la recibió.


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