/ sábado 6 de febrero de 2021

Celia Maya García, una ex magistrada queretana, para quien la búsqueda de la verdad es lo más importante

Formada académicamente en Querétaro, donde fue magistrada reconoce que las pruebas son básicas para llegar a la verdad

La primera vez que se vio con Andrés Manuel López Obrador conversaron sobre la Reforma Energética, entonces supo que era momento de dar a conocer lo que era Morena desde su perspectiva en el sector justicia, así lo expresó Celia Maya García.

Y cómo no conocer a fondo su estado, si es oriunda de Querétaro, hija de Felisa García Corona y José María Alcántara; ahí hizo sus estudios desde básico hasta la universidad.

Celia Maya García, como muchos profesionistas, no sabía qué le deparaba el futuro, aunque poco a poco su éste se fue tejiendo cuando su padre le decía de pequeña que estudiara Derecho, porque le gustaría tener un abogado en la familia; pero las palabras que le quedaron bien grabadas son: “tienes que ser abogado para ayudar a los demás… para cuando metan a la cárcel a los pobres los puedas ayudar”.

Esos fueron los primeros indicios de su futuro, que se vio reforzado cuando su maestra de sexto año le propuso estudiar Derecho, cosa que le indicó el camino a seguir cuando entró al bachillerato, donde la rama de las Ciencias Sociales la encaminó a la jurisprudencia.

Finalmente, a Celia Maya, los caminos de la vida la condujeron a buscar la justicia, dar a cada quien lo que corresponde, por ello sostiene la importancia de analizar los hechos, llegar lo más cercano a la verdad jurídica.

Y es que la experiencia la ha enseñado, que la gente presenta los hechos de la manera que le favorecen y ahí entra la cuestión de resolver, porque, dice: “la gente se apasiona y por eso no resuelve sus problemas”.

Sin embargo, Celia Maya García, no solo estudió Derecho, en algún momento decidió ir más lejos y tuvo formación en la contaduría, de manera que se especializara en el Derecho Fiscal.

Era un paso importante, sin saber que la vida le tenía preparado algo más, cuando la invitaron a ser juez.

Celia Maya platica que ya había tenido experiencia en el Ministerio Público, donde inició como mecanógrafa, descubriendo que le gustaba atender al público; tal vez por eso a la semana de trabajar como juez pudo saber que había encontrado la manera de ejercer su carrera, donde duró unos seis años, porque de ahí la nombraron magistrada en su estado.

Esto le ayudó a comprender cómo funciona el sistema judicial y que el exceso de trabajo, así como la complejidad de algunos casos, donde las pruebas son elementales.

Con su voz pausada, tranquila y sobre todo de experiencia Celia Maya platicó, que quien presente un caso debe llevar las pruebas, porque el juzgador no tiene una bola de cristal, cada quien cuenta su versión y con esa no se puede llegar a la verdad, de manera que “indagar es bonito, precisar quién tiene la razón”.

Finalmente tuvo que dejar su lugar como magistrada por una reforma a la ley en 1987, que le obligaba a dejar el cargo.

Y si, dejó el cargo, pero nada le quita haber aprendido tanto y lo comparte al platicar que con la situación económica que se vive aumentan los juicios, la gente pide más prestado y no puede pagar sus deudas, por lo que hay más demandas de carácter familiar.

Ese, dice, es el termómetro social que deja ver que todo problema tiene solución en cualquier rama del derecho.

En medio de todo esto, se toma su tiempo para hablar del sistema penal que hoy rige en el país, del que asegura: necesita mejoras, un nuevo sistema de justicia que queda a deber, porque al final arroja cifras de mejoras, pero es evidente que en la realidad es que no se llega a los procesos por los medios alternos que ofrece el sistema.

Celia Maya García ha logrado con esta carrera ser vista desde tiempo atrás por partidos de izquierda, quienes pusieron sus ojos en ella para ocupar cargos públicos, mientras que ella prefirió siempre ser crítica del sistema.

Su primer paso en la política del estado fue en 2003, cuando fue candidata y, aunque no ganó, pudo ver más de cerca la realidad de su estado, desde donde observó a un personaje venido de Tabasco, Andrés Manuel López Obrador, a quien pudo saludar personalmente hasta 2006 en Querétaro y luego en la Ciudad de México.

Ella no había ganado en 2003, pero afirma que no era ganar, era prepararme para 2006, lo que le hizo caminar al lado del Movimiento de Regeneración Nacional, aunque muchos dijeron “Celia ni gana nada”, pero responde, no se trataba de ganar, sino de crear las condiciones, que son las que mandan.

Fue hasta la reunión en 2015 con Andrés Manuel López, que entendió su labor dentro del Movimiento de Regeneración, que era ir a contar a la gente de qué se trataba.

El triunfo apabullante de 2018 le demostró, de nueva cuenta, que las condiciones son las que mandan, por lo que sabe, ahora las condiciones en Querétaro son diferentes y en este contexto es que se dirige a la militancia morenista.

El trabajo realizado ha hecho que alguien la compare con Bernie Sanders, político norteamericano, cosa que a ella no le disgusta, al contrario, lo toma con filosofía, al decir: “debe ser por mi edad, tengo 71 años, el señor es de izquierda, si me comparan por la perseverancia, que bueno que lo hagan”.

Hoy, Celia Maya García sostiene: “siento toda la fuerza de mis padres y la fuerza de lo que es mi pueblo, me siento contenta y plena”, luego de la amplia carrera profesional que le precede.



La primera vez que se vio con Andrés Manuel López Obrador conversaron sobre la Reforma Energética, entonces supo que era momento de dar a conocer lo que era Morena desde su perspectiva en el sector justicia, así lo expresó Celia Maya García.

Y cómo no conocer a fondo su estado, si es oriunda de Querétaro, hija de Felisa García Corona y José María Alcántara; ahí hizo sus estudios desde básico hasta la universidad.

Celia Maya García, como muchos profesionistas, no sabía qué le deparaba el futuro, aunque poco a poco su éste se fue tejiendo cuando su padre le decía de pequeña que estudiara Derecho, porque le gustaría tener un abogado en la familia; pero las palabras que le quedaron bien grabadas son: “tienes que ser abogado para ayudar a los demás… para cuando metan a la cárcel a los pobres los puedas ayudar”.

Esos fueron los primeros indicios de su futuro, que se vio reforzado cuando su maestra de sexto año le propuso estudiar Derecho, cosa que le indicó el camino a seguir cuando entró al bachillerato, donde la rama de las Ciencias Sociales la encaminó a la jurisprudencia.

Finalmente, a Celia Maya, los caminos de la vida la condujeron a buscar la justicia, dar a cada quien lo que corresponde, por ello sostiene la importancia de analizar los hechos, llegar lo más cercano a la verdad jurídica.

Y es que la experiencia la ha enseñado, que la gente presenta los hechos de la manera que le favorecen y ahí entra la cuestión de resolver, porque, dice: “la gente se apasiona y por eso no resuelve sus problemas”.

Sin embargo, Celia Maya García, no solo estudió Derecho, en algún momento decidió ir más lejos y tuvo formación en la contaduría, de manera que se especializara en el Derecho Fiscal.

Era un paso importante, sin saber que la vida le tenía preparado algo más, cuando la invitaron a ser juez.

Celia Maya platica que ya había tenido experiencia en el Ministerio Público, donde inició como mecanógrafa, descubriendo que le gustaba atender al público; tal vez por eso a la semana de trabajar como juez pudo saber que había encontrado la manera de ejercer su carrera, donde duró unos seis años, porque de ahí la nombraron magistrada en su estado.

Esto le ayudó a comprender cómo funciona el sistema judicial y que el exceso de trabajo, así como la complejidad de algunos casos, donde las pruebas son elementales.

Con su voz pausada, tranquila y sobre todo de experiencia Celia Maya platicó, que quien presente un caso debe llevar las pruebas, porque el juzgador no tiene una bola de cristal, cada quien cuenta su versión y con esa no se puede llegar a la verdad, de manera que “indagar es bonito, precisar quién tiene la razón”.

Finalmente tuvo que dejar su lugar como magistrada por una reforma a la ley en 1987, que le obligaba a dejar el cargo.

Y si, dejó el cargo, pero nada le quita haber aprendido tanto y lo comparte al platicar que con la situación económica que se vive aumentan los juicios, la gente pide más prestado y no puede pagar sus deudas, por lo que hay más demandas de carácter familiar.

Ese, dice, es el termómetro social que deja ver que todo problema tiene solución en cualquier rama del derecho.

En medio de todo esto, se toma su tiempo para hablar del sistema penal que hoy rige en el país, del que asegura: necesita mejoras, un nuevo sistema de justicia que queda a deber, porque al final arroja cifras de mejoras, pero es evidente que en la realidad es que no se llega a los procesos por los medios alternos que ofrece el sistema.

Celia Maya García ha logrado con esta carrera ser vista desde tiempo atrás por partidos de izquierda, quienes pusieron sus ojos en ella para ocupar cargos públicos, mientras que ella prefirió siempre ser crítica del sistema.

Su primer paso en la política del estado fue en 2003, cuando fue candidata y, aunque no ganó, pudo ver más de cerca la realidad de su estado, desde donde observó a un personaje venido de Tabasco, Andrés Manuel López Obrador, a quien pudo saludar personalmente hasta 2006 en Querétaro y luego en la Ciudad de México.

Ella no había ganado en 2003, pero afirma que no era ganar, era prepararme para 2006, lo que le hizo caminar al lado del Movimiento de Regeneración Nacional, aunque muchos dijeron “Celia ni gana nada”, pero responde, no se trataba de ganar, sino de crear las condiciones, que son las que mandan.

Fue hasta la reunión en 2015 con Andrés Manuel López, que entendió su labor dentro del Movimiento de Regeneración, que era ir a contar a la gente de qué se trataba.

El triunfo apabullante de 2018 le demostró, de nueva cuenta, que las condiciones son las que mandan, por lo que sabe, ahora las condiciones en Querétaro son diferentes y en este contexto es que se dirige a la militancia morenista.

El trabajo realizado ha hecho que alguien la compare con Bernie Sanders, político norteamericano, cosa que a ella no le disgusta, al contrario, lo toma con filosofía, al decir: “debe ser por mi edad, tengo 71 años, el señor es de izquierda, si me comparan por la perseverancia, que bueno que lo hagan”.

Hoy, Celia Maya García sostiene: “siento toda la fuerza de mis padres y la fuerza de lo que es mi pueblo, me siento contenta y plena”, luego de la amplia carrera profesional que le precede.



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