Tula, Hidalgo.- Ante la falta de apoyo del gobierno local y el aumento de las necesidades básicas en la zona del desastre, familias locales se organizaron y -con sus propios medios- regalaron alimentos, así como productos de limpieza a los brigadistas que retiran los escombros.
"Nosotros también somos de Tula pero de la parte alta, entonces nosotros no fuimos afectados pero también podemos contribuir un poco y poner nuestro granito de arena (...) Queremos agradecerle de alguna manera a los elementos de la Guardia Nacional y a todos las personas que están aquí esforzándose haciendo do una gran labor", dijo el padre de familia Eder Federico Montiel Mendoza.
Mientras servía decenas de vasos con café preparado, atole y té, el señor Eder agregó que es de suma importancia el generar empatia en las generaciones de menor edad, pues últimamente los valores se han ido perdiendo. Es por eso que llevó consigo a sus dos hijos menores para fomentarles cosas positivas.
"Traigo a mi hija y a mi niño; les encanta ayudar. Nosotros debemos traer a los pequeños porque son valores que se están perdidos, a las nueves generaciones hay que enseñarles que es muy importante ayudar y ser empaticos con las personas que lo necesitan", sostuvo mientras su hija llenaba una jarra con café y su hijo sostenía una caja de cartón con decenas de tortas con jamón.
Junto con su esposa, suegros y otros familiares, Eder Federico, recorrió en una camioneta Pick Up las calles más afectadas y ofreció su ayuda a las personas que llevaban horas en arduo trabajo.
Continuó y dijo que esta buena acción la iniciaron hace tres años en los meses de diciembre, cuando recolectan ropa abrigadora, comida y productos de higiene, para repartirlo en los centros hospitalarios y sus alrededores.
"En esta ocasión ya llevamos 3 días. Empezamos con ropa y con pañales para los bebés pues muchas familias tuvieron que salirse como pudieron y no alcanzaron a sacar sus cosas".
En otro punto de la Ciudad, Yared Reyes y siete de sus compañeros de trabajo juntaron un poco de dinero y prepararon tres ollas de atole y compraron un centenar de pan blanco para compartirlo a las personas afectadas.
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"En la empresa somos como 100 trabajadores y todos cooperaron con lo que pudieron, compramos las cosas y nos organizamos para venir a ayudar (...) la idea es apoyarlos porque nadie quiere estar en estas circunstancias", concluyó.
El altruismo continuó durante toda la jornada y alrededor del mediodía -cuando se registran las más altas temperaturas- los habitantes ofrecieron botellas de agua fresca para evitar golpes de calor.
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