/ jueves 1 de octubre de 2020

Violencia de feministas, desconcierta a mujeres policías

Entre las imágenes que circularon en redes sociales, se encuentra la de Erika Cruz, Policía Segundo de la Policía Ambiental, a quien se le captó con lágrimas en los ojos y de la que se cuentan diversas historias

Sin sospechar el nivel de asistencia o reacción por parte de las manifestantes feministas, el 28 de septiembre, un dispositivo con 1400 oficiales fueron convocadas para cuidar y acompañar a las manifestantes en su recorrido y que terminó en un enfrentamiento que duró alrededor de seis horas.

Con bombas caseras, gas, pintura, vidrios, tierra, palos, tubos y martillos, manifestantes se congregaron el día lunes, en el marco del Día por la Despenalización y Legalización del Aborto, donde además de lanzar consignas, arremetieron en contra del cuerpo policiaco conformado por mujeres de donde, más de 40 uniformadas, resultaron lesionadas.

Foto: La Prensa

Entre las imágenes que circularon en redes sociales, se encuentra la de Erika Cruz, Policía Segundo de la Policía Ambiental, a quien se le captó con lágrimas en los ojos y de la que se cuentan diversas historias, en entrevista para La Prensa, narró sobre su participación dentro de la marcha, así como sobre el motivo por el que lloró.

El casco de Erika, así como el de varias de sus compañeras fue pintado con aerosol, lo que le impedía la vista en un momento donde los empujones y los golpes asestaban al cuerpo policiaco, por parte de las feministas, por lo que levantó la careta para tener visibilidad, justo cuando “el humo de las bombas y botellas con vidrios eran lanzadas, entonces los ojos me lloraron como una reacción natural”, dijo.

Algunas compañeras resultaron con quemaduras, a otra le provocaron un sangrado por las patadas y golpes, otras recibieron golpes en diferentes partes del cuerpo.

Erika llegó con la intención e indicación de salvaguardar a las manifestantes pero, tanto ella, como el resto de las oficiales, vivieron las consecuencias de la violencia que se salió de control, “estamos capacitadas para salvaguardar y proteger a las personas que estén en dichas manifestaciones, atenderlas y apoyarlas, en caso de que sea necesario, así como respetar el derecho humano de cada persona”.

Tengo sentimientos encontrados porque ellas definen a las mujeres y ver que ellas mismas, sabiendo que somos mujeres, nos atacan con tal fuerza y es un poco triste todo esto”, así se refirió al describir su sentir al ver a sus compañeras agredidas en las manifestaciones feministas.

La policía dijo que, a pesar de que sabe que está al servicio de la ciudadanía, eso no da el derecho de agredirlas con ofensas, “se acercaban a agredirnos verbalmente, a aventarnos objetos, a lastimarnos porque era un ataque directo”.


Foto: La Prensa

Tras el uniforme hay un ser humano

La oficial Cruz, les pediría a las feministas “que sean un poco más conscientes de que nosotros también somos mujeres y somos madre y somos hijas y esposas detrás de un uniforme siempre hay un ser humano”.

En casa, a diario la esperan sus tres hijos, que aunque entienden el trabajo de Erika, saben también los riesgos que corre la oficial quien lleva 29 años de servicio donde le sea requerida en dentro de la corporación.

Mi familia sabe el tipo de trabajo que tengo y yo también habló con ellos, saben qué tipo de riesgo ocurre y están un poco acostumbrados a ver todo este tipo de cosas

A pesar de sus años de experiencia, reconoce que el “miedo es algo natural (…), nunca sabes cuál va a ser la reacción de cada persona”, por lo que sabe que es indispensable aplicar todo su conocimiento y entrenamientos para proteger a la ciudadanía como para cuidarse entre ellas mismas en el trabajo.

Asegura que respeta y entiende a cada persona, pero sabe que agredir no es la vía de hacerlo, “estamos para esto por apoyar y para salvaguardar a cada persona”.

El trabajo de la oficial Cruz dentro de la agrupación U.P.M Ambiental, le exige mucho valor para desempañar sus labores, “nosotros somos un grupo de choque estamos para todo tipo de servicio y diariamente estamos en la calle y cubrimos todo tipo de servicio que se nos indiquen”, que por supuesto, no la deja fuera de los riesgos como a cualquiera de sus compañeros y compañeras del cuerpo de policías.

Foto: La Prensa

Dice que dentro todos son iguales, “en la corporación nos damos cuenta y cada elemento es capaz de diferentes cosas (…) y de hacer lo mismo, y nunca nos han hecho menos”, y refirió que no existen distinciones entre hombres y mujeres, ya que todos tienen las mismas capacidades.

Cruz pidió a las personas en general, un poco de confianza en su trabajo, “hay diferentes tipos de apoyo, hay personas que hablan bien de uno, las que nos apoyan y otras que no están conformes con nosotros. Hay diferentes tipos de opiniones(…) nosotras estamos para apoyar y ayudar en todo momento a la ciudadanía”.




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Sin sospechar el nivel de asistencia o reacción por parte de las manifestantes feministas, el 28 de septiembre, un dispositivo con 1400 oficiales fueron convocadas para cuidar y acompañar a las manifestantes en su recorrido y que terminó en un enfrentamiento que duró alrededor de seis horas.

Con bombas caseras, gas, pintura, vidrios, tierra, palos, tubos y martillos, manifestantes se congregaron el día lunes, en el marco del Día por la Despenalización y Legalización del Aborto, donde además de lanzar consignas, arremetieron en contra del cuerpo policiaco conformado por mujeres de donde, más de 40 uniformadas, resultaron lesionadas.

Foto: La Prensa

Entre las imágenes que circularon en redes sociales, se encuentra la de Erika Cruz, Policía Segundo de la Policía Ambiental, a quien se le captó con lágrimas en los ojos y de la que se cuentan diversas historias, en entrevista para La Prensa, narró sobre su participación dentro de la marcha, así como sobre el motivo por el que lloró.

El casco de Erika, así como el de varias de sus compañeras fue pintado con aerosol, lo que le impedía la vista en un momento donde los empujones y los golpes asestaban al cuerpo policiaco, por parte de las feministas, por lo que levantó la careta para tener visibilidad, justo cuando “el humo de las bombas y botellas con vidrios eran lanzadas, entonces los ojos me lloraron como una reacción natural”, dijo.

Algunas compañeras resultaron con quemaduras, a otra le provocaron un sangrado por las patadas y golpes, otras recibieron golpes en diferentes partes del cuerpo.

Erika llegó con la intención e indicación de salvaguardar a las manifestantes pero, tanto ella, como el resto de las oficiales, vivieron las consecuencias de la violencia que se salió de control, “estamos capacitadas para salvaguardar y proteger a las personas que estén en dichas manifestaciones, atenderlas y apoyarlas, en caso de que sea necesario, así como respetar el derecho humano de cada persona”.

Tengo sentimientos encontrados porque ellas definen a las mujeres y ver que ellas mismas, sabiendo que somos mujeres, nos atacan con tal fuerza y es un poco triste todo esto”, así se refirió al describir su sentir al ver a sus compañeras agredidas en las manifestaciones feministas.

La policía dijo que, a pesar de que sabe que está al servicio de la ciudadanía, eso no da el derecho de agredirlas con ofensas, “se acercaban a agredirnos verbalmente, a aventarnos objetos, a lastimarnos porque era un ataque directo”.


Foto: La Prensa

Tras el uniforme hay un ser humano

La oficial Cruz, les pediría a las feministas “que sean un poco más conscientes de que nosotros también somos mujeres y somos madre y somos hijas y esposas detrás de un uniforme siempre hay un ser humano”.

En casa, a diario la esperan sus tres hijos, que aunque entienden el trabajo de Erika, saben también los riesgos que corre la oficial quien lleva 29 años de servicio donde le sea requerida en dentro de la corporación.

Mi familia sabe el tipo de trabajo que tengo y yo también habló con ellos, saben qué tipo de riesgo ocurre y están un poco acostumbrados a ver todo este tipo de cosas

A pesar de sus años de experiencia, reconoce que el “miedo es algo natural (…), nunca sabes cuál va a ser la reacción de cada persona”, por lo que sabe que es indispensable aplicar todo su conocimiento y entrenamientos para proteger a la ciudadanía como para cuidarse entre ellas mismas en el trabajo.

Asegura que respeta y entiende a cada persona, pero sabe que agredir no es la vía de hacerlo, “estamos para esto por apoyar y para salvaguardar a cada persona”.

El trabajo de la oficial Cruz dentro de la agrupación U.P.M Ambiental, le exige mucho valor para desempañar sus labores, “nosotros somos un grupo de choque estamos para todo tipo de servicio y diariamente estamos en la calle y cubrimos todo tipo de servicio que se nos indiquen”, que por supuesto, no la deja fuera de los riesgos como a cualquiera de sus compañeros y compañeras del cuerpo de policías.

Foto: La Prensa

Dice que dentro todos son iguales, “en la corporación nos damos cuenta y cada elemento es capaz de diferentes cosas (…) y de hacer lo mismo, y nunca nos han hecho menos”, y refirió que no existen distinciones entre hombres y mujeres, ya que todos tienen las mismas capacidades.

Cruz pidió a las personas en general, un poco de confianza en su trabajo, “hay diferentes tipos de apoyo, hay personas que hablan bien de uno, las que nos apoyan y otras que no están conformes con nosotros. Hay diferentes tipos de opiniones(…) nosotras estamos para apoyar y ayudar en todo momento a la ciudadanía”.




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