JERUSALÉN. El número total de palestinos fallecidos en los bombardeos israelíes en los últimos días en Gaza ya llega a 83, anunció este jueves el ministerio de Salud de la Franja, gobernada por el movimiento islamista Hamás.
Entre los fallecidos hay 17 niños y además se contabilizan 487 personas heridas, según las mismas fuentes. Portavoces militares israelíes dijeron que han bombardeado Gaza más de 600 veces desde el lunes y desde la Franja los movimientos armados palestinos han lanzado más de mil 600 cohetes en dirección a Israel.
Sin embargo, el conflicto no se está dando únicamente en la Franja de Gaza y alrededores, sino que se ha extendido a distintas partes de Israel, como en la ciudad mixta de Lod, cuyos ciudadanos judíos y árabes se enfrentan desde hace días en lo que el alcalde describió como una "guerra civil".
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Ambos grupos tuvieron enfrentamientos en varios puntos de los territorios con diverisidad étnica incluyendo linchamientos en otras dos ciudades y profundizó aún más la violencia en la región.
Las imágenes de dos linchamientos, uno en Bat Yam y otro en Acre, recorrieron las redes sociales, en el primer caso un árabe y en el segundo un judío, siendo atacados por un grupo. Ambas víctimas se encontrarían en estado grave.
La reciente lluvia de cohetes lanzados desde Gaza hacia Israel, y los posteriores bombardeos de represalia, encendieron un nuevo foco de tensión que surgió en estos puntos donde habitan en conjunto árabes, judíos y cristianos.
Si bien los enfrentamientos en Jerusalén, donde comenzaron las tensiones desde la semana pasada, han aminorado las protestas no han parado en Lod, donde un manifestante árabe murió por disparos de un judío que intentó evitar un ataque a vehículos y residencias en su calle.
A partir de ese incidente, lo que hasta ahora era una convivencia relativamente cordial ha devenido en una situación de violencia entre vecinos.
Residentes judíos dijeron que la población árabe atacó sinagogas, vehículos y residencias de su propiedad, mientras que fieles musulmanes denunciaron la quema de sus vehículos y ataques de grupos judíos religiosos, tanto en las calles como dentro de una mezquita.
Para evitar más violencia en Lod, donde también se han producido agresiones de judíos a transeúntes árabes, la policía declaró el toque de queda nocturno y desplegó refuerzos fuertemente armados.
El presidente israelí, Reuvén Rivlin, describió los incidentes como "una guerra civil sin razón", y pidió a las autoridades locales y religiosas que intervinieran para detener la violencia.
En la Franja de Gaza, el movimiento islamista Hamás anunció una andanada de 130 cohetes contra el territorio israelí, con lo cual el número de proyectiles lanzados desde el diminuto enclave palestino se elevaría a más de mil 500 desde que el conflicto empezó a degenerar. Hamás advirtió que este nuevo ataque era una respuesta a la destrucción de un gran edificio de una decena de plantas en Gaza, donde estaba situada, entre otras, las oficinas de la cadena de televisión local Al Qods.
Los ataques fueron constantes a lo largo del día, a uno y otro lado de la frontera. En la Franja de Gaza murieron 65 personas, de las cuales 16 eran niños.
La comunidad internacional se ha movilizado para hacer un llamado para desescalar el conflicto. Son los combates más intensos desde la guerra de 2014, lo que llevó a Estados Unidos a anunciar el envío de un emisario a la región, Hady Amr, subsecretario de Estado adjunto a cargo de los asuntos israelíes y palestinos.
El presidente estadounidense, Joe Biden, habló por teléfono con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, sobre la escalada del conflicto, aunque espera que la crisis acabe "más pronto que tarde".
Biden señaló que esa es su esperanza, "aunque Israel tiene derecho a defenderse cuando ha recibido miles de cohetes en su territorio". EU instó a su aliado israelí, al que sigue apoyando en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU, a evitar en la medida de lo posible "víctimas civiles".
Rusia por su parte pidió la reunión urgente del Cuarteto para Oriente Medio, que también agrupa a la Unión Europea y a la ONU.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pidió durante una visita en Moscú la "desescalada" para proteger la vida de los civiles "que mueren en condiciones absolutamente inaceptables".
Por otro lado, el gobierno de Israel pidió a México condenar enérgicamente los ataques desde el territorio palestino, tras advertir que la comunidad internacional tiene la responsabilidad de evitar que Hamás se fortalezca pues ello significará el fin de la Autoridad Nacional Palestina y con ello cualquier posibilidad de terminar con el conflicto israelo-palestino.
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